Nunca olvide que Jehová lo quiere

Nunca olvide que Jehová lo quiere

“Meditaré en toda tu actividad.” (SAL. 77:12)

CANCIONES 18 Y 61

1, 2. a) ¿Qué lo convence a usted de que Jehová lo quiere? b) ¿Qué necesidad tenemos los seres humanos?

¿QUÉ lo convence a usted de que Jehová lo quiere? Antes de responder, piense en Taylene, Brigitte y Sandra. Taylene luchó durante años por no ser demasiado exigente consigo misma. A lo largo del tiempo, los hermanos le dieron consejos para ayudarla a encontrar el equilibrio. “Si Jehová no me quisiera —asegura ella—, no se hubiera preocupado tanto por mí.” Por su parte, Brigitte perdió a su esposo y tuvo que criar sola a sus dos niños. Ella comenta: “Educar a los hijos en un mundo tan influenciado por Satanás es dificilísimo, sobre todo si uno está solo. Pero a pesar de la angustia y las lágrimas, Jehová siempre ha estado a mi lado y nunca ha permitido que los problemas sean demasiado grandes para mí. Por eso estoy tan segura de que me quiere” (1 Cor. 10:13). Sandra tiene una enfermedad incurable. En una asamblea regional, la esposa de un hermano muy conocido la saludó y le dedicó tiempo. El esposo de Sandra recuerda: “Nunca la habíamos tratado, pero su interés sincero nos llegó al corazón. Las muestras de cariño de nuestros hermanos, aunque sean pequeñas, me convencen de que Jehová nos quiere mucho”.

2 Los seres humanos necesitamos amar y ser amados, y cuando esa necesidad no se satisface, nos sentimos tristes. Las situaciones inesperadas, las decepciones, una enfermedad, los problemas económicos o la falta de resultados en la predicación podrían hacernos pensar que nuestro Padre ha dejado de querernos. Si alguna vez le pasa eso, recuerde que usted es muy valioso para Dios y que él lo tiene bien tomado de la mano. Jehová nunca lo olvidará si se mantiene fiel (Is. 41:13; 49:15).

3. ¿Qué pruebas veremos de que Dios nos ama?

3 Taylene, Brigitte y Sandra están convencidas de que Jehová ha estado a su lado en los momentos más difíciles, y usted también puede estarlo (Sal. 118:6, 7). En este artículo veremos cuatro pruebas de que Dios nos ama: 1) la creación, 2) la Biblia, 3) la oración y 4) el rescate. Si medita en estas pruebas, se sentirá aún más agradecido por el amor que Jehová le tiene (lea Salmo 77:11, 12).

LA CREACIÓN

4. Cuando meditamos en la creación, ¿qué aprendemos de Jehová?

4 ¿Es posible percibir el gran amor de Jehová al meditar en la creación? Por supuesto. El simple hecho de que haya creado todas las cosas es una muestra de su amor (Rom. 1:20). Dios diseñó la Tierra con todo lo necesario para que podamos sobrevivir, pero además quiere que disfrutemos de la vida. Por ejemplo, para sobrevivir necesitamos alimentarnos, pero en la Tierra hay una variedad tan grande de alimentos que comer es un verdadero placer (Ecl. 9:7). Catherine es una cristiana de Canadá a la que le encanta la naturaleza, sobre todo cuando llega la primavera. Ella dice: “Es increíble ver cómo todo vuelve a la vida. Las flores están programadas para brotar de la tierra y las aves regresan de sus viajes migratorios, como el pequeño colibrí que vuelve al comedero que tengo colgado fuera de la cocina. ¡Jehová nos da tantas cosas buenas! Debe querernos mucho”. Nuestro cariñoso Padre celestial disfruta al contemplar su creación y quiere que nosotros también la disfrutemos (Hech. 14:16, 17).

5. ¿Por qué decimos que la manera en la que Dios nos ha creado es una prueba de que nos quiere?

5 Jehová nos ha creado con la capacidad de trabajar y disfrutar de nuestro trabajo (Ecl. 2:24). Él hizo al hombre para que poblara y cultivara la Tierra, y para que cuidara los peces, las aves y los demás animales (Gén. 1:26-28). Además nos ha creado con cualidades que nos permiten imitar su personalidad (Efes. 5:1).

LA PALABRA DE DIOS

6. ¿Por qué debemos valorar la Palabra de Dios?

