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CAPÍTULO 10

Imitemos a Dios al usar el poder

Imitemos a Dios al usar el poder

1. ¿En qué trampa cae con facilidad el ser humano?

 UNA poetisa del siglo diecinueve escribió: “No hay poder que no encierre una trampa sutil”. ¿A qué trampa se refería? Al abuso del poder. Por desgracia, el ser humano, que es imperfecto, cae en esa trampa con facilidad. A lo largo de la historia, “el hombre ha dominado al hombre para su propio mal” (Eclesiastés 8:9). Y es que muchas personas han sufrido porque otros han ejercido su autoridad sin amor.

2, 3. a) ¿Cuál es la diferencia entre cómo usa Jehová el poder y cómo lo usa el ser humano? b) ¿Qué incluye el poder del ser humano? ¿Cómo debemos usarlo?

2 Pero Jehová es muy diferente. Aunque su poder es infinito, nunca abusa de él. En los capítulos anteriores vimos que él tiene poder para crear, destruir, proteger y restaurar, y que siempre usa ese poder por amor y para hacer el bien. Cuando meditamos en cómo lo usa, queremos acercarnos más a él, y eso puede motivarnos a imitarlo en la manera en que usamos nuestro propio poder (Efesios 5:1). Pero ¿qué poder tenemos los seres humanos, que somos insignificantes?

3 No olvidemos que el hombre fue creado a la “imagen y semejanza” de Dios (Génesis 1:26, 27). Por eso también tenemos poder, aunque sea limitado. Este incluye la capacidad de esforzarnos y alcanzar objetivos, nuestra autoridad sobre otros, nuestra influencia en los demás —especialmente en quienes nos quieren—, nuestra fuerza física y nuestros recursos. El salmista dijo de Jehová: “En ti está la fuente de la vida” (Salmo 36:9). Así que tenemos poder porque nos lo ha dado Jehová o porque nos permite tenerlo. Por lo tanto, debemos usarlo como a él le gusta. ¿Cómo podemos hacerlo?

El amor es la clave

4, 5. a) ¿Cuál es la clave para usar bien el poder, y cómo lo demuestra el ejemplo de Dios? b) ¿Cómo nos ayudará el amor a usar bien el poder?

4 La clave para usar bien el poder es el amor, y el propio Jehová nos da el ejemplo. Como vimos en el capítulo 1, sus cuatro virtudes fundamentales son poder, justicia, sabiduría y amor. ¿Cuál es la más importante? El amor. De hecho, 1 Juan 4:8 dice que “Dios es amor”. Esta cualidad es la misma esencia de Jehová e influye en todo lo que hace. Por lo tanto, es el amor lo que lo mueve a usar su poder. Además, siempre lo usa para ayudar a quienes lo aman.

5 El amor también nos ayudará a nosotros a usar bien el poder. Por ejemplo, la Biblia nos enseña que “el amor es [...] bondadoso” y “no busca sus propios intereses” (1 Corintios 13:4, 5). Así que, si tenemos amor, nunca seremos crueles o desconsiderados con las personas que de alguna manera estén bajo nuestra autoridad. En vez de eso, las trataremos con dignidad y estaremos más pendientes de sus sentimientos y necesidades que de los nuestros (Filipenses 2:3, 4).

6, 7. a) ¿Qué es el temor de Dios, y por qué impide que abusemos del poder? b) Ilustre qué relación hay entre el temor de Dios y el amor a él.

6 El amor nos ayuda a desarrollar temor de Dios, algo que impedirá que abusemos del poder. ¿Por qué es tan importante el temor de Dios? Proverbios 16:6 dice: “Temiendo a Jehová uno se aleja del mal”. Y el mal uso del poder está entre las cosas de las que debemos alejarnos. El temor de Dios nos impide maltratar a quienes están bajo nuestra autoridad. ¿Por qué? Porque sabemos que Jehová nos pedirá cuentas por la forma en que los tratemos (Nehemías 5:1-7, 15). Pero hay una razón más importante. Los términos originales que se traducen como “temor” suelen transmitir la idea de sentir respeto profundo y admiración por Jehová. Por eso, la Biblia lo relaciona con el amor a Dios (Deuteronomio 10:12, 13). Este temor sano evitará que hagamos algo que lastime sus sentimientos, no tanto por miedo al castigo, sino porque lo amamos de corazón.

