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CAPÍTULO 19

“La sabiduría de Dios expresada en un secreto sagrado”

“La sabiduría de Dios expresada en un secreto sagrado”

1, 2. ¿Qué “secreto sagrado” debería interesarnos, y por qué?

 ¿LE GUSTAN los secretos? Cuando nos cuentan un secreto, puede que nos emocionemos tanto que nos cueste quedarnos callados. Sin embargo, la Biblia dice: “La gloria de Dios es mantener secreto un asunto” (Proverbios 25:2). Jehová, nuestro Soberano y Creador, tiene el derecho a no contarnos algo hasta que llegue el momento de hacerlo.

2 Ahora bien, hay un secreto fascinante que Jehová nos da a conocer en su Palabra: “el secreto sagrado de su voluntad” (Efesios 1:9). Esta información no solo satisface nuestra curiosidad. También puede salvarnos la vida y permitirnos entender un poquito mejor la inmensa sabiduría de Dios.

Poco a poco se revela el secreto

3, 4. ¿Qué esperanza y qué “secreto sagrado” hay en Génesis 3:15?

3 Cuando Adán y Eva pecaron, parecía que el propósito de Dios de que la Tierra fuera un paraíso lleno de personas perfectas no se cumpliría. Pero Jehová actuó de inmediato. Dijo: “Haré que haya enemistad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te aplastará la cabeza, y tú le herirás el talón” (Génesis 3:15).

4 ¿Quién sería la mujer? ¿Quién sería la serpiente? ¿Quién sería “la descendencia” que aplastaría la cabeza de la serpiente? ¡Era todo un enigma! Adán y Eva no sabían las respuestas. Aun así, esas palabras les darían esperanza a los descendientes fieles de aquella pareja desleal. La justicia triunfaría y el propósito de Jehová se cumpliría. Pero ¿cómo se lograría? ¡Ah, eso era un misterio! La Biblia se refiere a esto como “la sabiduría de Dios expresada en un secreto sagrado, la sabiduría escondida” (1 Corintios 2:7).

5. ¿Por qué Dios reveló poco a poco su secreto? Ponga un ejemplo.

5 Jehová es el “que revela los secretos” (Daniel 2:28). Así que, con el tiempo, les daría a sus siervos más detalles sobre este secreto. Pero lo haría poco a poco. Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo. Si un niño pregunta: “Papá, ¿de dónde vengo?”, un padre sensato solo le dirá al niño lo que puede entender a su edad, y al ir creciendo le dará más detalles. De forma parecida, Jehová sabe cuándo estará listo su pueblo para recibir más información sobre lo que se propone hacer (Proverbios 4:18; Daniel 12:4).

6. a) ¿Para qué sirven los pactos o contratos? b) ¿Por qué llama la atención que Jehová hiciera pactos con seres humanos?

6 ¿Cómo fue dando Jehová más detalles sobre este secreto? Lo hizo mediante varios pactos o contratos. Es probable que usted haya firmado alguna vez un contrato, quizás para comprar una casa o para hacer o pedir un préstamo. Con ese contrato, las dos partes se comprometen legalmente a cumplir lo acordado. Ahora bien, ¿qué necesidad tenía Dios de hacer pactos con seres humanos? La verdad es que, cuando Jehová da su palabra, eso ya es una garantía. Pero él es tan bueno que quiere que a nosotros, que somos imperfectos, se nos haga más fácil confiar por completo en sus promesas. Y por eso ha hecho varios pactos para respaldar lo que ha prometido (Hebreos 6:16-18).

El pacto con Abrahán

7, 8. a) ¿Qué promesas incluía el pacto con Abrahán, y qué detalles indicó este pacto sobre el secreto sagrado? b) ¿Cómo fue precisando Jehová la línea de antepasados de la Descendencia prometida?

7 Más de 2.000 años después de expulsar a Adán y Eva del Paraíso, Jehová le dijo a su siervo Abrahán: “De veras haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas de los cielos [...]. Y todas las naciones de la tierra conseguirán una bendición para ellas mismas mediante tu descendencia, porque tú has escuchado mi voz” (Génesis 22:17, 18). No era solo una promesa. Era un contrato legal, y Jehová garantizaba con un juramento que se cumpliría (Génesis 17:1, 2; Hebreos 6:13-15). ¡Increíble! El Altísimo se comprometió mediante un pacto a bendecir a la humanidad.

“Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas de los cielos”.