6 Otra muestra del amor que Dios nos tiene es su Palabra. En ella aprendemos quién es él y qué relación tiene con la humanidad. Por ejemplo, vemos la manera en que trató a los israelitas a pesar de su rebeldía. El Salmo 78:38 dice que Jehová era misericordioso, que perdonaba sus errores y “no [los] arruinaba”. “Muchas veces hizo que su cólera se volviera atrás, y no despertaba toda su furia”. Si medita en este versículo, se convencerá aún más de que Dios lo quiere a pesar de sus errores y se preocupa por usted. No lo dude: usted es importante para Jehová (lea 1 Pedro 5:6, 7).

7. ¿Por qué otra razón debemos valorar la Biblia?

7 La Biblia es el principal medio que Dios usa para comunicarse con nosotros. Cuando hay buena comunicación entre padres e hijos, crecen el amor y la confianza entre ellos. Es cierto que a Jehová nunca lo hemos visto, y nunca hemos oído su voz. No obstante, él nos habla a través de su Palabra, y debemos escucharlo (Is. 30:20, 21). Él nos guía y quiere que estemos protegidos, pues somos su pueblo; también quiere que lo conozcamos y que confiemos en él (lea Salmo 19:7-11 y Proverbios 1:33).

Aunque Jehová reprendió al rey Jehosafat por medio de Jehú, vio cosas buenas en él (vea los párrafos 8 y 9)

8, 9. a) ¿Qué quiere Jehová que sepamos? b) ¿Qué nos enseña el caso del rey Jehosafat?

8 Jehová quiere que sepamos que nos ama y que ve más allá de nuestros defectos. Él busca lo bueno que hay en nuestro interior (2 Crón. 16:9). Eso fue lo que hizo con Jehosafat, rey de Judá. Jehosafat cometió la imprudencia de acompañar al rey de Israel, Acab, a una batalla para reconquistar la ciudad de Ramot-galaad, que estaba bajo el poder de los sirios. Los 400 profetas falsos de Acab predijeron que el rey ganaría la batalla. En cambio, Micaya, el profeta de Jehová, predijo que sería derrotado, y eso fue exactamente lo que ocurrió: Acab murió en la batalla. Jehosafat se salvó por poco y cuando regresó a Jerusalén, Jehová lo reprendió mediante el profeta Jehú por haberse aliado con Acab. Pero a pesar de su error, el profeta le dijo: “Hay cosas buenas que se han hallado [en ti]” (2 Crón. 18:4, 5, 18-22, 33, 34; 19:1-3).

9 Por ejemplo, al principio de su reinado, Jehosafat había enviado a un grupo de príncipes, levitas y sacerdotes a todas las ciudades de Judá para que enseñaran a la nación la Ley de Jehová. La campaña de educación fue tan efectiva que incluso algunas personas de las naciones vecinas llegaron a conocer a Dios (2 Crón. 17:3-10). Es cierto que Jehosafat cometió un error, pero eso no hizo que Jehová olvidara las cosas buenas que había hecho. Lo que le sucedió nos recuerda que, a pesar de nuestros defectos, Dios seguirá queriéndonos si nos esforzamos de corazón por hacer su voluntad.

LA ORACIÓN

10, 11. a) ¿Por qué es un regalo tan hermoso la oración? b) ¿Cómo contesta Dios nuestras oraciones? (Vea la ilustración del principio.)

10 Un buen padre escucha a sus hijos cuando quieren hablar con él, pues los ama y desea saber lo que hay en su corazón y cuáles son sus inquietudes. Así es Jehová; él es nuestro Padre celestial y nos escucha cuando queremos hablar con él, lo cual podemos hacer mediante el hermoso privilegio de la oración.

11 Jehová nos ha dado la libertad de hablar con él cuando queramos. Es un amigo que está disponible las 24 horas del día. Taylene, de quien hablamos antes, asegura: “Puedes hablar con él sobre cualquier cosa”. Así es, puede contarle sus pensamientos más íntimos con la confianza de que él lo entiende mejor que nadie. A veces le contestará mediante un versículo de la Biblia o un artículo de una revista; a veces lo hará mediante las palabras de ánimo de los hermanos. La respuesta de Jehová a nuestras oraciones es una prueba más del gran amor que nos tiene.

12. ¿Por qué es bueno meditar en las oraciones que contiene la Biblia? Ponga un ejemplo.

