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El “Nuevo Testamento”... ¿historia, o mito?

El “Nuevo Testamento”... ¿historia, o mito?

Capítulo 5

El “Nuevo Testamento”... ¿historia, o mito?

“Hoy se puede decir que en la historia de la literatura universal no hay libro mejor investigado que el Nuevo Testamento.” Eso dijo Hans Küng en su libro “On Being a Christian” (Sobre ser cristiano). Y tenía razón. Durante los pasados 300 años las Escrituras Griegas Cristianas han sido más que investigadas. Ninguna otra literatura ha sido tan minuciosamente analizada.

1, 2. (Se incluye la introducción.) a) ¿Qué trato se ha dado a las Escrituras Griegas Cristianas por los pasados 300 años? b) ¿A qué conclusiones extrañas han llegado algunos investigadores?

LAS conclusiones a que han llegado algunos investigadores han sido rarísimas. Allá en el siglo XIX, Ludwig Noack, de Alemania, llegó a la conclusión de que el Evangelio de Juan había sido escrito en 60 E.C. por el discípulo amado... ¡quien, según Noack, era Judas! El francés Joseph Ernest Renan sugirió que la resurrección de Lázaro pudo haber sido un engaño preparado por Lázaro mismo en apoyo de que Jesús hacía milagros, mientras que el teólogo Gustav Volkmar insistió en que el Jesús histórico nunca pudo haberse presentado como el Mesías⁠1.

2 Por otra parte, ¡Bruno Bauer decidió que Jesús nunca había existido! “Sostuvo que las verdaderas fuerzas creativas del cristianismo primitivo fueron Filón, Séneca y los gnósticos. Al final declaró que nunca había habido un Jesús histórico [...] que la religión cristiana tuvo su génesis hacia fines del siglo segundo y vino de un judaísmo en el cual el estoicismo se había hecho dominante⁠2.”

3. ¿Qué opinión tienen muchos todavía acerca de la Biblia?

3 Hoy pocas personas tienen ideas tan extremas. Pero el que lee las obras de eruditos modernos descubre que muchos todavía creen que en las Escrituras Griegas Cristianas hay leyenda, mito y exageración. ¿Es cierto eso?

¿Cuándo se escribieron?

4. a) ¿Por qué es importante saber cuándo se escribieron los libros de las Escrituras Griegas Cristianas? b) ¿Qué opiniones hay sobre cuándo se escribieron las Escrituras Griegas Cristianas?

4 Toma tiempo el desarrollo de mitos y leyendas. Por eso es importante la pregunta: ¿Cuándo se escribieron estos libros? El historiador Michael Grant dice que se dio comienzo a los escritos históricos de las Escrituras Griegas Cristianas “treinta o cuarenta años después de la muerte de Jesús”⁠4. Según el arqueólogo bíblico William Foxwell Albright, C. C. Torrey llegó a la conclusión de que “todos los Evangelios se habían escrito antes del año 70 d. de J.C., y en ellos no había nada que no pudiera haberse escrito dentro de veinte años desde la crucifixión”. La opinión del propio Albright era que se habían terminado de escribir “a más tardar alrededor del año 80 d. de J.C.”. Otros salen con cálculos ligeramente diferentes, pero la mayoría concuerda en que el “Nuevo Testamento” terminó de escribirse para el fin del primer siglo.

5, 6. ¿A qué conclusión debe llevarnos el hecho de que las Escrituras Griegas Cristianas se escribieran poco después de los sucesos que relatan?

5 ¿Qué significa eso? Albright llega a esta conclusión: “Todo lo que podemos decir es que un período de entre 20 y 50 años es demasiado corto para permitir considerable corrupción del contenido esencial y hasta del fraseo específico de los dichos de Jesús”⁠5. El profesor Gary Habermas añade: “Los Evangelios están bastante cerca del período sobre el cual informan, mientras que por lo general las historias antiguas describen sucesos que tuvieron lugar siglos antes. Sin embargo, los historiadores modernos logran deducir los sucesos de hasta esos períodos antiguos”⁠6.

6 En otras palabras, las partes históricas de las Escrituras Griegas Cristianas merecen por lo menos tanto crédito como las historias seglares. Ciertamente no hubo mucho tiempo para que se desarrollaran mitos y leyendas de aceptación universal en las pocas décadas entre la escritura de lo sucedido en el cristianismo primitivo y los sucesos mismos.

