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Fumar: ¿es tan malo como dicen?

Fumar: ¿es tan malo como dicen?

CAPÍTULO 33

Fumar: ¿es tan malo como dicen?

Lee la siguiente lista y marca (✔) las opciones con las que te sientas más identificado.

□ Quiero experimentar cosas nuevas

□ Necesito aliviar el estrés

□ Quiero ser como mis amigos

□ Necesito bajar de peso

¿SABES que estas son algunas de las razones por las que muchos jóvenes fuman? * Por ejemplo:

Para experimentar cosas nuevas. “Me preguntaba cómo sería, así que le acepté un cigarrillo a una compañera de clase y me lo fumé a escondidas.” (Tracy.)

Para aliviar el estrés y ser como los demás. “Los chicos en la escuela decían: ‘¡Qué estrés! Necesito un cigarrillo’. Y al terminarlo exclamaban: ‘¡Ahora aguanto lo que sea!’. Yo quería sentir ese mismo alivio.” (Nikki.)

Para bajar de peso. “Algunas chicas fuman para no engordar. ¡Es mucho más fácil que hacer dieta!” (Samantha.)

Pero antes de encender tu primer —o tu próximo— cigarrillo, piénsalo bien. No seas como el pez que muerde el anzuelo: aunque obtiene una breve satisfacción, le sale muy caro. ¿Verdad que es mejor que uses la cabeza y sigas los consejos de la Biblia? (2 Pedro 3:1.) Para empezar, averigüemos la verdad acerca del tabaco.

¿Qué sabes acerca del tabaco?

Marca cierto o falso al lado de cada frase.

a) Fumar reduce el estrés.

□ Cierto □ Falso

b) Cuando se exhala, todo el humo sale del cuerpo.

□ Cierto □ Falso

c) Los efectos del tabaco no se sienten hasta que pasan muchos años.

□ Cierto □ Falso

d) Las personas que fuman resultan más atractivas para el sexo opuesto.

□ Cierto □ Falso

e) Quienes fuman se perjudican solo a sí mismos.

□ Cierto □ Falso

f) A Dios no le importa si alguien fuma.

□ Cierto □ Falso

Respuestas

a) Falso. Los científicos han descubierto que la nicotina eleva el nivel de hormonas del estrés. En realidad, el único estrés que reduce es el relacionado con los síntomas de abstinencia.

b) Falso. Algunos estudios demuestran que más del ochenta por ciento de las partículas de humo que se inhalan se quedan en los pulmones.

c) Falso. Es cierto que los peores riesgos son a largo plazo, pero hay efectos que son inmediatos. De hecho, algunas personas se hacen adictas con solo un cigarrillo. La capacidad de los pulmones se reduce, y es probable que surja una tos persistente. Aparecen más arrugas y otros signos de envejecimiento prematuro. Además, aumenta el riesgo de padecer disfunción sexual, ataques de pánico y depresión.

d) Falso. El investigador Lloyd Johnston descubrió que los jóvenes que fuman resultan “menos atractivos para la gran mayoría de las personas del sexo opuesto”.

e) Falso. El fumador perjudica también a todos los que lo rodean: su familia, sus amigos y hasta sus mascotas. De hecho, todos los años mueren miles de fumadores pasivos.

f) Falso. Las personas que quieren agradar a Dios deben limpiarse de “toda contaminación” (2 Corintios 7:1). El tabaco contamina el cuerpo. Por lo tanto, quienes fuman están perjudicándose a sí mismos y a los demás, y Dios no los quiere como amigos (Mateo 22:39; Gálatas 5:19-21).

Cómo resistir la tentación

¿Qué vas a hacer si alguien te ofrece un cigarrillo? A menudo da buenos resultados una respuesta sencilla, pero firme, como: “No, gracias. Yo no fumo”. Si la persona insiste o hasta se burla de ti, no te dejes convencer. Tal vez puedas decirle:

● “¿Fumar yo? ¡Estás loco, con lo peligroso que es!”

● “Prefiero no morir joven.”

● “He dicho que no, y punto.”

Por otro lado, como los jóvenes citados al principio, quizás te des cuenta de que tienes una lucha interna, pues te atrae la idea de fumar. Si ese es el caso, respóndele a tu voz interior pensando en preguntas como estas:

● “¿Qué gano con fumar? ¿De verdad me van a aceptar compañeros con los que no tengo nada en común aparte del tabaco? ¿Quiero ser amigo de personas a quienes no les importa ver cómo daño mi salud?”

● “¿Cuánto perjudicará mi bolsillo, mi salud y mi reputación?”

● “¿Estoy dispuesto a sacrificar mi amistad con Dios por un cigarrillo?”

Ahora bien, si ya estás enganchado, ¿qué puedes hacer para dejarlo?

Pasos para dejar de fumar

1. Convéncete. Escribe por qué quieres dejar de fumar y repasa la lista con regularidad. Una buena razón es el deseo de estar limpio ante Dios (Romanos 12:1; Efesios 4:17-19).

2. Pide ayuda. Si has estado fumando en secreto, este es el momento de confesarlo. Diles a tus familiares y amigos que quieres dejar el cigarrillo y que necesitas su apoyo. También es importante que le pidas ayuda a Dios (1 Juan 5:14).

3. Ponte una fecha. Elige un día que esté dentro de las próximas dos semanas y márcalo en tu calendario. Diles a tus seres queridos que ese día dejarás de fumar.

