ARTÍCULO DE ESTUDIO 9

El amor y la justicia en el antiguo Israel

El amor y la justicia en el antiguo Israel

“Él es amador de justicia y derecho. De la bondad amorosa de Jehová está llena la tierra” (SAL. 33:5).

CANCIÓN 152 Tú me das fuerza, confianza y valor

AVANCE: Este es el primero de una serie de cuatro artículos que tratará sobre por qué podemos estar seguros de que Jehová se interesa por nosotros. Los otros tres aparecerán en el número de mayo de 2019 de La Atalaya y tratarán sobre cómo muestra Jehová amor y justicia en la congregación cristiana, cómo pueden los ancianos proteger a la congregación del abuso de menores y qué pueden hacer los padres para proteger a sus hijos, y cómo podemos consolar a quienes han sido víctimas de esos abusos en la niñez.

1, 2. a) ¿Qué deseamos todos? b) ¿De qué podemos estar seguros?

 TODOS deseamos sentir que se nos ama y que se nos trata con justicia. Cuando una y otra vez se nos niega el amor y sufrimos injusticias, puede que nos sintamos desesperados y que pensemos que no servimos para nada.

2 Jehová sabe que este es un deseo intenso de todo ser humano (Sal. 33:5). Podemos estar seguros de que él nos ama profundamente y desea que se nos trate con justicia. Lo vemos con claridad en la Ley que Jehová le dio a la nación de Israel mediante Moisés. Si usted está devastado por no sentirse querido o por haber sufrido alguna injusticia, lo consolará estudiar lo que la Ley mosaica revela sobre el interés de Dios por sus siervos. IDEA IMPORTANTE: La Ley mosaica es un conjunto de más de seiscientas leyes que Jehová les dio a los israelitas por medio de Moisés. A veces, también recibe el nombre de la Ley, la Ley de Moisés y los mandamientos. Además, a los cinco primeros libros de la Biblia (de Génesis a Deuteronomio) se les llama con frecuencia la Ley. Y en ocasiones se usa este último término para referirse a todas las Escrituras Hebreas.

3. a) Como se explica en Romanos 13:8-10, ¿qué descubrimos cuando estudiamos la Ley mosaica? b) ¿Qué preguntas responderá este artículo?

3 Cuando estudiamos la Ley mosaica, descubrimos lo mucho que nos ama nuestro Dios (lea Romanos 13:8-10). En este artículo, analizaremos algunas de las leyes que Jehová le dio a Israel y responderemos estas preguntas: ¿Por qué podemos decir que la Ley se basaba en el amor? ¿Por qué podemos decir que fomentaba la justicia? ¿Cómo debían aplicarla los que tenían autoridad? Y ¿a quiénes protegía en especial? Las respuestas nos consolarán, nos darán esperanza y nos acercarán a nuestro amoroso Padre celestial (Hech. 17:27; Rom. 15:4).

UN CONJUNTO DE LEYES BASADO EN EL AMOR

4. a) ¿Por qué podemos decir que la Ley mosaica se basaba en el amor? b) Según Mateo 22:36-40, ¿qué mandamientos destacó Jesús?

4 ¿Por qué podemos decir que la Ley mosaica se basaba en el amor? Porque Jehová hace todas las cosas movido por este sentimiento (1 Juan 4:8). Los más de seiscientos mandamientos que componían la Ley descansaban sobre dos mandatos básicos: amar a Dios y amar al prójimo (Lev. 19:18; Deut. 6:5; lea Mateo 22:36-40). Por tanto, es lógico esperar que cada uno de ellos revele una faceta del amor de Jehová. Veamos algunos ejemplos.

5. ¿Qué quiere Jehová que hagan los matrimonios?

5 Las leyes sobre la lealtad al cónyuge y el cuidado de los hijos. Jehová quiere que los matrimonios cultiven un amor tan fuerte que dure toda la vida (Gén. 2:24; Mat. 19:3-6). El adulterio es uno de los actos más crueles que alguien puede cometer. No es de extrañar que el séptimo mandamiento lo prohibiera (Deut. 5:18). Cometer adulterio supone “pecar contra Dios” y puede causarle profundas heridas al cónyuge inocente (Gén. 39:7-9). A este, el dolor por la traición puede durarle décadas.

