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El calvinismo: cinco siglos de historia

El calvinismo: cinco siglos de historia

El calvinismo: cinco siglos de historia

JEAN CAUVIN —conocido en español como Juan Calvino— nació en Noyon (Francia) en el año 1509. Fundó un movimiento religioso que ha influido significativamente en la vida espiritual de mucha gente de diferentes partes del mundo, tan distantes entre sí como el continente americano, Europa y Sudáfrica. De hecho, es considerado uno de los mayores reformadores religiosos de la historia occidental.

Quinientos años después del nacimiento de Calvino, sus ideas y enseñanzas —que reciben el nombre de calvinismo— perviven de una u otra manera en algunas confesiones protestantes como la Iglesia Reformada, la Presbiteriana y la Congregacionalista, así como en el puritanismo. La Alianza Mundial de las Iglesias Reformadas informó que para septiembre del año pasado contaba con 75.000.000 de miembros en 107 países.

Su conflicto con el catolicismo

El padre de Calvino era abogado y secretario de la Iglesia Católica de Noyon, cargo que tal vez lo convirtió en testigo de muchas de las faltas tan comunes del clero de aquel tiempo. No se sabe con certeza si esto contribuyó a sus posteriores actos de protesta y rechazo hacia la Iglesia, pero lo cierto es que con el tiempo tanto él como uno de sus hijos fueron excomulgados. Por ello, tras su fallecimiento, Calvino tuvo dificultades para darle un entierro digno de un creyente; al parecer, esta experiencia hizo que aumentara su desconfianza hacia el catolicismo.

La mayoría de las obras que hablan de Calvino revelan muy poco sobre su juventud. Si acaso, lo describen como un muchacho reservado e introvertido. Según parece, no tenía muchos amigos, ni siquiera mientras fue estudiante en París, Orleans y Bourges. Con todo, poseía una mente muy ágil, una excelente memoria y una enorme capacidad de trabajo (se dice que estudiaba todos los días de cinco de la mañana a doce de la noche). Gracias a estas tres virtudes, llegó a ser doctor en Derecho antes de cumplir los 23 años. Además, aprendió hebreo, griego y latín a fin de estudiar la Biblia. Pero sobre todo, fue conocido por su estricta y disciplinada ética laboral, característica que incluso hoy se relaciona con el calvinismo.

Mientras tanto, en el país vecino de Alemania, Martín Lutero criticaba públicamente a la Iglesia Católica por su corrupción y enseñanzas antibíblicas. Se dice que en 1517 clavó en la puerta de una iglesia de Wittenberg sus 95 tesis o protestas, en las cuales propuso reformas a la Iglesia. Muchos concordaron con él, y la Reforma se extendió rápidamente por toda Europa. Como era de esperar, este movimiento suscitó fuerte oposición en diversas zonas, y muchos de sus partidarios —que llegaron a ser conocidos como protestantes por su protesta, o rechazo, a la Iglesia— expresaron sus opiniones a riesgo de su vida. En 1533, un amigo de Calvino llamado Nicolás Cop pronunció un discurso en París en el que apoyaba las ideas de Lutero. Puesto que Calvino lo ayudó a redactarlo, ambos tuvieron que huir. De hecho, Calvino nunca más volvió a vivir en Francia.

En 1536, Calvino publicó la obra Institución de la religión cristiana, la cual se ha convertido en un importante manual del protestantismo. Contaba con un prólogo dirigido al rey Francisco I en el que presentaba una defensa de los protestantes franceses (llamados posteriormente hugonotes). Atacó las enseñanzas católicas y defendió el pensamiento determinante de su propia fe, a saber, la doctrina del Dios soberano. Además de su influencia en el ámbito religioso, la Institución constituyó una gran aportación para la lengua francesa y la literatura. No en balde Calvino es considerado uno de los reformadores más destacados que han existido. Con el tiempo se estableció en Ginebra (Suiza), y desde 1541 hizo de esta ciudad el punto central de sus reformas.