Testimonio de testigos oculares

7, 8. a) ¿Quiénes estaban vivos todavía mientras se escribían y distribuían las Escrituras Griegas Cristianas? b) ¿A qué conclusión llegamos de acuerdo con el comentario del profesor F. F. Bruce?

7 Hay confirmación especial de esto en el hecho de que muchos de los relatos mencionan el testimonio de testigos oculares. El escritor del Evangelio de Juan dijo: “Este es el discípulo [el discípulo a quien Jesús amaba] que da testimonio acerca de estas cosas”. (Juan 21:24.) El escritor del libro de Lucas dice: “Nos los entregaron los que desde el principio llegaron a ser testigos oculares y servidores del mensaje”. (Lucas 1:2.) El apóstol Pablo, refiriéndose a los que fueron testigos de la resurrección de Jesús, dijo: “La mayoría [de ellos] permanece hasta ahora, pero algunos se han dormido en la muerte”. (1 Corintios 15:6.)

8 Sobre esto el profesor F. F. Bruce observa, con perspicacia: “Jamás pudiera haber sido tan fácil como algunos escritores parecen pensar el inventar palabras y hechos de Jesús en aquellos primeros años, cuando tantos de Sus discípulos estaban vivos, personas que podían recordar lo que había sucedido y lo que no había sucedido. [...] Los discípulos no podrían arriesgarse a presentar inexactitudes (sin mencionar el alterar deliberadamente los hechos), que al momento serían denunciadas por personas que se regocijarían mucho al hacerlo. Por el contrario, un buen argumento a favor de la predicación original de los apóstoles es que ellos reconocían con confianza que los que les escuchaban conocían los sucesos; no solo decían: ‘Somos testigos de estas cosas’, sino también: ‘Como ustedes también lo saben’ (Hechos 2:22.)”⁠7.

¿Se puede confiar en el texto?

9, 10. En lo que tiene que ver con las Escrituras Griegas Cristianas, ¿de qué podemos estar seguros?

9 ¿Sería posible que estos testimonios de testigos oculares se hubieran escrito con exactitud, pero después hubieran sido corrompidos? En otras palabras, ¿se introdujeron mitos y leyendas después de haberse completado la escritura original? Ya hemos visto que el texto de las Escrituras Griegas Cristianas está en mejor condición que toda otra literatura antigua. Kurt y Barbara Aland, doctos en el texto griego de la Biblia, alistan casi 5.000 manuscritos que han sobrevivido desde la antigüedad hasta nuestro día, algunos desde el siglo II E.C.⁠8. El testimonio general de toda esta prueba es que el texto es esencialmente exacto. Además, hay muchas traducciones antiguas —la primera de alrededor del año 180 E.C.— que ayudan a comprobar la exactitud del texto⁠9.

10 Por eso, viendo el asunto desde todo ángulo, podemos estar seguros de que en las Escrituras Griegas Cristianas no se infiltraron leyendas ni mitos después que los escritores originales terminaron su trabajo. El texto que tenemos es esencialmente el mismo que prepararon los escritores originales, y su exactitud está confirmada por el hecho de que los cristianos contemporáneos lo aceptaron. ¿Pudiéramos, entonces, comprobar la historicidad de la Biblia mediante compararla con otras historias antiguas? Hasta cierto grado, sí.

Las pruebas documentales

11. ¿Cuánto apoyo hay para los relatos históricos de las Escrituras Griegas Cristianas en las pruebas documentales externas?

11 En realidad, fuera de las pruebas que contiene la Biblia misma, las pruebas documentales para sucesos de la vida de Jesús y sus apóstoles son muy limitadas. Por supuesto, eso sería de esperarse, ya que en el primer siglo los cristianos eran un grupo relativamente pequeño que no se inmiscuía en la política. Pero las pruebas que vienen de la historia seglar sí concuerdan con lo que leemos en la Biblia.

12. ¿Qué nos cuenta Josefo sobre Juan el Bautizante?

12 Por ejemplo, después de una tremenda derrota militar de Herodes Antipas, Josefo, historiador judío, escribió lo siguiente en 93 E.C.: “Para algunos judíos la destrucción del ejército de Herodes pareció ser venganza divina, y ciertamente una venganza justa, por el trato que dio a Juan, apodado el Bautista. Porque Herodes le había dado muerte aunque era un hombre bueno y había exhortado a los judíos a llevar vidas justas, a practicar la justicia con sus compañeros y piedad hacia Dios”⁠10. Así Josefo confirma el relato bíblico de que Juan el Bautizante fue un hombre justo que predicó arrepentimiento y que fue ejecutado por Herodes. (Mateo 3:1-12; 14:11.)

