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¿Recuerda usted?

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¿Ha disfrutado de la lectura de los últimos números de La Atalaya? Compruebe si sabe contestar las siguientes preguntas:

• ¿Por qué podemos estar seguros de que el jardín de Edén realmente existió?

Porque el relato bíblico lo presenta como un lugar real e incluye detalles concretos sobre su ubicación. Dos de los ríos que se mencionan existen hoy día. Los cuentos y leyendas no suelen dar este tipo de información. Además, Jesús, el testigo más creíble que existe, habló de Adán y Eva como personas reales (1/1, páginas 5, 69).

• ¿Sabía Dios que Adán y Eva iban a pecar?

No. Jehová los dotó de inteligencia y libre albedrío, dándoles así la oportunidad de decidir por sí mismos si le serían o no fieles. Aunque Jehová puede ver el futuro, decide cuándo hacerlo y cuándo no (1/1, páginas 13 a 15).

• ¿Emplean los verdaderos cristianos el nombre de Dios como talismán?

Hay quienes creen que algunos objetos o símbolos funcionan como talismanes o amuletos y que ofrecen protección mágica. Los cristianos no vemos de este modo el nombre de Dios. Más bien, ejercemos fe en él y nos esforzamos por hacer su voluntad; eso es lo que significa refugiarse en su nombre (Sof. 3:12, 13) (15/1, páginas 5 y 6).

• ¿Quiénes se beneficiaban de la ley de la rebusca que se dio a Israel?

La entera sociedad israelita. En los necesitados fomentaba la laboriosidad, pues la rebusca no era tarea fácil, y en los dueños de los campos fomentaba la generosidad y la confianza en que Jehová los bendeciría (1/2, página 15).

• ¿Por qué rechazó Jehová al rey Saúl?

Saúl debió haber esperado a que el profeta de Dios llegara y ofreciera un sacrificio, pero en vez de eso, desobedeció y lo ofreció él mismo. En otra ocasión, pasó por alto la orden de aniquilar a una nación hostil (15/2, páginas 22 y 23).

• ¿Cómo podemos demostrar que odiamos la maldad?

Siendo prudentes con el alcohol, evitando el ocultismo y siguiendo las advertencias de Jesús contra la inmoralidad. Por ejemplo, debemos rechazar la pornografía y las fantasías inmorales que esas imágenes pudieran crear en nuestro corazón (Mat. 5:27, 28). También tenemos que cortar la relación con los expulsados (15/2, páginas 29 a 32).

• ¿Por qué es tan sobresaliente el hallazgo arqueológico de un colmenar en el Israel actual?

Un equipo de arqueólogos desenterró más de treinta colmenas que, según los expertos, podían producir hasta media tonelada de miel anualmente. Esto indica que la apicultura era una labor que se llevaba a cabo en la tierra de la que Dios dijo: “[Es] una tierra que mana leche y miel” (Éxo. 3:8) (1/3, página 15).

• ¿En qué sentido fue Jeremías como “un árbol plantado junto a las aguas, que envía sus raíces”? (Jer. 17:7, 8.)

Jeremías nunca dejó de producir fruto ni hizo caso de las burlas de la gente. En vez de eso, se aferró a Jehová, la Fuente de agua vivificante, y tomó muy en serio todo lo que él le dijo (15/3, página 14).

• ¿Cuál fue la intención de Jesús al decirle a Marta: “Son pocas [...] las cosas que se necesitan, o solo una”? (Luc. 10:41, 42.)

No la estaba acusando de materialista por preparar varios platos. Tampoco estaba subestimando su arduo trabajo. Más bien, quería mostrarle cuál era la prioridad en ese momento. Marta se estaba perdiendo aquella oportunidad única de aumentar su fe (1/4, páginas 12 y 13).

• ¿Cuáles fueron algunos de los actos ilegales que se cometieron en el juicio de Jesús?

El tribunal no solicitó argumentos a favor del acusado. Se buscaron testigos falsos. El caso se atendió de noche. El juicio comenzó y terminó el mismo día (1/4, página 20).