En busca de la reforma de Ginebra

Calvino ejerció una poderosa influencia en Ginebra. Motivado por un fuerte sentido de la moralidad y la rectitud, se propuso transformar esta “ciudad de mala reputación en otra donde un estricto código moral regulara la vida de todos” (Encyclopedia of Religion). Pero también hubo otros factores que propiciaron el cambio. La especialista Sabine Witt, conservadora del Museo Histórico Alemán —ubicado en Berlín—, explica: “Como resultado de las guerras religiosas de Francia, la población [de Ginebra] se duplicó en unos cuantos años debido a la llegada de miles de refugiados protestantes”. Los hugonotes, quienes poseían una ética laboral muy similar a la de Calvino, estimularon la economía de la ciudad convirtiéndola en el centro de la imprenta y de la fabricación de relojes.

También llegaron refugiados de otros países. Muchos de ellos provenían de Inglaterra, donde la reina María I perseguía a los protestantes. El grupo de los calvinistas, compuesto en gran parte por minorías exiliadas, desarrolló lo que cierta publicación religiosa llamó “la teología de los perseguidos” (periódico Christ in der Gegenwart). En 1560, los refugiados publicaron la Geneva Bible (Biblia de Ginebra), la primera versión inglesa dividida en versículos numerados. También se destacaba por su tamaño compacto, lo que la hacía muy práctica para la lectura personal. Esta fue, probablemente, la traducción que los colonos puritanos llevaron a Norteamérica cuando emigraron en 1620.

Sin embargo, Ginebra no siempre fue un lugar seguro para todos. Tomemos, por ejemplo, el caso de Miguel Servet, un español nacido en 1511 que había cursado estudios de medicina, así como de griego, latín y hebreo. Puede que haya conocido a Calvino mientras ambos estudiaban en París. Gracias a su análisis de la Biblia, Servet entendió que la doctrina de la Trinidad es antibíblica. Como fue perseguido por el clero católico de Francia, tuvo que huir a Ginebra, la ciudad de Calvino, a quien había tratado de explicar por carta sus conclusiones sobre la Trinidad. Sin embargo, sus intentos no solo resultaron totalmente infructuosos, sino que le acarrearon el odio de Calvino. Por eso, lejos de recibir una amigable acogida en Ginebra, Servet fue arrestado, acusado de herejía y quemado en la hoguera en 1553. “Hasta el día de hoy, la ejecución de Servet trae deshonra al nombre y la obra de Calvino, quien fue, en otros muchos sentidos, un gran reformista”, comenta el historiador Friedrich Oehninger.

Calvino escribió una gran cantidad de obras en su afán por establecer su reforma. Se dice que redactó 1.000 cartas y más de 100 obras de consulta y que pronunció unos 4.000 sermones en Ginebra. No solo expuso su parecer sobre lo que debía ser el cristianismo, sino que también hizo todo lo posible por imponer la forma como debían vivir los cristianos, especialmente en Ginebra, la cual quería convertir en “una ciudad santa”. *

¿Qué lograron los inagotables esfuerzos de Calvino por reformar Ginebra? Veamos algunas cifras. Según la Oficina Federal de Estadísticas de Suiza, para el año 2000 había más católicos que calvinistas en Ginebra y solo el 16% de sus habitantes pertenecían a la Iglesia Reformada (o Calvinista).

Surge la división religiosa

Tras la Reforma, los estados y ciudades de Europa definieron su postura en materia religiosa —ya fuera a favor del catolicismo, el luteranismo o el calvinismo—, lo cual convirtió al continente en un foco de división religiosa. Aunque los reformadores estaban unidos en su postura contra la Iglesia Católica, tenían importantes diferencias entre sí. Sabine Witt, citada antes, señala: “Los desacuerdos teológicos surgieron incluso entre los protestantes”. Aunque todos concordaban en que la Biblia tenía que ser la base del cristianismo, diferían en muchas de sus enseñanzas. Su primera discrepancia se centró en el significado de la Última Cena y la presencia de Cristo. Con el tiempo, los calvinistas desarrollaron una de sus doctrinas más polémicas: la predestinación.

