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¡Proteja su piel!

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“La gente desconoce los peligros tan grandes que entraña el sol [...] y el daño que puede causar al ADN de las células de la piel. Sus efectos perniciosos son acumulativos y pueden conducir a un cáncer cutáneo, como si de una bomba de tiempo se tratara.”—Doctor Mark Birch-Machin, especialista en cáncer de piel.

LA PIEL es el mayor órgano del cuerpo: mide alrededor de 1,8 [20 pies cuadrados] y 1,6 metros cuadrados [17 pies cuadrados] en el hombre y la mujer promedios, respectivamente. Cuenta con células receptoras que responden al dolor, al tacto y a la temperatura. Constituye la principal defensa del organismo contra el calor, el frío y los traumatismos, así como contra las toxinas, las sustancias químicas y los contaminantes. Impermeabiliza el cuerpo impidiendo que los fluidos penetren o se escapen. Ahora bien, la piel tiene un enemigo potencial: el sol. Pero ¿no es la luz solar esencial para la vida?

Sí que lo es. Las plantas, de las que dependemos para vivir, necesitan la luz del sol para crecer. Además, en pequeñas dosis ayuda a nuestro organismo a sintetizar la vitamina D, la cual metaboliza el calcio y fortalece los huesos. Pero el hecho de que un poco de sol sea bueno no significa que mucho sea mejor. La radiación ultravioleta (UV) del Sol puede ocasionar daños irreversibles en la piel, uno de los cuales es el envejecimiento prematuro.

El libro Saving Your Skin (Proteja su piel) advierte de un peligro aún mayor: “La luz ultravioleta daña el ADN [el material genético que controla las actividades de las células, como por ejemplo su división], causa inmunosupresión y puede activar las sustancias químicas del organismo que estimulan el desencadenamiento de un proceso canceroso”. La palabra cáncer es de por sí alarmante. ¿Es muy frecuente el cáncer de piel? ¿Hay razón para preocuparse?

El cáncer de piel: una epidemia moderna

El Manual Merck dice que el cáncer de piel es el más frecuente de todos. En Estados Unidos, 1 de cada 6 ó 7 personas desarrolla algún tipo de cáncer cutáneo, y la proporción va en aumento. Según afirma el doctor I. William Lane en el libro The Skin Cancer Answer (La solución al cáncer de piel), “se calcula que el 50% de las personas que lleguen a los 65 años desarrollarán algún tipo de cáncer cutáneo”. El melanoma maligno ocasiona en ese país unas siete mil quinientas muertes anuales y, según la Academia Norteamericana de Dermatología, su incidencia está aumentando. Las personas de piel oscura son menos propensas al cáncer de piel, pero también corren peligro.

¿Cómo se ha originado esta epidemia? Entre los muchos factores relevantes están la altitud, la latitud, la nubosidad y el estado de la capa de ozono, pero el principal culpable posiblemente sea la excesiva exposición al sol. Los estilos de vida han cambiado: las vacaciones en la playa y la práctica de deportes al aire libre como el montañismo y el esquí son más accesibles y se han popularizado entre las personas que desempeñan sus ocupaciones bajo techo. Las modas también han cambiado: los largos trajes de baño que por pudor usaban años atrás tanto hombres como mujeres han sido reemplazados por modelos cada vez más reveladores que dejan expuesta al sol una mayor extensión de piel, con el consiguiente aumento en la incidencia de cáncer cutáneo. ¿Será acaso que los beduinos y otros habitantes del desierto —con su indumentaria larga y suelta y la cabeza cubierta— saben algo que nosotros ignoramos?

El cáncer de piel: un peligro muy real

Los tres tipos de cáncer cutáneo más comunes son el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma maligno. Los primeros dos comienzan en la capa exterior de la piel, que mide tan solo un milímetro de espesor como promedio. Al parecer, estos cánceres no melanoma son consecuencia de la exposición crónica al sol —como sucede en el caso de las personas que trabajan al aire libre— y aparecen casi exclusivamente en las partes del cuerpo que quedan expuestas, como el rostro y las manos. * Con frecuencia, dichos carcinomas comienzan como un nódulo o una lesión en la piel que se va agrandando, suele sangrar y no se cura por completo. Luego, la lesión puede extenderse e invadir los tejidos circundantes. Alrededor del setenta y cinco por ciento de los cánceres cutáneos son carcinomas basocelulares. El carcinoma espinocelular, aunque menos común, tiende a producir metástasis, es decir, se va extendiendo a otras partes del organismo. Aunque los cánceres no melanoma son los más curables, el diagnóstico precoz es muy importante, pues si no se tratan, pueden ser mortales.