13. ¿Cómo apoya Josefo la historicidad de Santiago y de Jesús mismo?

13 Josefo también menciona a Santiago, el medio hermano de Jesús, quien, según nos dice la Biblia, al principio no siguió a Jesús, pero después fue anciano prominente en Jerusalén. (Juan 7:3-5; Gálatas 1:18, 19.) Josefo documenta el arresto de Santiago así: “[El sumo sacerdote Anano] convocó a los jueces del Sanedrín y trajo ante ellos a un hombre llamado Santiago, el hermano de Jesús a quien llamaban el Cristo, y a otros”⁠11. Al escribir estas palabras, Josefo también confirma que “Jesús a quien llamaban el Cristo” era una persona real, histórica.

14, 15. ¿Qué apoyo da Tácito a los escritos bíblicos?

14 Otros escritores del pasado también mencionan cosas de que hablan las Escrituras Griegas. Por ejemplo, los Evangelios nos dicen que muchas personas respondieron a la predicación de Jesús en Palestina. Cuando Poncio Pilato lo sentenció a muerte, los seguidores de Jesús quedaron confundidos y desalentados. Poco después estos mismos discípulos obraron denodadamente y llenaron a Jerusalén del mensaje de que su Señor había sido resucitado. En pocos años el cristianismo se había extendido por todo el Imperio Romano. (Mateo 4:25; 26:31; 27:24-26; Hechos 2:23, 24, 36; 5:28; 17:6.)

15 Testimonio de que esto fue realidad viene del historiador romano Tácito, quien no era amigo del cristianismo. Él escribió poco después del año 100 E.C., y menciona la cruel persecución de los cristianos por Nerón, y añade: “Cristo, el fundador del nombre, había sufrido la pena de muerte en el reinado de Tiberio, sentenciado por el procurador Poncio Pilato, y la perniciosa superstición se detuvo momentáneamente, pero surgió de nuevo, no solamente en Judea, donde comenzó aquella enfermedad, sino en la capital misma [Roma]”⁠12.

16. ¿Qué suceso histórico mencionado en la Biblia también menciona Suetonio?

16 En Hechos 18:2 el escritor bíblico menciona que “[el emperador romano] Claudio había ordenado que todos los judíos se fueran de Roma”. Suetonio, historiador romano del siglo segundo, también menciona esta expulsión. En su obra Claudio deificado, el historiador dice: “Puesto que los judíos constantemente causaban disturbios por instigación de Cresto, él [Claudio] los expulsó de Roma”⁠13. Si Cresto aquí se refiere a Jesucristo, y si en Roma los sucesos siguieron el modelo de lo que pasó en otras ciudades, entonces los alborotos no fueron realmente por instigación de Cristo (es decir, los seguidores de Cristo). Más bien, fueron la reacción violenta de los judíos a la fiel predicación de los cristianos.

17. ¿Qué fuentes de que disponía Justino Mártir en el siglo segundo apoyaban el relato bíblico de los milagros de Jesús y de su muerte?

17 Justino Mártir, quien escribió a mediados del siglo segundo, dijo lo siguiente respecto a la muerte de Jesús: “Por las Actas de Poncio Pilato puedes determinar que estas cosas sucedieron”⁠14. Además, según Justino Mártir estos mismos registros mencionaban los milagros de Jesús, de los cuales dice: “De las Actas de Poncio Pilato puedes aprender que Él hizo esas cosas”⁠15. Es verdad que estas “Actas” o registros oficiales ya no existen. Pero es patente que existían en el siglo segundo, y Justino Mártir instó con confianza a sus lectores a comprobar con ellas la veracidad de lo que decía.

Las pruebas arqueológicas

18. ¿Qué apoyo da la arqueología a la existencia de Poncio Pilato?

18 Los descubrimientos arqueológicos también han ilustrado o confirmado lo que leemos en las Escrituras Griegas. Por ejemplo, en 1961 se halló el nombre de Poncio Pilato en una inscripción descubierta en las ruinas de un teatro romano en Cesarea⁠16. Hasta el momento de este descubrimiento solo había habido prueba limitada —aparte de la Biblia misma— de la existencia de este gobernante romano.