8 El pacto con Abrahán reveló que él sería antepasado de la Descendencia prometida. Así que esa Descendencia sería un ser humano. Pero ¿quién sería? Jehová dio a conocer años más tarde que, de los hijos de Abrahán, el antepasado de la Descendencia sería Isaac. Y, de sus dos hijos, Jehová eligió a Jacob (Génesis 21:12; 28:13, 14). Más tarde, Jacob dio esta profecía sobre uno de sus 12 hijos: “El cetro no se apartará de Judá, ni el bastón de mando se apartará de entre sus pies, hasta que venga Siló [que significa ‘aquel a quien pertenece’], y a él pertenecerá la obediencia de los pueblos” (Génesis 49:10; nota). Así se supo que la Descendencia sería un rey y que vendría de la tribu de Judá.

El pacto con la nación de Israel

9, 10. a) ¿Qué pacto hizo Dios con Israel, y por qué fue una protección? b) ¿Cómo mostró la Ley que el hombre necesitaba un rescate?

9 En el 1513 antes de nuestra era, Jehová hizo el pacto de la Ley mosaica con los descendientes de Abrahán. Mediante este acuerdo con Israel, fue dando más detalles sobre el secreto sagrado. Aunque este pacto ya no está en vigor, fue un instrumento clave para que llegara la Descendencia prometida. ¿Por qué? Por tres razones. Primero, porque la Ley era como un muro protector (Efesios 2:14). Y es que sus justas normas mantenían separados a los judíos de la gente de otras naciones. Al separarlos de quienes no servían a Jehová, la Ley contribuyó a proteger la línea de la Descendencia. Gracias a esto, la nación aún existía cuando llegó el momento de que naciera el Mesías en la tribu de Judá.

10 Segundo, porque la Ley mostró claramente que la humanidad necesitaba un rescate. Como la Ley era perfecta, ayudaba a los israelitas a darse cuenta de que nadie imperfecto podría obedecerla por completo. De esta forma sirvió “para poner al descubierto las transgresiones hasta que llegara la descendencia a quien se le había hecho la promesa” (Gálatas 3:19). Además, la Ley permitió que se perdonaran provisionalmente los pecados mediante sacrificios de animales. Pero estos sacrificios se limitaron a representar el sacrificio redentor de Jesús. Como indicó Pablo, “no es posible que la sangre de toros y de cabras elimine los pecados” (Hebreos 10:1-4). Así que el pacto de la Ley fue “el tutor que [...] guio hasta Cristo” a los judíos fieles (Gálatas 3:24).

11. ¿Qué oportunidad maravillosa les dio a los israelitas el pacto de la Ley, pero cómo la desaprovecharon?

11 Y, tercero, porque aquel pacto les dio a los israelitas una oportunidad maravillosa. Jehová les dijo que, si eran fieles, se convertirían en “un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:5, 6). Aunque los primeros miembros del reino celestial de sacerdotes salieron de Israel, la nación en conjunto desaprovechó esa oportunidad; se rebeló contra el pacto de la Ley y rechazó al Mesías. Entonces, ¿a quiénes elegiría Jehová para completar el reino de sacerdotes, y qué relación tendría ese reino con la Descendencia prometida? Dios contestaría a su tiempo estas preguntas.

El pacto con David para un reino

12. ¿Qué promesas incluía el pacto que Jehová hizo con David, y qué indicaron sobre el secreto sagrado de Dios?

12 En el siglo once antes de nuestra era, Jehová aportó más información sobre el secreto sagrado cuando hizo un pacto con el fiel rey David. Le prometió: “Yo levantaré después de ti a tu descendencia [...], y estableceré con firmeza su reino”. Y añadió: “Yo estableceré con firmeza el trono de su reino para siempre” (2 Samuel 7:12, 13; Salmo 89:3). Aquellas palabras indicaron que la Descendencia prometida vendría de la casa de David. Pero ¿podría un hombre común y corriente reinar “para siempre” y rescatar del pecado y la muerte a la humanidad? (Salmo 89:20, 29, 34-36).

13, 14. a) Según el Salmo 110, ¿qué promesa hizo Jehová sobre el Rey que él ungió? b) ¿Qué otros detalles dio Jehová mediante sus profetas sobre la Descendencia prometida?

