Ir al contenido

Ir al índice

CAPÍTULO 31

“Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes”

“Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes”

1-3. a) Al ver a unos padres jugando con su bebé, ¿qué aprendemos sobre la forma en que estamos hechos? b) ¿Cómo vamos aprendiendo a responder al amor que se nos muestra, y qué importante pregunta deberíamos hacernos?

 A LOS padres les encanta ver sonreír a su bebé. Es muy común que se acerquen a su carita, le hagan ruiditos y sonrían. Quieren ver su reacción. Después de un rato, su bebé les regala una preciosa sonrisa. ¡Qué momento tan emocionante! Y es que esta es la forma en que el bebé empieza a responder al amor que sus padres le muestran.

2 La sonrisa del bebé nos trae a la mente una verdad fundamental sobre el ser humano: cuando recibimos amor, nos sale dar amor. Al fin y al cabo, así es como estamos hechos (Salmo 22:9). Conforme vamos creciendo, aprendemos distintas maneras de demostrarles amor a quienes nos aman. Seguramente usted recuerde el cariño con que sus padres, familiares o amigos lo trataron cuando era un niño. Ese cariño hizo que usted sintiera lo mismo por ellos. Y, como resultado, empezó a demostrarles su amor con acciones. Ahora bien, ¿pasa lo mismo en su relación con Jehová?

3 La Biblia dice: “Nosotros amamos porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). En las primeras tres secciones vimos que Jehová usa su poder, justicia y sabiduría con amor porque quiere que usted se beneficie de esas cualidades. Y en la sección 4 vimos que, por amor, él ha hecho cosas extraordinarias por la humanidad en general y por usted en particular. Ahora a cada uno le toca hacerse una pregunta, quizá la más importante: “¿Cómo responderé yo al amor de Jehová?”.

Qué significa amar a Dios

4. ¿Qué creen muchas personas sobre lo que significa amar a Dios?

4 Jehová le dio origen al amor y sabe muy bien que el amor saca lo mejor de cada uno. A pesar de que la mayoría de los seres humanos le han dado la espalda, él siempre ha tenido la esperanza de que algunos respondan a su amor. Y millones sí lo han hecho. Por desgracia, las religiones de este mundo malvado han enseñado mentiras sobre lo que significa amar a Dios. De hecho, mucha gente afirma que lo ama, pero al parecer creen que es suficiente con solo decirlo. Claro, quizás así empecemos a expresarle amor a Dios, así como los bebés empiezan expresando su amor con una sonrisa. Pero se espera que con el tiempo se lo demostremos de otras maneras.

5. ¿En qué consiste “el amor a Dios”, y por qué es eso bueno para nosotros?

5 Jehová mismo nos explica lo que significa amarlo. En 1 Juan 5:3 la Biblia dice: “El amor a Dios consiste en esto: en que obedezcamos sus mandamientos”. Así que el amor a Dios se demuestra con acciones. Es cierto que a muchos no les atrae la idea de obedecer, pero el versículo añade: “Sus mandamientos no son una carga”. ¿No nos conmueve esto? Los principios y las leyes de Jehová no son para oprimirnos, sino para beneficiarnos (Isaías 48:17, 18). La Biblia nos da muchas ideas que nos ayudan a acercarnos a Dios. Veamos tres: comunicarnos con él, adorarlo e imitarlo.

Comunicarnos con Jehová

6-8. a) ¿Cómo podemos escuchar a Jehová? b) Al leer la Biblia, ¿cómo podemos vivir lo que leemos?

6 El capítulo 1 empieza con la pregunta: “¿Se imagina conversando con Dios?”. Como vimos, no es una fantasía. De hecho, Moisés tuvo una conversación con Dios. Pero, en la actualidad, ¿cómo se comunica Jehová con nosotros? Aunque ya no envía a sus ángeles a hablar con los seres humanos, sí utiliza excelentes medios para comunicarse con nosotros. Entonces, ¿cómo nos habla Jehová y cómo podemos escucharlo?

7 Sabemos que “toda la Escritura está inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16). Jehová nos habla mediante su Palabra, y lo escuchamos cuando la leemos. Por eso el salmista animó a los siervos de Jehová a leerla “día y noche” (Salmo 1:1, 2). Claro, esto requiere esfuerzo, pero bien vale la pena. Como vimos en el capítulo 18, la Biblia es una carta muy valiosa de nuestro Padre celestial. Así que leerla no debería ser una carga; tenemos que vivir lo que leemos. ¿Y cómo se hace eso?