19, 20. ¿Qué personalidades bíblicas mencionadas por Lucas (en Lucas y Hechos) están atestiguadas por la arqueología?

19 En el Evangelio de Lucas leemos que Juan el Bautizante empezó su ministerio “cuando [...] Lisanias era gobernante de distrito de Abilene”. (Lucas 3:1.) Algunos dudaban de esa declaración porque Josefo mencionaba a un Lisanias que había gobernado en Abilene y había muerto en 34 a.E.C., mucho tiempo antes del nacimiento de Juan. Sin embargo, unos arqueólogos han descubierto en Abilene una inscripción que menciona a otro Lisanias que fue tetrarca (gobernante de distrito) durante el reinado de Tiberio, quien era el césar de Roma cuando Juan empezó su ministerio⁠17. Bien pudiera ser este el Lisanias a quien se refirió Lucas.

20 En Hechos leemos que Pablo y Bernabé fueron enviados a efectuar obra misional en Chipre y allí conocieron a un procónsul llamado Sergio Paulo, “varón inteligente”. (Hechos 13:7.) A mediados del siglo XIX, en unas excavaciones en Chipre se descubrió una inscripción de 55 E.C. que menciona a este mismo hombre. De esto el arqueólogo G. Ernest Wright dice: “Es la única referencia que tenemos a este procónsul fuera de la Biblia, y es interesante que Lucas nos dé correctamente su nombre y título”⁠18.

21, 22. ¿Qué prácticas religiosas mencionadas en la Biblia han sido confirmadas por descubrimientos arqueológicos?

21 Cuando Pablo estuvo en Atenas dijo que había observado un altar con la dedicación: “A un Dios Desconocido”. (Hechos 17:23.) En partes del territorio del Imperio Romano se han descubierto altares dedicados en latín a dioses anónimos. Se halló uno en Pérgamo, con la inscripción escrita en griego, como habría sucedido en Atenas.

22 Después, estando Pablo en Éfeso, se enfrentó a la violenta oposición de unos plateros, cuyos ingresos provenían de hacer templetes e imágenes de la diosa Ártemis. Se llamaba a Éfeso “la guardiana del templo de la gran Ártemis”. (Hechos 19:35.) En conformidad con esto, varias figurillas de Ártemis hechas de arcilla y mármol se han descubierto en el lugar donde estaba la antigua Éfeso. Durante el siglo pasado se desenterraron los restos de un templo enorme.

El sonido de la verdad

23, 24. a) ¿Dónde hallamos la prueba más sólida de que las Escrituras Griegas Cristianas dicen la verdad? b) ¿Qué cualidad inherente al registro bíblico testifica a favor de su veracidad? Ilustre.

23 Por lo tanto, la historia y la arqueología ilustran, y hasta cierto grado confirman, los elementos históricos de las Escrituras Griegas. Sin embargo, de nuevo hay que decir que la prueba más firme de la veracidad de estos escritos está en los libros mismos. La lectura de ellos no deja la impresión de que sean mitos. Tienen el sonido de la verdad.

24 Para empezar, son muy francos. Piense en lo que se escribe sobre Pedro. Se detalla su embarazoso fracaso en cuanto a andar sobre el agua. Después Jesús dice a este apóstol tan respetado: “¡Ponte detrás de mí, Satanás!”. (Mateo 14:28-31; 16:23.) Además, Pedro, después de protestar vigorosamente que aunque los demás abandonen a Jesús él nunca lo haría, se queda dormido mientras se supone que vigile de noche, y luego niega tres veces al Señor. (Mateo 26:31-35, 37-45, 73-75.)

25. ¿Qué debilidades de los apóstoles ponen francamente al descubierto los escritores bíblicos?

25 Pero no se exponen solo las debilidades de Pedro. En su franqueza, las Escrituras no ocultan la riña que hubo entre los apóstoles sobre quién era el mayor. (Mateo 18:1; Marcos 9:34; Lucas 22:24.) Tampoco omiten el hecho de que la madre de los apóstoles Santiago y Juan le pidió a Jesús que pusiera a sus hijos en los puestos más favorecidos de su Reino. (Mateo 20:20-23.) El “agudo estallido de cólera” entre Bernabé y Pablo también se documenta fielmente. (Hechos 15:36-39.)

26. ¿Qué detalle sobre la resurrección de Jesús se habría incluido sólo si hubiera sido cierto?