13 David escribió por inspiración: “Jehová le declaró a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como banquillo para tus pies’”. Y añadió: “Jehová ha hecho un juramento y no cambiará de opinión: ‘¡Tú eres sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec!’” (Salmo 110:1, 4). Estas palabras se refirieron directamente a la Descendencia prometida: el Mesías (Hechos 2:35, 36). Él no reinaría desde Jerusalén, sino desde los cielos, a la “derecha” de Jehová. Eso le daría la autoridad de gobernar en toda la Tierra, no solo en el territorio de Israel (Salmo 2:6-8). Pero lo que dijo Jehová indica algo más. Él juró solemnemente que el Mesías sería “sacerdote [...] a la manera de Melquisedec”. ¿Por qué es esto interesante? Melquisedec, que vivió en la época de Abrahán, era rey y también sacerdote. De igual manera, Dios nombraría a la Descendencia prometida Rey y también Sacerdote (Génesis 14:17-20).

14 A lo largo de los años, Jehová fue dando más detalles sobre el secreto sagrado mediante sus profetas. Por ejemplo, Isaías reveló que la Descendencia sacrificaría su vida (Isaías 53:3-12). Miqueas predijo dónde nacería el Mesías (Miqueas 5:2). Y Daniel hasta dijo exactamente cuándo empezaría su ministerio y cuándo moriría (Daniel 9:24-27).

¡Por fin se revela el secreto sagrado!

15, 16. a) ¿Qué hizo posible que el Hijo de Dios naciera de una mujer? b) ¿Qué heredó Jesús de sus padres humanos, y cuándo llegó como la Descendencia prometida?

15 ¿Cuándo dejó de ser un misterio la forma en que se cumplirían estas profecías? En el momento en que llegó la Descendencia. Gálatas 4:4 dice: “Cuando se cumplió el tiempo fijado, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer”. En el año 2 antes de nuestra era, un ángel le dijo a una virgen judía llamada María: “Mira, quedarás embarazada y darás a luz un hijo, y tienes que llamarlo Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. Y Jehová Dios le dará el trono de David su padre”. Luego añadió: “Sobre ti vendrá espíritu santo, y el poder del Altísimo te envolverá con su sombra. Por eso el que va a nacer será llamado santo, Hijo de Dios” (Lucas 1:31, 32, 35).

16 Más tarde, Jehová hizo que la vida de su Hijo pasara desde el cielo a la matriz de María. Así fue como Jesús nació de una mujer. Aunque María era imperfecta, él no heredó la imperfección, pues era “Hijo de Dios”. Lo que sí heredó de sus padres humanos fue el derecho a ocupar el trono de David, pues ellos eran descendientes de este rey (Hechos 13:22, 23). Cuando Jesús se bautizó, en el año 29 de nuestra era, Jehová lo ungió con espíritu santo y dijo: “Este es mi Hijo amado” (Mateo 3:16, 17). ¡Al fin había llegado la Descendencia! (Gálatas 3:16). Era el momento de revelar más detalles sobre el secreto sagrado (2 Timoteo 1:10).

17. ¿Cómo se aclaró el significado de Génesis 3:15?

17 Durante su ministerio, Jesús indicó que la serpiente de Génesis 3:15 es Satanás y que su descendencia son quienes apoyan al Diablo (Mateo 23:33; Juan 8:44). Más tarde, Jehová reveló cómo se les “aplastará” o destruirá a todos ellos para siempre (Apocalipsis 20:1-3, 10, 15). Además, dio a conocer que la mujer de la profecía era “la Jerusalén de arriba” —o la esposa de Dios—, es decir, la parte celestial de la organización de Jehová, formada por los ángeles fieles (Gálatas 4:26; Apocalipsis 12:1-6). a

El nuevo pacto

18. ¿Qué objetivo tiene “el nuevo pacto”?

18 La revelación más sorprendente sobre el secreto sagrado quizás sea la que hizo Jesús la noche antes de morir, al hablarles a sus discípulos fieles sobre “el nuevo pacto” (Lucas 22:20). Este pacto tendría el mismo objetivo que el de la Ley: producir “un reino de sacerdotes” (Éxodo 19:6; 1 Pedro 2:9). Pero con este pacto no se formaría una nación literal, sino espiritual: “el Israel de Dios”, compuesto exclusivamente por los cristianos ungidos fieles (Gálatas 6:16). Ellos serían parte del nuevo pacto y colaborarían con Jesús para que la humanidad disfrutara de bendiciones.

19. a) ¿Por qué decimos que el nuevo pacto logra formar “un reino de sacerdotes”? b) ¿Por qué se les llama a los cristianos ungidos “una nueva creación”, y cuántos reinarán con Jesús en el cielo?

