Ir al contenido

Ir al índice

¿Le preocupa su cabello?

¿Le preocupa su cabello?

¿Le preocupa su cabello?

QUIZÁS sea usted una de las muchas personas que, a diario, se ponen frente al espejo y examinan detenidamente su cabello, un aspecto de nuestro físico que interesa a hombres y mujeres por igual y que a veces se convierte en motivo de preocupación.

Conozca su cabello

¿Sabe cuántos pelos hay en su cuero cabelludo? Por término medio, unos cien mil. La fase de crecimiento de cada cabello no se prolonga indefinidamente, sino que solo dura de dos a seis años. Entonces cae y, tras un intervalo, otro inicia su desarrollo en el mismo poro que el anterior. Este período vital se denomina ciclo capilar (véase el recuadro de la pág. 27). A consecuencia del ritmo natural de dicho ciclo, incluso quienes no padecen trastornos capilares pierden al día de 70 a 100 pelos.

¿A qué obedecen los diversos colores de pelo que conocemos? The World Book Encyclopedia explica: “El color del cabello depende principalmente de la cantidad y distribución de un pigmento negro o pardo negruzco denominado melanina”. La melanina es un pigmento biológico que se halla en el pelo, la piel y los ojos. A mayor cantidad de pigmento, más oscuro es el cabello. Cuando la proporción de melanina es menor, el color cambia de negro a marrón, rojizo o rubio. Si carece por completo de melanina, presenta un color blanco brillante.

Además de la caspa, tanto la pérdida del cabello como la canicie son fuente de preocupación para muchas personas.

¿Tiene canas?

A menudo, la canicie se considera una señal de envejecimiento y, por lo general, una característica de la vejez. Si bien es cierto que el cabello encanece con los años, existen otros desencadenantes, como las dietas muy estrictas. La canicie no depende del sexo ni del color natural del pelo, aunque quizás sea más evidente en quienes lo tienen oscuro.

Las canas hacen que algunas personas parezcan mayores de lo que son, y eso les incomoda. Sin embargo, otros que no las tienen se preocupan por la desproporción entre su apariencia y su verdadera edad.

La canicie no equivale a la muerte del pelo, pues en realidad la zona visible de cualquier cabello es tejido ya muerto. La única parte viva es el extremo del pelo que se origina bajo la superficie de la piel, denominado bulbo. Este actúa como una fábrica de cabello. Cuando, como resultado de la rápida división de las células del bulbo, se forma un pelo, este absorbe la melanina que producen las células pigmentarias. Por esa razón, si tales células dejan de producir melanina, el pelo será blanco.

Todavía no se sabe por qué las células pigmentarias de repente cesan de elaborar melanina. Por ello, aún no se ha encontrado un tratamiento definitivo para evitar las canas. Además, se sabe que células pigmentarias que habían dejado de funcionar pueden volver a hacerlo. Es de interés que la Biblia abunda en expresiones relacionadas con el cabello, y una de las ilustraciones que Jesús dio alude a las canas. Él dijo: “No puedes volver blanco o negro un solo cabello” (Mateo 5:36). Estas palabras indican que desde hace mucho se reconoce que el hombre no tiene capacidad para prevenir o curar la canicie.

Hay quienes se someten a los tratamientos más novedosos, como la inyección de melanina. Otros optan por teñirse, una práctica que no es precisamente moderna. En la antigüedad, los griegos y los romanos ya utilizaban tintes, y los egipcios daban color a su pelo utilizando sangre de toro. Hay constancia de que Herodes el Grande, contemporáneo de Jesucristo, se teñía las canas para ocultar su edad.

Sin embargo, teñirse regularmente supone tiempo y esfuerzo, y en algunos casos provoca trastornos dermatológicos y reacciones alérgicas. Aun si decide teñirse las canas, quizás llegue el momento en que se canse de hacerlo, y entonces tendrá que enfrentarse al problema de las raíces de distinto color. Desde un punto de vista positivo, el cabello canoso puede darle un aire distinguido y elegante que no tuvo anteriormente. La Biblia comenta: “La canicie es corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia” (Proverbios 16:31).

Pérdida de cabello y calvicie

La pérdida de cabello y la calvicie son otros trastornos capilares típicos, conocidos desde hace mucho tiempo. En el antiguo Egipto se utilizaba un remedio contra la calvicie que incluía, entre otros ingredientes, la grasa de leones, hipopótamos, cocodrilos, gatos, serpientes y gansos. En la actualidad, el mercado está inundado de productos supuestamente eficaces para el tratamiento del cabello y del cuero cabelludo, y cada año se gastan enormes sumas de dinero en ellos.

La calvicie es consecuencia de una alteración del ciclo capilar. Un ciclo normal puede verse afectado por una anomalía física, como desnutrición, fiebre elevada y prolongada, o diversas enfermedades de la piel. El embarazo y el parto también pueden provocar que se caiga mucho pelo antes de haber completado el ciclo normal. Sin embargo, cuando las causas desaparecen, la caída cesa y el ciclo capilar vuelve a normalizarse.

