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¿Lo sabía?

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¿De qué delitos era culpable Barrabás?

▪ Según los Evangelios, el hombre a quien el gobernador romano Poncio Pilato puso en libertad en lugar de a Jesús era un “salteador” y un “preso famoso” (Mateo 27:16; Juan 18:40). En ese momento se encontraba en Jerusalén, bajo custodia romana, junto con “los sediciosos, que en su sedición habían cometido asesinato” (Marcos 15:7).

Aunque no existen pruebas extrabíblicas de los delitos de Barrabás, su inclusión entre los sediciosos permite a algunos eruditos relacionarlo con grupos subversivos de Israel. El historiador Flavio Josefo, por ejemplo, dejó constancia de que las bandas de forajidos estaban entre los principales males de la época. Estos bandidos alegaban luchar contra supuestas injusticias que sufrían los oprimidos campesinos judíos. A mediados del siglo primero, la rebelión contra los romanos y la nobleza judía alcanzó enormes proporciones. Más tarde, las bandas ya mencionadas conformaron gran parte de las fuerzas judías que expulsaron de Judea a los romanos en el año 66.

“Barrabás debió de pertenecer a una banda de salteadores rurales. Estos bandidos eran bien vistos por la gente porque asaltaban a los israelitas acaudalados y provocaban grandes trastornos al gobierno romano”, señala The Anchor Bible Dictionary.

En el tiempo de los romanos, ¿qué delitos se castigaban con el tipo de muerte que sufrió Jesús?

▪ Los forajidos, rebeldes y sediciosos corrían el riesgo de morir colgados en un instrumento de tortura. Este era el peor castigo posible.

Según el libro Palestine in the Time of Jesus (Palestina en los tiempos de Jesús), “era una muerte pública, degradante y dolorosa, que tenía el propósito de amedrentar a todo el que pensara atentar contra el orden establecido”. Cierto escritor romano de la antigüedad señala respecto a la ejecución de los condenados: “Se escogen vías muy transitadas para que todos puedan verlos y sean movidos a temor”.

El historiador Josefo indica que un prisionero capturado por las tropas de Tito durante el asedio a Jerusalén en el año 70 sufrió una ejecución similar delante de la muralla de la ciudad. ¿Con qué objetivo? Intimidar a los defensores y lograr que se rindieran. Cuando por fin cayó la ciudad, muchos otros sufrieron ese mismo castigo.

La mayor ejecución en masa con este sistema se llevó a cabo al final de la revuelta encabezada por Espartaco (73-71 antes de nuestra era), cuando 6.000 esclavos y gladiadores fueron muertos a lo largo de la calzada que unía Capua y Roma.

[Ilustración de la página 10]

¡QUEREMOS A BARRABÁS!, DE CHARLES MULLER (1878)