19 Como vemos, el nuevo pacto consigue formar “un reino de sacerdotes” que bendecirá a la humanidad. ¿Y cómo lo logra? Pues bien, este pacto no condena a los discípulos de Cristo como pecadores. En vez de eso, permite que reciban el perdón total de los pecados gracias al sacrificio de Jesús (Jeremías 31:31-34). Jehová los declara justos, los adopta como miembros de su familia celestial y los unge con espíritu santo (Romanos 8:15-17; 2 Corintios 1:21). Así experimentan “un nuevo nacimiento a una esperanza viva” que “se ha reservado en los cielos” para ellos (1 Pedro 1:3, 4). Como para un ser humano la vida en los cielos era algo nuevo, a estos cristianos ungidos se les llama “una nueva creación” (2 Corintios 5:17). La Biblia indica que serán un total de 144.000 los que gobiernen desde el cielo a la humanidad (Apocalipsis 5:9, 10; 14:1-4).

20. a) ¿Qué se reveló sobre el secreto sagrado en el año 36? b) ¿Quiénes disfrutarán de las bendiciones que se le prometieron a Abrahán?

20 Junto con Jesús, los cristianos ungidos llegan a ser “descendencia de Abrahán” (Gálatas 3:29). b Los primeros ungidos eran de origen judío. Pero en el año 36 de nuestra era se reveló otro aspecto del secreto sagrado: también habría personas no judías que gobernarían con Jesús (Romanos 9:6-8; 11:25, 26; Efesios 3:5, 6). ¿Serían los ungidos los únicos en disfrutar de las bendiciones que se le prometieron a Abrahán? No, porque el sacrificio de Jesús beneficia a todo el mundo (1 Juan 2:2). Años después, Jehová reveló que “una gran muchedumbre” que nadie podía contar sobreviviría al fin del sistema de Satanás (Apocalipsis 7:9, 14). Y muchos, muchísimos más, resucitarían y tendrían la oportunidad de vivir para siempre en el Paraíso (Lucas 23:43; Juan 5:28, 29; Apocalipsis 20:11-15; 21:3, 4).

La sabiduría de Dios y el secreto sagrado

21, 22. ¿Cómo demuestra el secreto sagrado la sabiduría de Jehová?

21 El secreto sagrado fue una impresionante muestra de “la sabiduría de Dios en sus múltiples formas” (Efesios 3:8-10). ¡Qué sabio fue Jehová al formular este secreto e ir revelándolo poco a poco! Sabiamente, tomó en cuenta las limitaciones de los seres humanos y dejó que demostraran lo que había en su corazón (Salmo 103:14).

22 Jehová también mostró su incomparable sabiduría al nombrar Rey a Jesús. Es el ser más confiable que Dios ha creado. Como fue un hombre de carne y hueso, sufrió distintos tipos de problemas. Así que nos entiende a la perfección (Hebreos 5:7-9). Y lo mismo puede decirse de quienes gobernarán con él. A lo largo de los siglos, Dios ha escogido a hombres y mujeres de todos los idiomas, razas y orígenes. Cualquier problema que tengamos ya lo ha afrontado alguno de ellos (Efesios 4:22-24). ¡Será un placer que nos gobiernen estos reyes y sacerdotes tan compasivos!

23. ¿Qué honor nos concede Jehová?

23 Pablo escribió: “El secreto sagrado que estuvo escondido durante los sistemas pasados y las generaciones pasadas [...] ha sido revelado a sus santos” (Colosenses 1:26). Como vemos, los “santos” —los ungidos— ahora tienen mucha información sobre el secreto sagrado. Y la comparten con millones de cristianos. ¡Qué honor nos concede a todos Jehová “dándonos a conocer el secreto sagrado de su voluntad”! (Efesios 1:9). Compartamos este maravilloso secreto con otras personas para que ellas también puedan aprender sobre la infinita sabiduría de Dios.

a Gracias a Jesús, también se reveló el secreto sagrado de la devoción a Dios (1 Timoteo 3:16). Por siglos, no se supo si alguien podría ser leal a Jehová a la perfección. Cristo resolvió este misterio al mantenerse fiel a pesar de las pruebas del Diablo (Mateo 4:1-11; 27:26-50).

b Además, Jesús hizo con este mismo grupo “un pacto [...] para un reino” (Lucas 22:29, 30). Con este pacto, Jesús les prometió a todos los que forman parte del “rebaño pequeño” que reinarían con él en los cielos como parte secundaria de la descendencia de Abrahán (Lucas 12:32).