6. ¿De qué está muy pendiente Jehová? Dé un ejemplo.

6 Jehová está muy pendiente de cómo se tratan los cónyuges. En Israel, estaba particularmente interesado en que a las esposas se las tratara bien. El esposo que respetaba la Ley amaba a su esposa, y no se divorciaría de ella por motivos insignificantes (Deut. 24:1-4; Mat. 19:3, 8). Pero, si surgía un problema serio y se divorciaba de ella, debía darle un certificado de divorcio. Este la protegía de acusaciones falsas de inmoralidad. Además, antes de darle este documento, al parecer el esposo tenía que consultar con los ancianos de la ciudad. Así, ellos tendrían la oportunidad de ayudar a la pareja a salvar su matrimonio. Jehová no siempre intervenía cuando un israelita se divorciaba de su esposa por motivos egoístas, pero veía las lágrimas que ella derramaba y sentía su dolor (Mal. 2:13-16).

Jehová quería que los niños se sintieran seguros y que sus padres los criaran con amor. (Vea los párrafos 7 y 8). *

7, 8. a) ¿Qué mandó Jehová hacer a los padres? (Vea el dibujo de la portada). b) ¿Qué lecciones aprendemos?

7 La Ley también revela que Jehová está muy interesado en el bienestar de los niños. Él no solo les mandó a los padres que atendieran sus necesidades físicas, sino también las espirituales. Tenían que aprovechar toda ocasión para enseñarles a valorar las leyes divinas y para inculcarles amor a Dios (Deut. 6:6-9; 7:13). Uno de los motivos por los que Jehová castigó a los israelitas fueron los actos horribles que muchos padres cometieron contra sus hijos (Jer. 7:31, 33). El israelita no debía ver a sus hijos como una simple propiedad que podía descuidar o maltratar, sino como una herencia, un regalo de Jehová que debía cuidar con amor (Sal. 127:3).

8 Lecciones: Jehová se fija con atención en cómo se tratan los cónyuges. Quiere que los padres amen a sus hijos y les pide cuentas por el trato que les dan.

9-11. ¿Por qué dio Jehová la ley sobre la codicia?

9 La ley sobre la codicia. El décimo mandamiento prohibía codiciar, es decir, desear con intensidad algo que le pertenece a otra persona (Deut. 5:21; Rom. 7:7). Con esta ley, Jehová les enseñó una lección valiosa a sus siervos: debían proteger sus pensamientos y sentimientos, o sea, su corazón. Él sabe que las malas acciones se originan en los malos pensamientos y sentimientos (Prov. 4:23). Si un israelita permitía que los malos deseos crecieran en su interior, era probable que no mostrara amor a los demás. Eso fue lo que le pasó al rey David. No era una mala persona, pero en una ocasión deseó a una mujer casada, y ese deseo lo llevó a pecar (Sant. 1:14, 15). Cometió adulterio con ella, trató de engañar a su esposo y por último se aseguró de que este muriera en batalla (2 Sam. 11:2-4; 12:7-11).

10 Jehová puede leer los corazones, así que, cuando un israelita violaba la ley sobre la codicia, él lo sabía (1 Crón. 28:9). Esta ley les indicaba a sus siervos que debían evitar los pensamientos que conducían a las malas acciones. ¿Verdad que Jehová es un Padre sabio y cariñoso?

11 Lecciones: Jehová ve más allá de las apariencias. Ve nuestro corazón, lo que de verdad somos por dentro (1 Sam. 16:7). No le podemos ocultar ningún pensamiento, sentimiento ni acción. Busca lo bueno en nosotros y nos ayuda a desarrollarlo. Pero también quiere que identifiquemos los malos pensamientos y los controlemos antes de que se conviertan en malas acciones (2 Crón. 16:9; Mat. 5:27-30).

UN CONJUNTO DE LEYES QUE FOMENTABA LA JUSTICIA

12. ¿Qué destacaba la Ley mosaica?

12 La Ley mosaica también destacaba que Jehová ama la justicia (Sal. 37:28; Is. 61:8). Él demostró a la perfección lo que implica tratar con justicia a los demás. Bendecía a los israelitas cuando obedecían sus justas leyes, pero permitía que sufrieran cuando las pasaban por alto. Analicemos otros dos de los diez mandamientos.