8 Pues bien, visualizando los relatos mientras los leemos. Recuerde que los personajes bíblicos eran gente real. Así que averigüe todo lo que pueda sobre ellos —su origen, sus circunstancias, sus motivos— para imaginarse cómo eran. Luego, reflexione en lo que haya leído y hágase preguntas, como por ejemplo: “¿Qué me enseña sobre Jehová este pasaje? ¿Qué cualidades de él se destacan aquí? ¿Qué principios quiere enseñarme Jehová, y cómo puedo aplicarlos en mi vida?”. Si lee la Biblia, reflexiona en ella y aplica lo que aprende, verá por usted mismo el poderoso efecto de la Palabra de Dios (Salmo 77:12; Santiago 1:23-25).

9. ¿Quién es “el esclavo fiel y prudente”, y por qué es importante que lo escuchemos con atención?

9 Jehová también nos habla mediante “el esclavo fiel y prudente”. Jesús predijo que ese grupito de cristianos ungidos se encargaría de preparar “alimento al tiempo debido” en estos difíciles últimos días (Mateo 24:45-47). Y ese alimento espiritual lo recibimos mediante las reuniones de la congregación, las asambleas y las publicaciones que el esclavo fiel prepara para ayudarnos a entender la Biblia. Como Jesús es el Amo, hacemos bien en tomar en serio esta advertencia del propio Jesús: “Fíjense bien en cómo escuchan” (Lucas 8:18). Por eso escuchamos con atención al esclavo fiel, pues Jehová lo usa para comunicarse con nosotros.

10-12. a) ¿Por qué es la oración un maravilloso regalo de Jehová? b) ¿Cómo podemos orarle a Jehová de una manera que le agrade, y por qué estamos seguros de que a él le gusta escucharnos?

10 Ahora bien, ¿es posible hablar con Jehová? ¿Cómo podemos hacerlo? Sin duda esta idea impone respeto. Si quisiéramos hablar con la máxima autoridad del país para contarle nuestros problemas, ¿qué probabilidades habría de conseguirlo? En algunos casos, hasta intentarlo sería peligroso. Pensemos en la época de Ester y Mardoqueo. Quien se presentara ante el rey de Persia para hablarle sin que él lo llamara se arriesgaba a que lo mataran (Ester 4:10, 11). Ahora piense en la idea de hablar con el Señor Soberano del universo. En comparación con él, hasta los seres humanos más poderosos “parecen saltamontes” (Isaías 40:22). Entonces, ¿debería darle miedo hablar con él? No, para nada.

11 Jehová nos regaló un medio muy sencillo para hablar con él de manera abierta: la oración. Incluso los pequeñitos pueden hablarle a Dios si lo hacen con fe y en el nombre de Jesús (Juan 14:6; Hebreos 11:6). En nuestras oraciones, podemos contarle a Jehová nuestros pensamientos y sentimientos más íntimos y profundos. Y hasta podemos comunicarle los que son tan complejos o dolorosos que nos cuesta expresar con palabras (Romanos 8:26). Jehová no quiere que tratemos de impresionarlo con oraciones largas y llenas de palabras difíciles o rimbombantes (Mateo 6:7, 8). Pero tampoco limita el tiempo ni la frecuencia de nuestras oraciones. De hecho, su Palabra nos invita: “Oren constantemente” (1 Tesalonicenses 5:17).

12 Recordemos que Jehová es “el que escucha las oraciones”, y lo hace con verdadera empatía (Salmo 65:2). Pero ¿escucha las oraciones de sus siervos por pura obligación? No, al contrario, lo hace con mucho gusto. Su Palabra compara las oraciones al incienso que, al quemarse, desprendía un aroma agradable y relajante que subía hasta él (Salmo 141:2; Apocalipsis 5:8; 8:4). ¿No nos anima saber que nuestras oraciones sinceras suben al Señor Soberano y le agradan? Pues, si queremos acercarnos a Jehová, tenemos que orarle humildemente y varias veces al día. Abrámosle nuestro corazón (Salmo 62:8). Contémosle nuestras preocupaciones y alegrías. Démosle gracias y alabémoslo. Así, nuestra amistad con él se irá haciendo cada vez más fuerte.