4. Tíralo todo. Antes de que llegue la fecha que escogiste, destruye todos los cigarrillos que tengas en tu habitación, en tu auto y en tu ropa. También deshazte de los encendedores, fósforos y ceniceros.

5. Controla los síntomas de abstinencia. Bebe mucha agua y jugos de fruta, y trata de dormir más. Recuerda que las molestias son temporales, pero los beneficios serán permanentes.

6. Evita las tentaciones. Aléjate de los lugares, las situaciones y las personas que podrían tentarte a encender un cigarrillo (Proverbios 13:20).

No te dejes engañar

Todos los años, los fabricantes de cigarrillos gastan miles de millones de dólares en publicidad. ¿Sabes quién es su blanco principal? Un documento interno de una compañía de tabaco declara: “Nuestros clientes del mañana son los adolescentes de hoy”.

No dejes que los ejecutivos de las tabacaleras se queden con tu dinero. ¿Por qué morder el anzuelo? Lo cierto es que ni ellos ni tus compañeros que fuman se preocupan de verdad por ti. En vez de escucharlos, haz caso a los consejos de la Biblia, pues están ahí para tu propio beneficio (Isaías 48:17).

EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

¿Te presionan tus amigos para que tomes alcohol? Aprende por qué es importante que conozcas tu límite.

[Nota]

^ párr. 8 Aunque este capítulo va dirigido a quienes fuman, los problemas y peligros que menciona también afectan a quienes mascan tabaco.

TEXTO BÍBLICO CLAVE

“Limpiémonos de todo lo que pueda contaminar nuestro cuerpo.” (2 Corintios 7:1, Nueva Traducción Viviente)

UNA SUGERENCIA

Si estás tratando de dejar de fumar, no te engañes: una simple probadita puede llevarte a volver al vicio (Jeremías 17:9).

¿SABÍAS ESTO?

El tabaco sin humo —por ejemplo, el que se masca— puede tener más nicotina que los cigarrillos y contiene unas veinticinco sustancias cancerígenas que incrementan el riesgo de sufrir cáncer en la garganta y en la boca.

¡MANOS A LA OBRA!

Si un compañero me ofrece un cigarrillo, le diré esto: ․․․․․

¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

● Aunque conoces los peligros del tabaco, ¿crees que hay algo que te podría llevar a fumar?

● ¿Qué te convence de que no debes fumar?

[Comentario de la página 240]

“Cuando alguien me ofrece un cigarrillo, solo sonrío y digo: ‘No, gracias. No quiero que me dé cáncer’.” (Alana)

[Ilustración y recuadro de la página 241]

¿y qué hay de la marihuana?

Ellen, quien vive en Irlanda, comenta: “Algunos dicen que la marihuana no tiene efectos secundarios y que sirve para escapar de los problemas”. ¿Has oído comentarios como este? Pues bien, no creas que todo lo que se dice es cierto.

Lo que dicen: La marihuana no hace daño.

La realidad: Muchos estudios indican que puede dañar la memoria, afectar el aprendizaje, debilitar el sistema inmunológico y perjudicar la salud sexual de hombres y mujeres. También puede provocar ataques de ansiedad, psicosis y paranoia. Los hijos de usuarias de marihuana suelen tener problemas de conducta, déficit de atención y mayor dificultad para tomar decisiones.

Lo que dicen: El humo de la marihuana es menos nocivo que el del cigarrillo.

La realidad: La marihuana puede dejar cuatro veces más alquitrán en las vías respiratorias y cinco veces más monóxido de carbono en la sangre que el tabaco. Cinco cigarrillos de marihuana tienen tantas sustancias cancerígenas como un paquete entero de cigarrillos de tabaco.

Lo que dicen: No es adictiva.

La realidad: Los jóvenes con problemas psicológicos o emocionales pueden hacerse adictos rápidamente. Otros se vuelven adictos después de usarla por bastante tiempo. Además, algunas investigaciones demuestran que los adolescentes que fuman marihuana son más propensos a usar otras drogas, como la cocaína.

[Ilustraciones y recuadro de las páginas 244 y 245]

lo que el tabaco le hace a tu cuerpo

¿Has notado que en los anuncios de cigarrillos siempre aparece gente muy saludable? Mira las siguientes imágenes y verás lo que el tabaco le hace a tu cuerpo.

Boca y garganta: Causa cáncer

[Ilustración]

Cáncer en la lengua

Corazón: Endurece y estrecha las arterias, reduce el oxígeno en el corazón y aumenta hasta cuatro veces el riesgo de problemas cardíacos

[Ilustración]

Arteria obstruida

Pulmones: Destruye los alvéolos, inflama las vías respiratorias y eleva hasta veintitrés veces el riesgo de desarrollar cáncer

[Ilustración]

Pulmón de un fumador

Cerebro: Aumenta hasta cuatro veces el riesgo de sufrir un derrame o un infarto cerebral

Piel: Causa envejecimiento prematuro

Dientes: Les da un tono amarillento

Estómago: Provoca cáncer

Páncreas: Provoca cáncer

Vejiga: Provoca cáncer

Riñones: Provoca cáncer

[Ilustración de la página 239]

Como el pez que muerde el anzuelo, el fumador obtiene una breve satisfacción, pero le sale muy caro