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Cómo poner fin al robo en las tiendas

Cómo poner fin al robo en las tiendas

Cómo poner fin al robo en las tiendas

“Reducir el número de robos no es solo incumbencia de los comerciantes, sino de la comunidad entera, pues nos favorece a todos.” (EVERY RETAILER’S GUIDE TO LOSS PREVENTION [GUÍA DEL MINORISTA PARA PREVENIR LAS PÉRDIDAS].)

EL ROBO en las tiendas, como cualquier práctica indeseable, influye en la forma de pensar de la persona que lo comete, la cual suele justificarse. Por eso, al igual que el jardinero debe arrancar de raíz la mala hierba, quien desee dejar de robar tendrá que desarraigar de su mente los malos pensamientos. En Romanos 12:2, la Biblia invita a todos a “[rehacer] su mente”, y en 1 Pedro 1:14 dirige esta exhortación: “Dejen de amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo”. Existen cinco ayudas útiles para modificar la mentalidad característica de quienes sustraen mercancías de los establecimientos comerciales.

Ayudas para corregir la forma de pensar

▪ En primer lugar, robar en las tiendas es un delito. Aunque sea común en la localidad y el ladrón salga impune, sigue siendo una violación de la ley (Romanos 13:1).

¿Qué ocurre cuando son muchos los que cometen delitos? La Biblia indica que entonces “la ley se entumece” (Habacuc 1:3, 4). Es decir, disminuye su beneficioso efecto restrictivo, lo que trastoca el orden público. Cada vez que alguien roba en una tienda, debilita los fundamentos de la sociedad respetuosa de la ley; y cuando esto ocurre, todos salimos perdiendo.

▪ En segundo lugar, el hurto en las tiendas mina la confianza. Tal práctica deshonesta deteriora las relaciones humanas, pues dificulta que la gente se comprenda y trate con equidad (Proverbios 16:28).

“Mi mayor defecto es ser demasiado confiada”, dijo la propietaria de una tienda de ropa cuando, debido a los hurtos, se vio obligada a declararse en bancarrota. En el pasado confió en que sus clientes y empleados no le robarían, pero hoy señala que fue una equivocación.

Quien miente a otro tal vez solo pierda la confianza de aquel a quien ha mentido. Pero quien roba en una tienda logra que se dude de cuantos entran, que automáticamente se considere ladrones en potencia a personas que son honradas. ¿Qué derecho tiene alguien a hacer eso?

▪ En tercer lugar, de este tipo de delitos pudiera pasarse a otros más graves, en los que el delincuente quizás asuma riesgos cada vez mayores (2 Timoteo 3:13).

La eliminación definitiva del robo en las tiendas

▪ En cuarto lugar se halla la razón más importante: robar en las tiendas coloca a la persona en oposición al Dios todopoderoso, quien ordena en su Palabra que el ladrón “ya no hurte más” y advierte que castigará a quienes lo desafíen (Efesios 4:28; Salmo 37:9, 17, 20). Sin embargo, al ladrón que cambia, Jehová le brinda su perdón y su paz (Proverbios 1:33).

▪ En quinto lugar, el hurto en las tiendas, como los demás delitos, pronto desaparecerá. Cuando el Reino de Dios asuma el dominio total de nuestro planeta, tal y como promete la Biblia, los seres humanos serán honrados en sus tratos. De este modo, ya nadie tendrá que pagar el alto precio de los robos en las tiendas (Proverbios 2:21, 22; Miqueas 4:4).

[Ilustración y recuadro de la página 10]

REMEDIOS BARATOS CONTRA EL ROBO

Algunos negocios pequeños no pueden costearse sistemas de seguridad caros, pero no por ello están indefensos ante los ladrones. Muchas veces pueden proteger sus mercancías tomando algunas medidas sencillas.

Los detectives Michael Brough y Derek Brown prepararon una publicación en la que subrayan la necesidad de no perder de vista a los clientes. “Vigílelos a todos —señalan—. [...] Usted y sus empleados son la principal defensa.” Recomiendan abordar así al sospechoso: “¿Encontró lo que buscaba? Si es tan amable, déjelo en la caja para que vayamos marcándolo”. “¿Desea que se lo envuelva?” “¿Es de su talla el suéter?” “Permítame que le traiga una cesta.” Según los citados detectives, “de esta manera, tanto el cliente honrado como el ladrón sabrán que usted se ha fijado y que tiene interés en ellos”.

Estos autores recomiendan tenerlo todo organizado: “Mantenga los estantes ordenados y abastecidos. Si los revisa constantemente, sabrá qué artículos hay, y cuanto más ordenados estén, más fácil será detectar cualquier anomalía” (Every Retailer’s Guide to Loss Prevention).

El investigador Russell Bintliff comenta: “Los pasillos despejados y los estantes bien abastecidos facilitan la observación de los clientes. El empleado puede pasearse por el pasillo donde haya gente sospechosa, fijarse en qué falta y, con la excusa de buscar mercancía, mirar qué hay en la cesta o el carrito del comprador. [...] El ladrón se percatará de lo que ocurre, mientras que el buen cliente ni se dará cuenta de que lo están observando”. Luego añade: “La disposición [de los estantes] debe permitir que tanto el dueño como los empleados no pierdan de vista a los clientes” (Crimeproofing Your Business—301 Low-Cost, No-Cost Ways to Protect Your Office, Store, or Business [Proteja su establecimiento contra delincuentes: 301 medidas baratas o gratuitas para su oficina, tienda o negocio]).

[Ilustración de la página 9]

La honradez fomenta la confianza y las buenas relaciones