26 Además debe notarse que el libro de Lucas nos dice que fueron “las mujeres, que habían venido con él desde Galilea”, quienes primero se enteraron de la resurrección de Jesús. Este es un detalle muy inusitado en la sociedad del primer siglo, dominada por los varones. De hecho, se escribe que lo que las mujeres decían les ‘pareció tonterías’ a los apóstoles. (Lucas 23:55–24:11.) Si la historia que aparece en las Escrituras Griegas no es verdadera, tiene que haber sido inventada. Pero ¿por qué inventaría nadie una historia que pintara de manera tan poco halagadora a personas tan respetadas? Estos detalles solo se habrían registrado si fueran verdad.

Jesús: persona de la vida real

27. ¿Qué testimonio da un historiador sobre la existencia histórica de Jesús?

27 Para muchos, el Jesús que describe la Biblia es imaginación idealista. Pero el historiador Michael Grant indica: “Si, como debemos, aplicamos al Nuevo Testamento el mismo criterio que debemos aplicar a otros escritos antiguos que contienen materia histórica, el rechazar la existencia de Jesús se nos haría tan imposible como rechazar un conjunto masivo de personajes paganos cuya historicidad nunca se pone en tela de juicio”⁠19.

28, 29. ¿Por qué es significativo el que los cuatro Evangelios presenten un cuadro unificado de la personalidad de Jesús?

28 En la Biblia no solo se proyecta con claro tono de verdad la existencia de Jesús, sino también su personalidad. No es fácil inventar a un personaje extraordinario y luego presentar un cuadro consecuente de él por todo un libro. Es casi imposible que cuatro escritores diferentes escriban sobre el mismo personaje y pinten consecuentemente el mismo cuadro de él si esa persona nunca existió en realidad. El que sea obvio que el Jesús a quien describen los cuatro Evangelios es la misma persona convence de la veracidad de los Evangelios.

29 Michael Grant cita una pregunta muy apropiada: “¿Cómo se explica que, por toda tradición evangélica, sin excepción, se presente un cuadro notablemente perfilado de un joven atractivo que se mueve con libertad entre mujeres de toda clase, entre ellas algunas de reputación decididamente dudosa, sin que se vea en él sentimentalismo, anormalidad ni mojigatería, y, sin embargo, que mantenga en todo caso una sencilla integridad de carácter?”⁠20. La única respuesta es que tal hombre realmente existió, y que obró tal como dice la Biblia.

Por qué no creen

30, 31. ¿Por qué no aceptan muchos la exactitud histórica de las Escrituras Griegas Cristianas a pesar de toda la prueba?

30 Puesto que hay pruebas de peso para decir que las Escrituras Griegas son historia verdadera, ¿por qué dicen algunos que no lo son? ¿Qué hace que muchos, aunque digan que partes de ellas son genuinas, todavía rehúsen aceptar todo su contenido? La razón principal de eso es que la Biblia registra cosas que los intelectuales modernos no desean creer. Por ejemplo, dice que Jesús cumplió y pronunció profecías. También dice que ejecutó milagros y que después de su muerte fue resucitado.

31 En este siglo XX en que la gente es tan escéptica, tales sucesos son increíbles. Respecto a los milagros, el profesor Ezra P. Gould indica: “Hay un punto que algunos críticos creen que con justicia no pueden aceptar [...] el que sucedan milagros”⁠21. Algunos aceptan que Jesús quizás haya efectuado curaciones, pero solo del tipo sicosomático, del ‘triunfo de la mente sobre la materia’. En cuanto a los otros milagros, la mayoría los explican como invenciones o como algo que en realidad pasó, pero que fue tergiversado por alguien.

32, 33. ¿Cómo han tratado algunos de anular mediante explicaciones el milagro de Jesús de haber alimentado a una gran muchedumbre, pero por qué no es lógico tal proceder?

32 Como ejemplo de esto, considere la ocasión en que Jesús alimentó a una muchedumbre de más de 5.000 personas con solo unos cuantos panes y dos pescados. (Mateo 14:14-22.) Heinrich Paulus, erudito del siglo XIX, sugirió que lo que en realidad pasó fue esto: Jesús y sus apóstoles se vieron rodeados de una enorme multitud que empezaba a tener hambre. Por eso, Jesús decidió dar un buen ejemplo para los ricos de la muchedumbre. Tomó el poco alimento que él y sus apóstoles tenían y lo compartió con la multitud. En poco tiempo otros que habían traído alimento siguieron su ejemplo y compartieron el suyo. Finalmente resultó que toda la multitud se alimentó⁠22.