13, 14. a) ¿Qué ordenaban los dos primeros mandamientos? b) ¿Cómo beneficiaba a los israelitas obedecer esas leyes?

13 Las leyes sobre adorar únicamente a Jehová. Los dos primeros mandamientos ordenaban a los israelitas adorar solo a Dios y les prohibían adorar ídolos (Éx. 20:3-6). En realidad, estos mandatos no beneficiaban a Jehová, sino a los propios israelitas. A estos les iba bien cuando eran leales a Dios, pero les iba mal cuando adoraban a los dioses de otras naciones.

14 Pensemos en lo que les pasó a los habitantes de Canaán. Se rebajaron al adorar ídolos sin vida en lugar de al Dios vivo y verdadero (Sal. 115:4-8). Sus ritos religiosos incluían actos sexuales repugnantes y horribles sacrificios de niños. Del mismo modo, cuando los israelitas desobedecieron a Jehová y adoraron ídolos, se rebajaron e hicieron daño a sus familias (2 Crón. 28:1-4). Quienes tenían autoridad abandonaron las normas justas de Jehová, abusaron del poder y oprimieron a los débiles y desfavorecidos (Ezeq. 34:1-4). Jehová le advirtió a su pueblo que castigaría a quienes trataran injustamente a las mujeres y niños indefensos (Deut. 10:17, 18; 27:19). En cambio, bendijo a los israelitas cuando fueron leales y actuaron con justicia (1 Rey. 10:4-9).

Jehová nos ama y sabe cuándo sufrimos injusticias. (Vea el párrafo 15).

15. ¿Qué lecciones aprendemos sobre Jehová?

15 Lecciones: Jehová no tiene la culpa de que quienes dicen servirle desobedezcan sus normas y hagan daño a sus siervos. Aun así, nos ama y sabe cuándo padecemos injusticias. Le duele vernos sufrir más que a una madre ver sufrir a su bebé (Is. 49:15). Puede que Dios no dé su merecido de inmediato a quienes cometen injusticias y no se arrepienten, pero lo hará a su debido tiempo.

CÓMO DEBÍA APLICARSE LA LEY

16-18. a) ¿Qué regulaba la Ley mosaica? b) ¿Qué lecciones aprendemos?

16 La Ley mosaica regulaba facetas muy variadas de la vida de los israelitas. Los ancianos nombrados no solo tenían que atender cuestiones espirituales, sino también civiles y criminales. Así que era fundamental que aplicaran la ley con justicia. Veamos los siguientes ejemplos.

17 Si un israelita mataba a alguien, no se le ejecutaba automáticamente. Los ancianos de la ciudad tenían que investigar el caso antes de decidir si merecía la sentencia de muerte (Deut. 19:2-7, 11-13). Por otro lado, también debían juzgar cuestiones cotidianas muy diversas, desde controversias sobre bienes personales hasta disputas matrimoniales (Éx. 21:35; Deut. 22:13-19). Cuando los ancianos actuaban con justicia y los israelitas obedecían la Ley, todos salían beneficiados y la nación honraba a Jehová (Lev. 20:7, 8; Is. 48:17, 18).

18 Lecciones: A Jehová le interesa todo aspecto de nuestra vida. Quiere que tratemos a los demás con amor y justicia. Y se fija en lo que decimos y hacemos incluso cuando estamos solos en casa (Heb. 4:13).

19-21. a) ¿Cómo debían tratar al pueblo de Dios los ancianos y los jueces? b) ¿Qué leyes impedían que se cometieran injusticias? c) ¿Qué lecciones aprendemos?

19 Las naciones vecinas de Israel eran muy corruptas. Como Jehová no quería que su pueblo se viera afectado por esa mala influencia, les mandó a los ancianos y jueces que fueran imparciales. Ahora bien, también les advirtió que no fueran duros ni inflexibles, sino que amaran la justicia (Deut. 1:13-17; 16:18-20).