Adorar a Jehová

13, 14. ¿Qué implica adorar a Jehová, y por qué merece que lo adoremos?

13 Ahora bien, comunicarnos con Jehová no es tan solo hablar y escuchar, como se hace con los amigos o familiares. En realidad, es parte de nuestra adoración a él, una forma en que le demostramos el profundo respeto que tanto merece. Y es que la adoración verdadera es el centro de nuestra vida, y gracias a ella podemos expresarle a Dios amor y devoción incondicionales. Además, nos une a todos los siervos fieles de Jehová, tanto en el cielo como en la Tierra. En una visión, el apóstol Juan oyó a un ángel anunciando este mandato: “Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales” (Apocalipsis 14:7).

14 ¿Por qué debemos adorar a Dios? Pensemos en las cualidades que ya vimos, como su santidad, poder, autocontrol, justicia, valor, misericordia, sabiduría, humildad, amor, compasión, lealtad y bondad. Él muestra al mayor grado posible todas estas bellas cualidades. Cuando las estudiamos en conjunto, nos damos cuenta de que él es más que alguien importante que causa admiración. Su gloria no tiene comparación, y él es infinitamente superior a nosotros (Isaías 55:9). Está claro: Jehová es el legítimo Soberano y merece que lo adoremos. ¿Cómo debemos hacerlo?

15. ¿Cómo podemos adorar a Jehová “con espíritu y con verdad”, y qué oportunidad nos ofrecen las reuniones cristianas?

15 Jesús dijo: “Dios es un espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad” (Juan 4:24). Para adorar a Dios “con espíritu”, debemos contar con su espíritu y dejarnos guiar por él. Además, nuestra adoración debe basarse en la verdad, o sea, en el conocimiento exacto que encontramos en la Biblia. Y una maravillosa oportunidad de adorar a Jehová “con espíritu y con verdad” es reuniéndonos con nuestros hermanos de la congregación (Hebreos 10:24, 25). Cuando le cantamos alabanzas a Jehová, le oramos unidos, escuchamos la información bíblica que se da en las reuniones y participamos en ellas, lo adoramos como él quiere y le demostramos cuánto lo queremos.

Asistir a las reuniones para adorar a Jehová es un placer.

16. ¿Qué importantísimo mandato hemos recibido los cristianos verdaderos, y por qué sentimos tantas ganas de obedecerlo?

16 Hablar de Jehová con los demás es otra forma de adorarlo y alabarlo públicamente (Hebreos 13:15). De hecho, predicar las buenas noticias del Reino es uno de los mandatos más importantes para los cristianos verdaderos (Mateo 24:14). Y lo obedecemos con entusiasmo por amor a Jehová. Al pensar en las mentiras de Satanás, ¿no sentimos un deseo intenso de defender a Jehová y ser sus Testigos? Y es que “el dios de este sistema les ha cegado la mente” a los no creyentes (2 Corintios 4:4; Isaías 43:10-12). Además, al pensar en las maravillosas cualidades de nuestro Padre, ¿verdad que también sentimos un deseo muy fuerte de hablarles de él a los demás? La verdad es que no hay mayor honor que ayudarles a conocerlo y amarlo como nosotros.

17. ¿Qué abarca la adoración a Jehová, y por qué debemos adorarlo con integridad?

17 Pero adorar a Jehová implica todavía más. En realidad, abarca todos los ámbitos de nuestra vida (Colosenses 3:23). Si de verdad aceptamos a Jehová como Soberano, todo lo que hagamos —en la familia, en el trabajo, en las relaciones personales y cuando estamos a solas— estará de acuerdo con su voluntad. Por eso nos esforzaremos por servirle “con un corazón completo”, o sea, con integridad (1 Crónicas 28:9). Esto impedirá que tengamos un corazón dividido o que llevemos una doble vida, es decir, que demos la impresión de estar adorando a Jehová pero al mismo tiempo hagamos a escondidas cosas que él odia. Eso sería hipócrita de nuestra parte. Como amamos a Jehová, la simple idea de hacer algo así nos da asco. Y el temor a Dios, el profundo respeto que sentimos por él, también nos ayudará a servirle con un corazón completo. De hecho, la Biblia relaciona este temor con la amistad íntima con Jehová (Salmo 25:14).

Imitar a Jehová

18, 19. ¿Por qué es realista pensar que simples humanos imperfectos podemos imitar a Jehová Dios?