7 Piense, por ejemplo, en un niño que sabe que su papá lo quiere mucho y se preocupa por él. Pero también sabe que su papá espera que se porte bien y sabe que lo corregirá si no lo hace. A pesar de eso, el niño no le tiene miedo, sino que lo quiere mucho y quiere hacerlo feliz. Pues lo mismo pasa con el temor a Jehová, nuestro Padre celestial. Como lo amamos, nos da miedo lastimarlo; no queremos causarle “un gran dolor en el corazón” (Génesis 6:6). Más bien, queremos alegrar su corazón, y por eso también queremos usar bien nuestro poder (Proverbios 27:11). Veamos cómo podemos hacerlo.

En la familia

8. a) ¿Qué autoridad tienen los esposos en la familia, y cómo deben ejercerla? b) ¿Cómo demuestra el esposo que honra a su esposa?

8 Para empezar, hablemos de la familia. Efesios 5:23 dice que “el esposo es cabeza de su esposa”. ¿Y cómo debe el hombre casado ejercer la autoridad que Dios le da? La Biblia dice que debe vivir con su esposa “de acuerdo con conocimiento” y darle “honra como a una vasija más frágil” (1 Pedro 3:7). La palabra griega traducida como “honra” significa “precio”, “valor” o “respeto”. En algunos versículos también se traduce como “regalos” y “valioso” (Hechos 28:10; 1 Pedro 2:7). El hombre que honra a su esposa nunca la golpea ni le hace cosas que la hagan sentir insignificante, como humillarla o ponerla en ridículo. Por el contrario, la valora, la trata con respeto y demuestra por sus palabras y acciones —tanto en público como en privado— que para él no tiene precio (Proverbios 31:28). De esta forma, se gana el cariño y respeto de su esposa. Y, lo que es más importante, hace feliz a Jehová.

Los esposos y las esposas usan bien su poder o autoridad cuando se tratan con amor y respeto.

9. a) ¿Por qué podemos decir que la esposa tiene cierta autoridad en la familia? b) ¿Qué debe tener presente la esposa cuando usa sus habilidades para ayudar a su esposo, y cuál será el resultado?

9 La esposa también tiene cierta autoridad en la familia. La Biblia habla de mujeres que hacían feliz a Jehová y respetaban el papel de su esposo como cabeza. Aun así, tomaron la iniciativa para ayudar a sus esposos a hacer lo correcto e incluso a evitar graves errores (Génesis 21:9-12; 27:46-28:2). Puede que una mujer sea más inteligente que su esposo o tenga algunas habilidades que él no tenga. Con todo, las esposas deben estar “en sujeción a sus esposos como al Señor” y también deben tenerles “profundo respeto” (Efesios 5:22, 33). Si la esposa se propone hacer esto como una forma de agradar a Jehová, se le hará más fácil usar sus habilidades para ayudar a su esposo, y no lo rebajará ni intentará dominarlo. “La mujer que de verdad es sabia” mantendrá la paz con Dios al cooperar con su esposo para edificar a la familia (Proverbios 14:1).

10. a) ¿Qué autoridad les ha dado Dios a los padres? b) ¿Qué significa “disciplina”, y cómo debe administrarse? (Vea la nota).

10 Dios también les da autoridad tanto a padres como a madres. La Biblia les aconseja: “Padres, no irriten a sus hijos, sino sigan criándolos de acuerdo con la disciplina y los consejos de Jehová” (Efesios 6:4). En la Biblia, la palabra “disciplina” puede significar “educación”, “formación” e “instrucción”. Para su buen desarrollo, los hijos necesitan disciplina: necesitan que se les marquen límites específicos y recibir normas claras. La Biblia relaciona esta disciplina con el amor (Proverbios 13:24). Así que “la vara de la disciplina” nunca debería implicar maltrato emocional o físico (Proverbios 22:15; 29:15). a Quienes corrigen a sus hijos con dureza y sin cariño abusan de su autoridad y pueden destrozar la autoestima de ellos (Colosenses 3:21). Pero, si lo hacen con equilibrio, los hijos sentirán que sus padres los corrigen porque los quieren y se preocupan por su futuro.

11. ¿Cómo pueden los hijos usar bien su fuerza o poder?