De hecho, entre ellos no se ponían de acuerdo sobre lo que implicaba tal doctrina. Un grupo sostenía que, antes de que el hombre pecara, Dios ya había determinado que solo unos cuantos escogidos se salvarían mediante Cristo, en tanto que los demás serían condenados. En otras palabras, creían que la salvación se obtiene por decreto de Dios y que los hombres no son iguales. Otros calvinistas decían que la salvación estaba al alcance de todos y que cada persona podía decidir si la aceptaría o no, es decir, que dependía de su libre albedrío. Mucho tiempo después de la muerte de Calvino, entre sus adeptos seguía la pugna respecto a asuntos como el decreto de Dios, el libre albedrío y la igualdad de oportunidades entre los hombres.

Las faltas del calvinismo

La Iglesia Reformada Holandesa, de origen calvinista, se valió en el siglo XX de la doctrina de la predestinación para justificar la segregación racial en Sudáfrica. Refiriéndose a la política de la supremacía blanca que seguía el gobierno, Nelson Mandela —el primer presidente de raza negra de Sudáfrica— afirmó: “La Iglesia [...] aprobaba esta política y aportó el apuntalamiento religioso del apartheid sugiriendo que los afrikáners [o blancos] eran el pueblo escogido de Dios, mientras que los negros eran una especie subordinada a ellos. En la visión del mundo que defendía el afrikáner, apartheid y religión marchaban codo con codo”.

En la década de 1990, la Iglesia Reformada Holandesa pidió disculpas públicamente por haber apoyado este régimen de segregación. Sus dirigentes reconocieron en la Declaración de Rustenburg: “Algunos de nosotros utilizamos mal la Biblia para justificar el apartheid, por lo que muchos creyeron que contaba con la aprobación de Dios”. A lo largo de los años, la postura de la Iglesia respecto a la segregación racial contribuyó al sufrimiento de la gente e incluso dio a entender que Dios tenía la culpa de lo que sucedía.

Juan Calvino murió en Ginebra en 1564. Se dice que al final de sus días agradeció a sus compañeros que le hubieran “concedido tantos honores aunque no los mereciera” y suplicó perdón por su impaciencia e ira, constantes defectos en él. Sea como fuere, hay que admitir que la ética laboral protestante —caracterizada por la diligencia, la autodisciplina y la dedicación— es un reflejo palpable de la personalidad y los valores de Juan Calvino.

[Nota]

^ párr. 13 Hallará más información en las páginas 322 a 324 del libro El hombre en busca de Dios, editado por los testigos de Jehová.

[Comentario de la página 21]

Tras la Reforma, los estados y ciudades de Europa definieron su postura en materia religiosa —ya fuera a favor del catolicismo, el luteranismo o el calvinismo—, lo cual convirtió al continente en un foco de división religiosa

[Mapa de la página 18]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

ESPAÑA

FRANCIA

PARÍS

Noyon

Orleans

Bourges

SUIZA

GINEBRA

[Ilustración de la página 19]

La Institución de la religión cristiana, de Calvino (1536), es una de las obras fundamentales del protestantismo

[Reconocimiento]

© INTERFOTO/Alamy

[Ilustración de la página 20]

Hasta el día de hoy, la ejecución de Servet trae deshonra al nombre y la obra de Calvino

[Reconocimiento]

© Mary Evans Picture Library

[Ilustración de la página 21]

La versión Geneva Bible (1560) es la primera Biblia inglesa dividida en versículos numerados

[Reconocimiento]

Por gentileza de la American Bible Society

[Reconocimiento de la página 18]

Ciudad francesa: © Mary Evans Picture Library