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Una vida con sentido ahora y para siempre

Una vida con sentido ahora y para siempre

Una vida con sentido ahora y para siempre

AUN hoy día es posible hallarle auténtico sentido a la vida. La clave está en seguir los prácticos principios de la Palabra de Dios, la Biblia. Veamos algunos.

PRINCIPIO BÍBLICO: “En cuanto al hombre —dijo el rey Salomón—, no hay nada mejor que el que coma y en realidad beba y haga que su alma vea el bien a causa de su duro trabajo” (ECLESIASTÉS 2:24).

El orgullo por el trabajo bien hecho es propio del ser humano. Por eso, por malas que sean las circunstancias, trabajar de modo diligente y honrado nos produce mucha satisfacción.

PRINCIPIO BÍBLICO: “Hay más felicidad en dar que en recibir” (HECHOS 20:35).

Hacer cosas por otros también le da sentido a la vida y nos causa gran satisfacción. Podríamos invertir tiempo y recursos en ayudar a quienes sufren. El rey Salomón aconsejó: “No retengas el bien de aquellos a quienes se les debe, cuando sucede que está en el poder de tu mano hacerlo” (Proverbios 3:27).

Tomemos por caso a Ralph. Cuando se jubiló, decidió imitar a su esposa y predicar el mensaje cristiano a tiempo completo. Desde entonces, ambos dedican una importante cantidad de horas todos los meses a enseñar las verdades bíblicas. “Por las noches llegamos rendidos a casa —cuenta él—, pero no tanto por la edad, sino porque estuvimos trabajando para nuestro Padre celestial. ¡Acabamos cansados pero contentos!” Dando de sí mismos a los demás, Ralph y su esposa son felices.

PRINCIPIO BÍBLICO: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (PROVERBIOS 17:17).

Los problemas son más llevaderos si no estamos solos. El filósofo inglés Francis Bacon decía que, sin amigos, “el mundo es un desierto”. Tener buenas amistades —y ser un buen amigo— hace la vida más bella y gratificante.

PRINCIPIO BÍBLICO: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (MATEO 5:3).

Con estas palabras, Jesús aclaró que para ver cumplidas las promesas de Dios, tenemos que reconocer nuestra “necesidad espiritual” y satisfacerla. A diferencia de los animales, nosotros nacemos con la necesidad de entender el significado de la vida. Solo Dios puede satisfacer esa necesidad, y lo hace mediante su Palabra. Como vimos en el artículo anterior, la Biblia revela su propósito para la Tierra. Nos dice qué espera él de nosotros, por qué estamos aquí y por qué existe el sufrimiento. Saber la respuesta a tales preguntas es esencial para llevar una vida plena y gratificante. Por eso, quienes dedican tiempo a estudiar la Biblia y ponen en práctica lo que aprenden son felices. Solo así es posible forjar una relación estrecha con nuestro Creador, el “Dios feliz”: Jehová (1 Timoteo 1:11).

PRINCIPIO BÍBLICO: “Acuérdate de tu Creador ahora que [...] aún no han llegado los tiempos difíciles; ya vendrán años en que digas: ‘No me trae ningún placer vivirlos’” (ECLESIASTÉS 12:1, VERSIÓN POPULAR).

Salomón dirigió este consejo a los jóvenes, a quienes a veces les cuesta darse cuenta de que la vida no siempre es de color de rosa. Sin embargo, es válido para personas de cualquier edad. Nuestra vida tendrá auténtico sentido si gira alrededor del Creador y rechazamos la actitud de quienes dicen: “Comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir” (1 Corintios 15:32). Eclesiastés 8:12 promete que les irá bien a quienes ponen a Dios en primer lugar en su vida.

Una joven llamada Wendi lo sabe por experiencia. Ella y su hermana aprendieron español para mudarse durante un tiempo a la República Dominicana, donde se necesitaban más evangelizadores. “Aunque hicimos muchos sacrificios —explica Wendi—, fue la mejor época de nuestra vida. No cambiaría los seis meses que pasamos allí por nada del mundo. Fueron muchos más los beneficios que los sacrificios.”

La lealtad a Dios da más sentido a la vida

Tener a Dios como amigo añade sentido a la vida de otra forma muy particular. ¿Recuerda que Satanás logró que Adán y Eva apoyaran su rebelión? Pues eso no fue lo único que hizo. Tiempo después, también dio a entender que ningún ser humano se mantendría leal a Dios si lo ponían a prueba (Job 1:9-11; 2:4). Así que todos tenemos la oportunidad de demostrar que Satanás es un mentiroso. ¿Cómo? Siendo leales a Dios, siguiendo sus principios y demostrando que lo consideramos la autoridad suprema a la hora de determinar lo que está bien y lo que está mal (Revelación 4:11).

Es posible que afrontemos pruebas por mantenernos en el buen camino. Pero ¿le quitará eso sentido a nuestra vida? Suponga, por ejemplo, que alguien estuviera diciendo mentiras sobre su mejor amigo o algún familiar. ¿Verdad que usted querría defender a la víctima de tales calumnias? Y aunque esto le ocasionara algunas molestias, ciertamente no le quitaría sentido a su vida. Seguro que estaría dispuesto a pagar ese precio. Pues lo mismo ocurre respecto a nuestra fidelidad a Dios. Cuando le somos leales contra viento y marea, regocijamos su corazón (Proverbios 27:11).

Una vida con sentido para siempre

En vista de lo anterior, nos conviene aprender todo lo posible acerca de Dios y su propósito. Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). Quienes se mantengan fieles a Jehová verán hecho realidad el propósito de Dios para los seres humanos: “vida eterna” en la Tierra convertida en un paraíso. Entonces, todos tendrán una vida plena y con sentido (Salmo 145:16).

Ahora bien, ¿dónde puede adquirir usted el conocimiento del que habló Jesús? En la Palabra inspirada de Dios, la Biblia. Para aprender lo que en ella se enseña, no dude en escribir a los editores de esta revista, quienes con mucho gusto se encargarán de que alguien lo visite.