11 Y los hijos, ¿cómo pueden usar bien su fuerza o poder? Proverbios 20:29 dice que “la gloria de los jóvenes está en su fuerza”. Sin duda, el mejor modo de emplear sus energías es sirviendo al “Gran Creador” (Eclesiastés 12:1). Por otro lado, es bueno que los jóvenes tomen en cuenta que sus acciones influyen en los sentimientos de sus padres (Proverbios 23:24, 25). Así pues, cuando los obedecen y hacen lo que está bien, sus padres se llenan de felicidad (Efesios 6:1). Y, como dice la Biblia, “eso le agrada al Señor” (Colosenses 3:20).

En la congregación

12, 13. a) ¿Cómo deben ver los ancianos la autoridad que tienen en la congregación? b) ¿Qué ejemplo nos ayuda a entender por qué deben los ancianos tratar con ternura al rebaño?

12 Jehová ha puesto al frente de la congregación cristiana a los superintendentes o ancianos (Hebreos 13:17). Estos hermanos deben usar la autoridad que Dios les ha dado para cuidar al rebaño, o la congregación, y ayudar a las ovejas a estar cerca de Jehová. Pero ¿les da eso el derecho de controlar a los hermanos como si fueran los amos de la congregación? ¡Claro que no! Los ancianos deben ser humildes y comprender lo que Jehová espera de ellos (1 Pedro 5:2, 3). La Biblia les dice que deben “pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre de su propio Hijo” (Hechos 20:28). ¿No es esta una importante razón para tratar con ternura a todas las ovejitas del rebaño?

13 Pongamos un ejemplo. Imagínese que un buen amigo le pide que cuide un objeto que valora mucho y que le costó muchísimo dinero. ¿Verdad que usted sería muy cuidadoso? De igual modo, Dios les pide a los ancianos que cuiden algo que él valora mucho: las “ovejitas” o integrantes de la congregación (Juan 21:16, 17). Jehová las quiere tanto que pagó por ellas un precio muy alto: la sangre preciosa de su Hijo unigénito, Jesucristo. ¡Es imposible que haya un precio más elevado! Los ancianos recuerdan esto con humildad y cuidan a las ovejas de Jehová con cariño.

“El poder de la lengua”

14. ¿Qué poder tiene la lengua?

14 La Biblia dice: “Muerte y vida están en el poder de la lengua” (Proverbios 18:21). Y es que con la lengua se puede hacer mucho daño. Todos nos hemos sentido mal alguna vez por lo que alguien nos dijo. Pero también es posible hacer sentir bien a otros con lo que uno dice. Proverbios 12:18 afirma: “La lengua de los sabios cura las heridas”. Y la verdad es que las palabras animadoras y amables son como un bálsamo para el corazón. Veamos algunos ejemplos.

15, 16. ¿De qué formas podríamos usar la lengua para dar ánimo?

15 En 1 Tesalonicenses 5:14 leemos: “Consuelen a los deprimidos”. Esto indica que hasta algunos siervos fieles de Jehová luchan a veces con la depresión. ¿Cómo podemos ayudarlos? Podemos felicitarlos por algo específico para que entiendan que son muy valiosos y que Jehová los quiere mucho. También podemos compartir con ellos versículos fortalecedores. De esta manera, “los que tienen el corazón destrozado” y “están hundidos en el desánimo” verán que Jehová se preocupa sinceramente por ellos y que de verdad los ama (Salmo 34:18). Si usamos el poder de la lengua para dar consuelo, imitaremos a nuestro compasivo Dios, “que consuela a los deprimidos” (2 Corintios 7:6, La Biblia de las Américas).

16 También utilizamos el poder de la lengua para dar a ciertas personas el ánimo que tanto necesitan. ¿Hay algún hermano que haya perdido a un ser querido en la muerte? Expresarle lo mucho que sentimos su pérdida tal vez alivie su dolor. ¿Siente un hermano de edad avanzada que nadie lo necesita? Con nuestras palabras cariñosas podemos confirmarle que lo queremos y que es importante para nosotros. ¿Hay alguien que sufra una enfermedad crónica? Las palabras bien pensadas —sea por teléfono, por escrito o en persona— pueden animarle mucho. ¡Que todo lo que digamos “sirva para edificar a otros”! Si usamos así el poder de la lengua, haremos feliz a nuestro Creador (Efesios 4:29).