Los melanomas malignos, que representan solo el 5% de todos los cánceres cutáneos, también empiezan en la capa exterior de la piel. Una de las principales causas del melanoma parece ser la exposición intensa e intermitente al sol, como sucede en el caso de quienes trabajan bajo techo y pasan sus vacaciones al sol. Alrededor del 50% de los melanomas malignos se desarrollan sobre lunares, particularmente en la parte alta de la espalda y la parte baja de las piernas.

Este tipo de cáncer es el más letal, pues si no se trata pronto, puede invadir la dermis —la capa inferior de la piel—, donde se encuentran los vasos sanguíneos y linfáticos, y desde ahí podría metastatizar muy deprisa. El oncólogo Larry Nathanson dice: “Lo paradójico del melanoma es que cuando se trata pronto, por lo general es curable. En cambio, luego de la metástasis es relativamente resistente al tratamiento con fármacos o radiación”. De hecho, solo el 2 ó 3% de los pacientes con melanoma metastatizado viven más de cinco años (véanse los primeros signos de melanoma en el recuadro de la pág. 7).

¿Quiénes corren el riesgo de desarrollar cáncer cutáneo? Además de las personas sometidas a una exposición crónica a los rayos del sol y las que se exponen a ellos de manera intensa e intermitente, están las de piel, ojos y cabellos claros, las que tienen lunares y pecas, y aquellas con antecedentes de cáncer en la familia. El cáncer de piel es mucho menos probable entre los individuos de tez oscura. ¿Significa esto que cuanto más bronceado esté uno, menos peligro corre? No, pues aunque el bronceado es un mecanismo de defensa de la piel contra la radiación ultravioleta, a medida que esta se broncea se va dañando, y cuanto más daños sufre, más aumenta el riesgo de cáncer.

Tratamiento del cáncer de piel

Dependiendo del tipo de tumor, la ubicación, el tamaño y si ya se ha recibido tratamiento antes, el cáncer de piel se puede tratar de varias maneras: extirpación quirúrgica, legrado, electrocoagulación, criocirugía (congelación) y radioterapia. Lo difícil es eliminar todas las células cancerosas. La cirugía de Mohs —técnica quirúrgica efectuada bajo control microscópico— es eficaz para erradicar carcinomas basocelulares y espinocelulares (con una tasa de curación de entre el 95 y el 99%), al tiempo que conserva la máxima cantidad de tejido sano y produce cicatrices menos notables. Pero prescindiendo del método elegido, es posible que haga falta cirugía plástica.

El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, de Estados Unidos, afirma: “Todos los cánceres de piel podrían curarse si se descubrieran y se atendieran antes de extenderse”. De modo que la detección precoz es fundamental. Ahora bien, ¿cómo se puede prevenir este tipo de cáncer?

Hábitos saludables frente al sol

Los hábitos saludables frente al sol deben aprenderse desde la infancia. La Fundación para el Cáncer de Piel (The Skin Cancer Foundation) dice que la mayoría de la gente “recibe [...] el 80% de toda la exposición al sol de su vida antes de los 18 años”. Y añade que “una sola quemadura solar con ampollas durante la infancia duplica el riesgo de melanoma en años posteriores”. Esto se debe a que el cáncer de piel puede tardar veinte años o más en desarrollarse (en el recuadro de la pág. 8 aparecen algunas medidas de protección).

Australia tiene una elevada tasa de cáncer de piel, en particular de melanoma. * El problema se debe a que la población se compone principalmente de inmigrantes de piel clara que provienen del norte de Europa y que viven, en su mayoría, a lo largo de la costa con sus soleadas playas. Un estudio efectuado entre dichos inmigrantes indicó que cuanto más jóvenes llegaron a Australia, mayor era su riesgo de melanoma. De ahí la necesidad de aprender, desde pequeños, hábitos saludables relacionados con el sol. Una intensa campaña iniciada por el gobierno australiano para educar a la población sobre los peligros del sol insta a los ciudadanos a ponerse una camiseta, aplicarse protector solar y llevar sombrero. Estos sencillos cambios en el estilo de vida están influyendo en la incidencia de melanoma entre las nuevas generaciones.