18 El último capítulo de cada sección de este libro invita a los cristianos a que “imiten a Dios como hijos amados” (Efesios 5:1). Nunca olvidemos que, aunque seamos imperfectos, podemos seguir el ejemplo que nos da Jehová al usar el poder, practicar la justicia, actuar con sabiduría y demostrar amor. ¿Cómo sabemos que realmente podemos hacerlo? Recordemos que el significado del nombre de Dios nos enseña que él puede llegar a ser lo que él decida para que sus propósitos se cumplan. Bueno, esto es impresionante. Pero ¿qué tiene que ver con nosotros?

19 Estamos hechos a la imagen de Dios (Génesis 1:26). Y eso nos hace diferentes de los demás seres vivos. No somos esclavos del instinto, la genética o el ambiente en que crecemos. En vez de eso, Jehová nos regaló la libertad de decisión. A pesar de nuestras limitaciones e imperfecciones, tenemos la libertad de decidir lo que llegaremos a ser. Además, recordemos que el nombre de Dios también implica que él puede hacer que sus siervos lleguen a ser lo que él decida. Así que, si queremos usar bien nuestro poder, ser justos, ser sabios y mostrar amor, podemos conseguirlo gracias al espíritu de Jehová. ¿Y qué lograremos?

20. ¿Qué lograremos si imitamos a Jehová?

20 Cada uno de nosotros logrará hacer feliz a Jehová y alegrar su corazón (Proverbios 27:11). De hecho, como Jehová entiende nuestras limitaciones, usted puede llegar a agradarle en todo (Colosenses 1:9, 10). Además, conocer cada vez más a su amado Padre e imitar sus cualidades le dará una maravillosa oportunidad: llevar la luz de la verdad a las personas que están sumidas en la oscuridad porque no conocen a Dios (Mateo 5:1, 2, 14). Al reflejar las hermosas cualidades de Jehová, ayudará a otros a ver lo maravilloso que es Dios. ¡Qué privilegio!

“Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes”

Acerquémonos cada día más a Jehová.

21, 22. ¿Por qué puede decirse que todos los que aman a Jehová están en un viaje que nunca terminará?

21 Esta sencilla idea de Santiago 4:8 no es algo que buscamos, logramos y..., ya está. Más bien, es como un viaje que, si seguimos fieles, nunca terminará. Y es que siempre vamos a estar aprendiendo cosas nuevas de Jehová, y por eso siempre seguiremos acercándonos cada vez más a él. No deberíamos pensar que este libro nos enseña todo lo que se puede saber sobre Dios. En realidad apenas hemos comenzado a analizar lo que la Biblia dice de él. Y ni siquiera la Biblia nos enseña todo sobre Jehová. Piénselo: el apóstol Juan dijo que, si alguna vez se escribieran todas las cosas que Jesús hizo durante su ministerio en la Tierra, “el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribirían” (Juan 21:25). ¡Pues ahora imagínese cuánto podría decirse de su Padre!

22 Ni siquiera la vida eterna será suficiente para aprenderlo todo sobre Jehová (Eclesiastés 3:11). Pensemos en el futuro que tenemos por delante. Cuando hayamos vivido cientos, miles, millones o incluso billones de años, sabremos mucho más sobre Jehová que en la actualidad. Pero aun así veremos que nos quedan muchísimas cosas maravillosas que aprender sobre él. Y nunca nos cansaremos de seguir conociéndolo mejor. Al contrario, sentiremos el mismo entusiasmo por aprender de Jehová que el salmista, que dijo: “Acercarme a Dios es bueno para mí” (Salmo 73:28). No podemos ni imaginarnos lo increíble y variada que será la vida en el Paraíso. Pero, de todo lo que hagamos allí, lo más bonito será acercarnos cada día más a Jehová.

23. ¿Qué sería bueno que hiciéramos desde ahora?

23 En conclusión, demuestre desde ahora que agradece el amor de Dios. ¿Cómo? Amándolo con todo su corazón, alma, mente y fuerzas (Marcos 12:29, 30). Ámelo con lealtad y constancia. Cuando tome decisiones cada día —ya sean grandes o pequeñas—, tenga siempre el objetivo de que su amistad con Jehová sea cada vez más fuerte. Pero, por encima de todo, acérquese cada vez más a Jehová y que él se acerque cada vez más a usted. ¡Que esto sea así por toda la eternidad!