17. Si queremos usar el poder de la lengua, ¿qué es lo mejor que podemos hacer para ayudar a los demás, y por qué debemos hacerlo?

17 Pero la mejor manera de usar el poder de la lengua es anunciando las buenas noticias del Reino de Dios. Proverbios 3:27 nos aconseja: “No dejes de hacerles el bien a quienes debes hacérselo si está a tu alcance ayudarlos”. Por eso, tenemos que anunciarles con urgencia a las personas las buenas noticias de salvación. De hecho, se lo debemos. Jehová ha sido muy generoso al dárnoslas, y por eso no estaría bien que nos las quedáramos para nosotros (1 Corintios 9:16, 22). Ahora bien, ¿cuánto espera Jehová que nos esforcemos al participar en esta obra?

Anunciar las buenas noticias es una excelente manera de usar el poder.

Sirvámosle a Jehová con todas las fuerzas

18. ¿Qué espera Jehová de nosotros?

18 El amor a Jehová nos mueve a participar al máximo en el ministerio cristiano. ¿Pero qué implica esto? ¿Qué espera él de nosotros? Pues bien, sin importar nuestras circunstancias, todos podemos seguir este consejo: “Cualquier cosa que ustedes hagan, háganla con toda el alma como si fuera para Jehová y no para los hombres” (Colosenses 3:23). Y, además, Jesús dijo que el mandamiento más importante es este: “Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30). Así que lo que Jehová espera de cada uno de nosotros es que lo amemos y le sirvamos con toda el alma.

19, 20. a) Si el corazón, la mente y las fuerzas son parte del alma, ¿por qué Marcos 12:30 menciona estas cosas como algo aparte? b) ¿Qué implica servir a Jehová con toda el alma?

19 ¿Qué significa servir a Dios con toda el alma? El alma se refiere a la persona en general, con todas sus capacidades físicas y mentales. Y, si el corazón, la mente y las fuerzas son parte del alma, ¿por qué Marcos 12:30 menciona estas cosas como algo aparte? Pongamos un ejemplo. En tiempos bíblicos, un hombre podía venderse a sí mismo —o sea, su alma— como esclavo. Pero quizás no sirviera a su amo con todo el corazón, es decir, quizás no usara todas sus capacidades en beneficio de su amo (Colosenses 3:22). Así que, al parecer, Jesús mencionó aparte estas cosas para destacar que no debemos guardarnos nada a la hora de servir a Jehová. Cuando le servimos con toda el alma, usamos nuestras fuerzas y energías al máximo.

20 ¿Implica servir con toda el alma que todos dediquemos al ministerio la misma cantidad de tiempo y energías? No, pues las circunstancias y las habilidades personales varían. Por ejemplo, un joven fuerte y saludable tal vez pueda dedicar más horas a la predicación que un publicador de edad avanzada que ya no tiene tantas fuerzas. Igualmente, un soltero sin responsabilidades familiares pudiera hacer más que el hermano que sí las tiene. Si las energías y circunstancias nos permiten hacer mucho en el ministerio, deberíamos estar muy agradecidos. Pero nunca deberíamos tener una actitud crítica ni compararnos con los demás (Romanos 14:10-12). Más bien, aprovechemos nuestro poder o capacidades para animar a otros.

21. ¿Cuál es la mejor forma de usar el poder?

21 Jehová nos da el ejemplo perfecto de cómo usar el poder. Debemos esforzarnos por imitarlo hasta donde nuestra imperfección nos lo permita. Demostramos que usamos bien el poder cuando tratamos con dignidad a quienes de alguna manera están bajo nuestra autoridad. Además, debemos participar con toda el alma en la predicación, la tarea que Jehová nos ha encargado y que puede salvar vidas (Romanos 10:13, 14). Recuerde que usted hace feliz a Jehová cuando le da lo mejor que tiene. ¿No lo motiva esto a servir al máximo a un Dios tan bueno y comprensivo? Definitivamente, no hay mejor forma de usar el poder.

a En la Biblia, la palabra hebrea para “vara” se refiere a un bastón o cayado como el que usaba el pastor para guiar a las ovejas (Salmo 23:4). De igual modo, “la vara” de la autoridad de los padres transmite la idea de guiar a los hijos con amor y no castigarlos con dureza y crueldad.