20 Movido por la compasión, Jehová dictó leyes que impedían que se cometieran injusticias. Veamos un caso. La Ley limitaba la posibilidad de que alguien fuera víctima de una acusación falsa. ¿De qué manera? Para empezar, el acusado tenía el derecho a saber quién lo acusaba (Deut. 19:16-19; 25:1). Además, para que se le declarara culpable, era necesario que presentaran testimonio al menos dos testigos (Deut. 17:6; 19:15). Ahora bien, ¿y si alguien cometía un delito pero solo había un testigo? Esta persona no debía pensar que se iba a salir con la suya, pues Jehová lo había visto todo. Por otro lado, los padres recibían autoridad en la familia, pero con ciertos límites. De hecho, en el caso de algunos problemas familiares, los ancianos de la ciudad debían intervenir y dictar sentencia (Deut. 21:18-21).

21 Lecciones: Jehová pone el ejemplo perfecto, pues nunca hace nada injusto (Sal. 9:7). Recompensa a los que son leales y obedecen sus normas, pero castiga a los que abusan de su autoridad (2 Sam. 22:21-23; Ezeq. 9:9, 10). Puede que algunos hagan cosas malas y parezcan librarse del castigo, pero Jehová los lleva a juicio en el momento apropiado (Prov. 28:13). Y, si no se arrepienten, no tardan en aprender que “es cosa horrenda caer en las manos del Dios vivo” (Heb. 10:30, 31).

¿A QUIÉNES PROTEGÍA LA LEY EN ESPECIAL?

Cuando resolvían disputas, los ancianos tenían que reflejar el amor de Jehová a las personas y a la justicia. (Vea el párrafo 22). *

22-24. a) ¿A quiénes protegía la Ley en especial? b) ¿Qué aprendemos sobre Jehová? c) ¿Qué advertencia encontramos en Éxodo 22:22-24?

22 La Ley protegía en especial a los que no podían hacerlo por sí solos, como los huérfanos, las viudas y los extranjeros. Todo juez israelita debía obedecer esta norma: “No debes pervertir el juicio del residente forastero ni del huérfano de padre, y no debes apoderarte de la ropa de una viuda como prenda” (Deut. 24:17). Jehová se interesaba personalmente por los más desfavorecidos y les pedía cuentas a quienes los maltrataban (Éxodo 22:22-24).

23 A fin de proteger a las familias, la Ley prohibía todo tipo de incesto, es decir, las relaciones sexuales entre parientes cercanos (Lev. 18:6-30). Las naciones vecinas toleraban o hasta aceptaban estos actos. Pero el pueblo de Jehová tenía que verlos igual que él, como un delito detestable.

24 Lecciones: Jehová quiere que aquellos a los que da autoridad se interesen por todos los que están a su cuidado. Odia los delitos sexuales y desea que se proteja y se trate con justicia a todos sus siervos, en particular a los más indefensos.

LA LEY FUE “UNA SOMBRA DE LAS BUENAS COSAS POR VENIR”

25, 26. a) ¿Por qué podemos decir que el amor y la justicia son como vivir y respirar? b) ¿Qué vamos a analizar en el siguiente artículo de esta serie?

25 Se podría decir que el amor y la justicia son como vivir y respirar: las dos cosas van de la mano. Cuando estamos convencidos de que Dios nos trata con justicia, aumenta el amor que sentimos por él. Y, cuando amamos a Dios y sus justas normas, amamos a los demás y los tratamos con justicia.

26 La relación entre Jehová y los israelitas fue posible gracias al pacto de la Ley mosaica. Sin embargo, esta quedó abolida cuando Jesús la cumplió y fue sustituida por algo todavía mejor (Rom. 10:4). El apóstol Pablo indicó que la Ley fue “una sombra de las buenas cosas por venir” (Heb. 10:1). El siguiente artículo de esta serie hablará de algunas de estas cosas buenas y de la importancia del amor y la justicia dentro de la congregación cristiana.

CANCIÓN 25 El amor distingue a los cristianos

^ párr. 58 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Una madre conversa animadamente con sus hijas mientras preparan juntas la comida. Al fondo, el padre enseña a su hijo a cuidar de las ovejas.

^ párr. 62 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN. Los ancianos que estaban en la puerta de la ciudad ayudan con cariño a una viuda y su hijo, que han sido maltratados por un comerciante local.