12 En las Escrituras encontramos oraciones de hombres y mujeres que le abrieron el corazón a Dios y le dieron a conocer sus sentimientos más íntimos. Hay mucho que aprender de esas oraciones. ¿Por qué no las estudia de vez en cuando en la Noche de Adoración en Familia? Meditar en su contenido lo ayudará a expresar mejor sus propios sentimientos cuando hable con Dios. Por ejemplo, podrían reflexionar juntos en la angustiosa oración que Jonás hizo desde el vientre de un gran pez (Jon. 1:17–2:10). También podrían repasar las emotivas palabras que Salomón dirigió a Jehová durante la inauguración del templo (1 Rey. 8:22-53). O estudiar el padrenuestro, la hermosa oración que nos enseñó Jesús (Mat. 6:9-13). Pero sobre todo, ore con regularidad. Si lo hace, “la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará [su corazón] y sus facultades mentales”. Esta muestra del amor de nuestro Padre celestial —la oración— hará que aumente su agradecimiento (Filip. 4:6, 7).

EL RESCATE

13. ¿Qué oportunidad tenemos gracias al valioso rescate de Jesús?

13 El rescate es un regalo que Dios nos dio, aunque no lo merecíamos, para que “consiguiéramos la vida” (1 Juan 4:9). El apóstol Pablo explicó por qué esta es otra muestra del amor de Jehová. Dijo: “Cristo [...] murió por impíos al tiempo señalado. Porque apenas muere alguien por un hombre justo; en realidad, por el hombre bueno, quizás, alguien hasta se atreva a morir. Pero Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:6-8). El rescate es la mayor prueba del amor de Dios y nos permite tener una buena relación con él.

14, 15. ¿Qué oportunidad ofrece el rescate a) a los cristianos ungidos? b) a los cristianos que esperan vivir en la Tierra?

14 Hay un grupito de personas que ha sentido el gran amor de Dios de un modo muy especial (Juan 1:12, 13; 3:5-7). Se trata de los cristianos que han sido ungidos con espíritu santo y se han convertido en “hijos de Dios” (Rom. 8:15, 16). Pablo les dijo a los cristianos ungidos de su época que ellos habían sido sentados juntos “en los lugares celestiales en unión con Cristo Jesús” (Efes. 2:6). ¿Por qué les dijo eso si seguían en la Tierra? Porque los ungidos ocupan una elevada posición espiritual debido a que han sido “sellados con el espíritu santo prometido”. Ese espíritu es un adelanto de la herencia que les espera: la vida que ha sido “reservada para [ellos] en los cielos” (Efes. 1:13, 14; Col. 1:5).

15 Al resto de las personas que tienen fe en el rescate de Jesús, Jehová les ha dado la oportunidad de ser sus amigos y la maravillosa esperanza de vivir para siempre en un paraíso en la Tierra y de llegar a ser sus hijos. Como vemos, el rescate demuestra que Jehová ama a la humanidad (Juan 3:16). Si usted tiene la esperanza de vivir en la Tierra y sigue sirviendo fielmente a Dios, puede estar seguro de que le espera un futuro brillante. ¿Puede haber mayor prueba de amor que esa?

AMEMOS AL DIOS QUE NOS AMA

16. ¿Por qué es bueno meditar en las muchas pruebas del gran amor de Jehová?

16 ¡Cuántas pruebas tenemos del amor que nos tiene nuestro Padre! El rey David cantó: “Para mí, ¡cuán preciosos son tus pensamientos! Oh Dios, ¡hasta cuánto llega la gran suma de ellos! Si yo tratara de contarlos, son más que hasta los granos de arena” (Sal. 139:17, 18). Medite en esos pensamientos, en esas pruebas del cariño de Dios; así crecerá su amor por él y su deseo de darle lo mejor.

17, 18. ¿Cuáles son algunas maneras de demostrarle a Dios que lo queremos?

17 Hay muchas maneras en las que usted puede demostrarle a Jehová cuánto lo quiere. Una de ellas es predicando con entusiasmo las buenas nuevas del Reino, lo que también es una muestra de amor al prójimo (Mat. 24:14; 28:19, 20). Otra manera es aguantando fielmente a pesar de las dificultades (lea Salmo 84:11 y Santiago 1:2-5). Quizás los problemas sean graves, pero puede estar seguro de que Dios conoce sus sufrimientos y le dará fuerzas, pues usted es muy valioso para él (Sal. 56:8).

18 Le demostramos a Dios que lo queremos dedicando tiempo a meditar en su creación y en las demás cosas maravillosas que ha hecho por nosotros. También estudiando con empeño su Palabra, orando y reflexionando en el sacrificio de Jesús, gracias al cual nuestros pecados pueden ser borrados (1 Juan 2:1, 2). Estas son tan solo algunas maneras de demostrarle a Jehová que lo queremos tal como él nos quiere a nosotros.