Tocante a los protectores solares, es bueno utilizar un producto de amplio espectro que filtre tanto los rayos UVA como los UVB. Conviene aplicárselo incluso en los días nublados, pues el 85% de la radiación ultravioleta puede atravesar las nubes. La radiación también puede penetrar en el agua. Ciertos especialistas recomiendan usar productos con un factor de protección solar (FPS) de por lo menos 15. Para hacerse una idea de cuánta protección ofrece este factor, multiplique por quince la cantidad de minutos que normalmente tarda en quemarse. El protector solar debe volverse a aplicar por lo menos cada dos horas, pero tenga presente que con ello no se duplica el tiempo total de protección.

Además, The Skin Cancer Answer advierte que no deberíamos confiarnos demasiado tras aplicarnos protector solar, pues no hay ninguno que sea 100% eficaz contra las quemaduras solares ni tampoco evita necesariamente el cáncer de piel. De hecho, el protector solar puede aumentar de modo indirecto el riesgo si su uso contribuye a que uno pase más tiempo al sol. El citado libro también dice: “No existe sustituto para los hábitos saludables relacionados con el sol. Las armas que se consideran ‘eficaces’ contra el cáncer cutáneo son usar ropa protectora y no salir durante las horas en que los rayos solares son más intensos”.

¿Qué hay de broncearse artificialmente con la ayuda de lámparas y camas solares? Se calcula que tan solo veinte minutos en un salón de bronceado artificial equivalen a cuatro horas de exposición al sol. Antes se pensaba que el bronceado artificial era inocuo porque utilizaba principalmente rayos UVA, los cuales parecía que no producían quemaduras. Pero según The Skin Cancer Answer, “ahora se sabe que los rayos UVA penetran con más profundidad en la piel que los UVB y pueden causar cáncer cutáneo e inmunosupresión”. Un estudio reseñado en la edición internacional del rotativo The Miami Herald descubrió que las mujeres que acudían a los salones de bronceado artificial una vez al mes o más “aumentaban en un 55% su riesgo de desarrollar melanoma”.

Como se ve, es necesario cuidarse del sol. Recuerde que las quemaduras solares que sufra hoy pueden convertirse en cáncer cutáneo dentro de veinte años o más. ¿Cómo luchan algunas personas contra el cáncer, y qué les ayuda a afrontar su situación?

[Notas]

^ párr. 10 La radiación ultravioleta también puede dañar las células de Langerhans de la epidermis, las cuales desempeñan una importante función inmunológica. “De ahí que algunos científicos crean que un fallo del sistema inmunológico contribuye al desarrollo del cáncer de piel”, dice el libro The Skin Cancer Answer.

^ párr. 19 De acuerdo con The Cancer Council of New South Wales, “1 de cada 2 australianos desarrollará algún tipo de cáncer de piel durante su vida”. En 1998, la proporción de personas con riesgo de melanoma en la ciudad australiana de Queensland era 1 de cada 15.

[Ilustraciones y recuadro de la página 7]

SIGNOS DE MELANOMA MALIGNO

1. ASIMETRÍA. La mayoría de los melanomas primarios son asimétricos (una mitad no coincide con la otra). Los lunares normales son redondos y simétricos.

2. BORDES IRREGULARES. Los bordes de los melanomas primarios suelen ser irregulares, poco definidos y a veces dentados. Los de los lunares normales son más regulares y lisos.

3. COLOR VARIABLE. Los primeros signos de melanoma suelen ser los varios tonos de marrón o negro que presenta. Después adopta a veces una coloración rojiza, blanca y azul. Los lunares normales son de un mismo tono de marrón.

4. DIÁMETRO. Más grandes que los lunares normales, los melanomas primarios pueden alcanzar un diámetro de unos seis milímetros [1/4 de pulgada].

[Reconocimientos]

Fuente: The Skin Cancer Foundation

Muestras de piel: imágenes por cortesía de The Skin Cancer Foundation, New York, NY, www.skincancer.org

[Ilustraciones y recuadro de la página 8]

MEDIDAS DE PROTECCIÓN

1. Limite la exposición al sol, especialmente entre las 10.00 de la mañana y las 4.00 de la tarde, cuando la nociva radiación ultravioleta (UV) es más potente.

2. Hágase un autoexamen de toda la piel, desde la cabeza hasta los pies, por lo menos cada tres meses.

3. Cuando esté al aire libre, utilice un protector solar de amplio espectro con un factor de protección (FPS) mayor de 15. Aplíqueselo generosamente treinta minutos antes de exponerse al sol y repita la operación cada dos horas (a los niños menores de seis meses no se les debe aplicar protector solar).

4. Acostumbre a sus hijos a protegerse del sol desde tierna edad, pues los daños que conducen al cáncer de piel en la vida adulta se originan en la infancia.

5. Lleve pantalones largos, camisas de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección ultravioleta.