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2. Leerla sin prejuicios

2. Leerla sin prejuicios

Pasos para entender la Biblia

2. Leerla sin prejuicios

¿Le han hablado mal de una persona a la que usted no conocía? ¿Qué ocurrió cuando empezó a tratarla? De seguro le costó trabajo fijarse en sus virtudes debido a lo que le habían dicho. Pues algo parecido le sucede a mucha gente con la Biblia.

EL APÓSTOL Pablo conocía bien el peligro de leer las Escrituras con ideas preconcebidas. Ese fue el problema de ciertos judíos del siglo I, de quienes dijo: “Tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto” (Romanos 10:2).

Cegados por sus prejuicios, muchos no quisieron reconocer al Mesías prometido que tan claramente se describía en las Escrituras Hebreas. Aunque era evidente que Jesús de Nazaret cumplía todas esas profecías, las arraigadas ideas preconcebidas de estos judíos les impidieron captar el mensaje de la Palabra de Dios.

¿Qué aprendemos nosotros del error que ellos cometieron? Que es muy importante leer la Biblia con una mentalidad abierta. De lo contrario, los prejuicios podrían entorpecer nuestra comprensión de la verdad bíblica.

Cierto profesor de Estudios Religiosos de Carolina del Norte (Estados Unidos) describió la Biblia como “un libro hecho por y para seres humanos, que contiene multitud de opiniones contradictorias y consejos que no aportan una guía infalible para la vida”. Ahora bien, si vemos la Biblia tan solo como “un libro hecho por y para seres humanos”, ¿verdad que podríamos sentirnos tentados a rechazar aquellas normas y principios que no nos gustan?

Sin embargo, en la Biblia se nos insta a que la estudiemos detenidamente, igual que hicieron en tiempos de Pablo algunos habitantes de Berea. Ellos no solo aceptaron las enseñanzas cristianas “con suma prontitud de ánimo”, sino que, según el relato, también “examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Si queremos comprender mejor la Biblia, tenemos que hacer como ellos y analizarla dejando a un lado los prejuicios y las críticas que hayamos oído. Por lo tanto, esfuércese por leerla con una mente abierta, sin prejuicios, deseoso de conocer el fascinante mensaje de su Autor.