Existe otro tipo de pérdida del cabello que se denomina alopecia. * A menudo, cuando se padece este problema, la caída solo se produce en algunas zonas del cuero cabelludo. Investigaciones médicas recientes indican que la alopecia se debe probablemente a un trastorno del sistema inmunológico.

La pérdida de cabello más habitual se denomina calvicie masculina común. Como su nombre indica, afecta a los hombres. Comienza por una recesión de la línea frontal del cuero cabelludo o por una caída de pelo en la coronilla, y avanza gradualmente. El ciclo capilar de la zona afectada se ve alterado hasta que se detiene. The Encyclopædia Britannica explica: “Sobre las zonas afectadas del cuero cabelludo aparece una pelusa suave denominada vello, el cual reemplaza al pelo largo, resistente y pigmentado que había antes”. Eso significa que, con cada ciclo capilar, el pelo se vuelve más escaso y menos duradero, y con el tiempo deja de crecer como resultado de una combinación de factores hereditarios y hormonas masculinas.

La calvicie masculina común puede comenzar incluso en la adolescencia, pero es más probable que surja alrededor o después de los 40 años. Aunque muchos hombres experimentan este tipo de pérdida del cabello, su incidencia varía de una raza a otra y de persona a persona. Por desgracia, hasta ahora no se ha encontrado una cura definitiva. Hay quienes optan por llevar un postizo o someterse a trasplantes capilares. En muchos casos resulta práctico cuidar bien el pelo restante para reducir su pérdida.

Decir que la cabellera de alguien se ve menos poblada no significa necesariamente que esté perdiendo el cabello. Más bien, puede indicar que los cabellos se vuelven más finos, o delgados, y por ello la cabellera pierde volumen. ¿Cuál es el grosor de un pelo? Según un estudio, puede variar desde 50 micras en algunas personas hasta 100 en otras, * y con la edad se vuelve más fino. Unas micras de diferencia quizás no parezcan significativas, pero recuerde que tenemos alrededor de cien mil cabellos, de modo que una ligera reducción del volumen de cada uno provoca una gran diferencia en el volumen total.

Cuide su cabello

El cabello crece más de 10 milímetros por mes, y es una de las partes del cuerpo que se desarrollan con más rapidez. La suma del crecimiento de todos los cabellos daría como resultado la sorprendente cifra de más de 20 metros por día.

Aunque todavía no se han descubierto tratamientos definitivos contra las canas y la calvicie, está en nuestra mano cuidar el pelo que tenemos. Es esencial alimentarse adecuadamente y mejorar la circulación sanguínea en el cuero cabelludo. Las dietas demasiado estrictas y las comidas poco equilibradas aceleran la canicie y la caída del cabello. Los profesionales recomiendan lavarse la cabeza con frecuencia y masajear el cuero cabelludo sin arañarlo, a fin de favorecer la buena circulación sanguínea en la zona. Tras utilizar el champú, enjuáguese a conciencia.

No se cepille el pelo con demasiada fuerza. Si lo tiene largo, es preferible que primero lo sostenga y que utilice el cepillo para desenredar las puntas, en vez de comenzar desde la raíz. Después peine desde la línea media hasta el final. Por último suéltelo lentamente y cepille desde la raíz hasta las puntas.

Quizás le preocupe descubrir que tiene canas o que pierde mucho pelo. No obstante, recuerde que los demás no suelen preocuparse tanto como nosotros por el aspecto que presenta nuestro cabello. A usted le toca decidir si se teñirá o no, si usará un postizo o no, o si buscará otro tipo de tratamiento. Prescindiendo del color y la cantidad de pelo, lo importante es mantenerlo limpio y bien peinado.

[Notas]

^ párr. 17 Véase ¡Despertad! del 22 de abril de 1991, pág. 12.

^ párr. 20 Una micra es la milésima parte de un milímetro.

[Ilustraciones y recuadro de la página 27]

CICLO CAPILAR

El desarrollo del cabello es cíclico. Consta de una fase de crecimiento, una breve fase de transición y una de descanso. The World Book Encyclopedia explica: “El pelo deja de crecer en el período de descanso [...] y permanece en el folículo hasta el siguiente período de crecimiento, en el que ese pelo cae a medida que otro nuevo crece y lo empuja fuera del folículo”. En todo momento hay entre un 85 y un 90% de cabellos en fase activa, de un 10 a un 15% en estado de descanso y un 1% en etapa de transición.

[Ilustraciones]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

Crecimiento inicial

Crecimiento activo

folículo

vasos sanguíneos

glándula sebácea

vaina

Transición

Descanso

Nuevo crecimiento

[Ilustraciones a toda plana de la página 24]