33 Pero si eso fue lo que en realidad sucedió, fue una prueba notable del poder de un buen ejemplo. ¿Por qué torcer tan interesante y significativo relato para que pareciera un milagro sobrenatural? Sí, todos esos esfuerzos por explicar los milagros como no milagrosos presentan más problemas de los que resuelven. Y todos se basan en una premisa falsa. Empiezan por suponer que los milagros son imposibles. Pero ¿por qué debería ser así?

34. Si la Biblia en realidad contiene profecías exactas y relatos de milagros verdaderos, ¿qué prueba eso?

34 Según las normas más razonables, tanto las Escrituras Hebreas como las Escrituras Griegas son historia verdadera, pero tanto unas como las otras contienen ejemplos de profecías y milagros. (Compárese con 2 Reyes 4:42-44.) ¿Qué hay si las profecías son genuinas? ¿Y qué si los milagros realmente acontecieron? Entonces Dios estuvo tras la escritura de la Biblia, y este libro es en realidad Su palabra, no la del hombre. En un capítulo posterior consideraremos la cuestión de las profecías, pero primero consideremos los milagros. ¿Es razonable creer, en este siglo XX, que en siglos anteriores hubo milagros?

[Preguntas del estudio]

[Comentario de la página 66]

¿Por qué habría de decir la Biblia que la resurrección de Jesús fue descubierta primero por mujeres si aquello en realidad no hubiera pasado?

[Recuadro de la página 56]

Fracasa la crítica moderna

Como ejemplo de la naturaleza incierta del criticismo bíblico moderno, considere estas declaraciones por Raymond E. Brown sobre el Evangelio de Juan: “A finales del siglo pasado y durante los primeros años de este siglo la erudición pasó por un período de extremo escepticismo sobre este Evangelio. Asignó al Evangelio de Juan una fecha demasiado tardía, hasta de la segunda mitad del siglo segundo. Se creía que era producto del mundo helenista, totalmente sin valor histórico y con poca relación a la Palestina de Jesús de Nazaret [...]

“No hay opinión alguna de aquellas que no haya sido afectada por una serie de inesperados descubrimientos arqueológicos, documentales y textuales. Estos descubrimientos nos han llevado a combatir inteligentemente los puntos de vista críticos que casi se habían hecho ortodoxos, y a reconocer lo frágil que era la base sobre la cual se apoyaba el análisis tan escéptico de Juan. [...]

“El Evangelio se ha fechado de nuevo como del fin del primer siglo o hasta antes. [...] ¡Quizás lo más raro es que algunos eruditos hasta se atreven a sugerir una vez más que Juan el hijo de Zebedeo puede haber tenido algo que ver con el Evangelio!”⁠3.

¿Por qué debería parecer extraño creer que Juan escribió el libro que tradicionalmente se le atribuye? Solo porque eso no cuadra con las ideas preconcebidas de los críticos.

[Recuadro de la página 70]

Simplemente otro ataque contra la Biblia

Timothy P. Weber escribe: “Los hallazgos de la alta crítica hicieron que muchos legos dudaran de que pudieran entender nada [de la Biblia]. [...] A. T. Pierson expresó la frustración de muchos evangélicos cuando dijo que ‘como el romanismo, [la alta crítica] casi le quita la Palabra de Dios a la gente común al suponer que solo los eruditos pueden interpretarla; mientras que Roma pone a un sacerdote entre el hombre y la Palabra, la crítica pone a un expositor educado entre el creyente y su Biblia’”⁠23. Así se denuncia a la alta crítica moderna como simplemente otro ataque contra la Biblia.

[Fotografía de la página 62]

Parece que este altar de Pérgamo fue dedicado “a dioses desconocidos”

[Fotografía de la página 63]

Ruinas de lo que en un tiempo fue el magnífico templo de Ártemis, orgullo de los efesios

[Ilustración de la página 64]

La Biblia dice honradamente que Pedro negó conocer a Jesús

[Ilustración de la página 67]

La Biblia registra con franqueza que hubo un “agudo estallido de cólera” entre Pablo y Bernabé

[Ilustración de la página 68]

El cuadro consecuente que se da de Jesús en los cuatro Evangelios es prueba sólida de que son verídicos

[Ilustración de la página 69]

La mayoría de los críticos modernos dan por sentado que no hubo milagros