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¿Lo sabía?

¿Lo sabía?

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¿Por qué era tan costoso el aceite perfumado que utilizó María?

Estando Jesús en Betania unos días antes de su muerte, “vino una mujer [María, la hermana de Lázaro] con una cajita de alabastro llena de aceite perfumado, nardo genuino, muy costoso” y “se puso a derramarlo sobre la cabeza de él” (Marcos 14:3-5; Mateo 26:6, 7; Juan 12:3-5). Los relatos de Marcos y Juan dicen que aquel perfume valía 300 denarios, aproximadamente el salario anual de un trabajador de término medio.

¿De dónde se sacaba ese perfume tan costoso? El nardo mencionado en la Biblia se extraía de una pequeña planta aromática que crece en la cordillera del Himalaya, denominada nardo índico o espicanardo (Nardostachys jatamansi). Al ser un producto tan costoso, muchos lo adulteraban o hasta lo falsificaban. Pero, según los Evangelios de Marcos y Juan, el que María utilizó era “nardo genuino”. El hecho de que fuera tan caro indica que venía de un lugar muy distante, probablemente de la India.

¿Por qué especifica Marcos que María “rompi[ó] la cajita de alabastro”? Pues bien, estos recipientes solían tener forma de frasco con un cuello estrecho que permitía sellarlos bien para que el perfume no perdiera su apreciada fragancia. En su libro Discoveries From the Time of Jesus (Descubrimientos del tiempo de Jesús), Alan Millard menciona que “resulta fácil imaginarse a esta mujer, llena de emoción, quebrando [el cuello del frasco] sin detenerse a quitarle el sello y derramando todo el perfume de una sola vez”. Esto explicaría por qué “la casa se llenó de la fragancia del aceite perfumado” (Juan 12:3). Un regalo muy costoso, sí, pero también muy apropiado. Recordemos que poco tiempo antes, Jesús había resucitado a Lázaro, el amado hermano de María, y esta se sentía profundamente agradecida (Juan 11:32-45).

¿Había una sola ciudad llamada Jericó, o dos?

Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas mencionan una curación milagrosa que tuvo lugar cerca de Jericó (Mateo 20:29-34; Marcos 10:46-52; Lucas 18:35-43). Marcos dice que Jesús hizo el milagro “cuando salían de Jericó”, y lo mismo especifica Mateo. Pero Lucas dice que Jesús hizo el milagro “al acercarse él a Jericó”.

En tiempos de Jesús, ¿había una sola ciudad llamada Jericó, o dos? El libro Bible Then & Now (La Biblia, ayer y hoy) responde así la pregunta: “En la época del Nuevo Testamento se había reconstruido la ciudad de Jericó alrededor de una milla (1,6 kilómetros) al sur de la antigua ciudad. Herodes el Grande tenía allí un palacio de invierno”. El libro Archaeology and Bible History (La arqueología y la historia bíblica) confirma esta declaración con las siguientes palabras: “La Jericó del tiempo de Jesús era una ciudad doble. [...] La vieja ciudad judía estaba más o menos a una milla de la ciudad romana”.

De modo que Jesús tal vez realizó este milagro cuando salía de la ciudad judía y se acercaba a la ciudad romana, o viceversa. Es obvio que conocer las circunstancias de la época en que se escribió el relato ayuda a aclarar lo que pudiera parecer una contradicción.

[Ilustración de la página 31]

FRASCO DE PERFUME HECHO DE ALABASTRO

[Reconocimiento]

© Réunion des Musées Nationaux/Art Resource, NY