Ir al contenido

Ir al índice

Memorables días de puertas abiertas

Memorables días de puertas abiertas

Memorables días de puertas abiertas

DE NUESTRO CORRESPONSAL EN MÉXICO

EL 15 DE MARZO DE 2003, representantes de más de cuarenta países se reunieron en las afueras de la ciudad de México para la dedicación de los nuevos edificios que se muestran en la parte inferior. Las viviendas y la imprenta forman parte de la más reciente expansión de la central de los testigos de Jehová en México.

En 1974 se dedicaron los primeros edificios de la sucursal en esta zona; entonces había unos sesenta y cinco mil Testigos en el territorio nacional. Con el espectacular aumento en el número de Testigos en el país, se tuvo una nueva dedicación de edificios en 1985, y otra en 1989. La última ampliación —más de una docena de edificios nuevos— incluye una enorme imprenta y habitaciones que, junto a las ya existentes, permiten alojar una plantilla de unos mil trescientos miembros.

Dos semanas después de la dedicación se abrieron las puertas a los vecinos. Entre quienes recibieron invitaciones impresas estuvieron las autoridades locales, así como los estudiantes y profesores de una universidad nueva que queda enfrente de la sucursal. Muchos miembros del personal se preguntaban cuántos aceptarían la invitación.

Una gratificante respuesta

Respondieron 272 personas en total, entre ellos estudiantes y autoridades estatales y municipales. Los visitantes comentaron sobre las hermosas instalaciones y lo limpias que estaban, y se mostraron agradecidos por la hospitalidad que se les brindó. Una persona escribió en el libro de visitas: “Es la primera vez que he visitado sus instalaciones. Están muy bonitas. Y si antes los he admirado y respetado, ahora con mayor razón”.

Un hombre anotó lo siguiente: “Teníamos una impresión equivocada de lo que hacían aquí. Había muchos rumores sobre ustedes. [...] Pero lo que ahora veo me da confianza. Los recibiré con gusto en mi casa, pues creo que lo que ustedes hacen vale la pena”.

Una profesora de la universidad, cuya madre es Testigo, llevó a dos grupos completos de estudiantes y dijo: “Quería que los muchachos supieran lo que hacen los testigos de Jehová en todo el mundo. Hay varias cosas que pueden aprender de esta visita”. ¿Cómo reaccionaron los alumnos?

Una estudiante escribió: “Gracias por su hospitalidad. Fue un día inolvidable para mí y mis compañeros”. Otra señaló que la gente que no escucha a los Testigos no tiene ni idea de cómo son en realidad. “Tenemos que ser tolerantes y abiertos a otras ideas”, dijo en conclusión. Un joven comentó: “Tenía un concepto muy distinto de ustedes, pero ahora veo que se apoyan mutuamente. Parecen hormiguitas, siempre tan ocupados”.

Entre los visitantes se contaron cuatro miembros de la policía local. Una mujer policía hizo la siguiente observación: “Esto es impresionante. Aquí no hay discriminación. El que limpia, el jardinero, todos son iguales. [...] Es fantástico”.

Dos vecinitos, unos niños de 9 y 10 años de edad, dijeron respectivamente: “Esto es precioso, grandísimo” y “Lo que más me gustó fueron las máquinas. Son muy rápidas. Más que todo me gustaron las que cortan el papel”.

Un traumatólogo, su esposa y su hija, que es estudiante universitaria, estuvieron entre los visitantes. Durante el recorrido, la señora hizo muchas preguntas bíblicas. Dijo que su interés surgió cuando los Testigos visitaban a su padre, que es miembro de una religión evangélica. Aunque él se ponía furioso, los Testigos se mantenían tranquilos. “Ahora entiendo por qué”, expresó.

El médico y su familia dijeron que la visita había cambiado su opinión de los Testigos. Al notar su interés, José, quien les sirvió de guía, los invitó a la Conmemoración de la muerte de Cristo y les ofreció un estudio bíblico. Ellos aceptaron y dijeron que les encantaría ir a la sucursal para el estudio.

Llegaron a la semana siguiente, y José y su esposa, Beatriz, los recibieron entusiasmados en su habitación. Tenían tantas preguntas que el primer estudio duró tres horas y media. Asistieron a la Conmemoración, el 16 de abril, junto con el suegro del traumatólogo... así es, ¡el mismo que se ponía furioso cuando lo visitaban los Testigos!

Una razón especial que produjo alegría fue la noticia sobre la cantidad de publicaciones bíblicas que los visitantes se llevaron: 500, sobre todo Biblias. Algunos decían que nunca antes habían tenido una Biblia.

Una señora de la localidad le dijo a Armando, quien atendía el puesto de literatura: “De ahora en adelante voy a ir a sus reuniones, porque sé que esta es la verdad”. Unas semanas más tarde, Armando se alegró de ver a la señora en el Salón del Reino. Él cuenta: “Llevaba el libro que había conseguido durante los días de puertas abiertas. Cuando la saludé, me dijo: ‘Ya lo ve, estoy haciendo lo que le dije que iba a hacer’”.

Los tres días de puertas abiertas pasaron deprisa, pero fueron sumamente edificantes. Ver las instalaciones desde la perspectiva de quienes las visitaban por primera vez contribuyó a que los voluntarios que trabajan allí aprecien aún más el privilegio de servir en una sucursal de los testigos de Jehová.

[Ilustraciones de las páginas 24 y 25]

1, taller de reparación de vehículos; 2, edificio de servicios; 3, talleres de mantenimiento; 4, residencias; 5, imprenta; 6, auditorio; 7, centro de visitantes

[Ilustraciones de la página 25]

Cientos de personas respondieron a la invitación de acudir a los días de puertas abiertas, entre ellos estudiantes y miembros de la policía local