ARTÍCULO DE ESTUDIO 14

Un ataque que viene del norte

Un ataque que viene del norte

“Una nación poderosa e innumerable ha invadido mi país” (JOEL 1:6).

CANCIÓN 43 ¡Firme, alerta y valiente!

AVANCE *

1. a) ¿Qué método de estudio seguían el hermano Russell y sus compañeros? b) ¿Qué lograron con ese método?

HACE más de cien años, el hermano Russell y sus compañeros, unos cuantos estudiantes de la Palabra de Dios, empezaron a reunirse para tratar de descubrir lo que la Biblia enseña sobre Jehová, Jesucristo, la muerte y el rescate. Seguían un método de estudio muy sencillo. Alguien hacía una pregunta, y luego el grupo entero analizaba todos los textos bíblicos que tuvieran relación con ese tema. Entonces, ponían por escrito sus conclusiones. Gracias a la bendición de Jehová, aquellos cristianos descubrieron muchas enseñanzas básicas de la Biblia que hoy día siguen siendo muy importantes para nosotros.

2. ¿Por qué a veces podemos llegar a conclusiones erróneas al tratar de interpretar profecías bíblicas?

2 No obstante, aquellos estudiantes de la Biblia no tardaron en darse cuenta de que una cosa es descubrir lo que enseña la Biblia sobre cierto tema doctrinal y otra muy distinta es interpretar correctamente una profecía. ¿Por qué es esto más difícil? La primera razón es que por lo general es más fácil entender una profecía bíblica mientras se cumple o después de que se haya cumplido. La segunda razón es que, para entender bien una profecía, hay que tomar en cuenta el contexto. Si nos centramos solo en un aspecto e ignoramos los demás, podemos llegar a conclusiones erróneas. Y parece que esto es lo que ha sucedido con una profecía de Joel. Repasémosla y veamos por qué tenemos que cambiar nuestra manera de entenderla.

3, 4. ¿Cómo explicábamos hasta ahora la profecía de Joel 2:7-9?

3 (Lea Joel 2:7-9). Joel predice que una plaga de langostas devastará la tierra de Israel. Estos voraces insectos tienen mandíbulas y dientes como los de un león, y lo devoran todo a su paso (Joel 1:4, 6). Durante años, entendíamos que esta profecía se refiere al pueblo de Jehová, que predica como si fuera un imparable enjambre de langostas. Pensábamos que esta obra tiene efectos devastadores en el “país”, es decir, en la gente que está bajo el control de los líderes religiosos. *

4 Si nos limitáramos a leer Joel 2:7-9, esta explicación podría parecer lógica. Pero, al fijarnos en el contexto, vemos que debemos cambiar nuestra manera de explicar esta profecía. ¿Por qué? Veamos cuatro razones.

LAS CUATRO RAZONES DEL CAMBIO

5, 6. a) ¿Qué pregunta surge al analizar Joel 2:20? b) ¿Y qué pregunta surge al analizar Joel 2:25?

5 En primer lugar, fijémonos en lo que Jehová promete en Joel 2:20: “Al que viene del norte [o sea, la plaga de langostas] lo llevaré muy lejos de ustedes”. Si las langostas representaran a los testigos de Jehová, que predican y hacen discípulos tal y como mandó Jesús, ¿por qué iba a llevárselos lejos Jehová? (Ezeq. 33:7-9; Mat. 28:19, 20). Sin duda, Dios no se lleva lejos a sus siervos fieles, sino a alguien o algo que está en contra de ellos.

6 En segundo lugar, pensemos en lo que Jehová dice en Joel 2:25: “Les compensaré los años en los que sus cosechas fueron comidas por la langosta con alas, la langosta sin alas, la langosta voraz y la langosta devoradora, el gran ejército que envié contra ustedes”. Notemos que Dios promete compensar el daño causado por las langostas. Si estas representaran a los testigos de Jehová, ¿por qué iba a decir que el mensaje que predican causa daños? En realidad, su mensaje salva vidas y puede hacer que algunas personas malas se arrepientan (Ezeq. 33:8, 19). Desde luego, eso sería algo bueno para ellas.

7. ¿Qué importancia tiene la palabra “después” en Joel 2:28, 29?

7 (Lea Joel 2:28, 29). En tercer lugar, examinemos el orden en el que suceden las cosas en la profecía. Jehová dice: “Después derramaré mi espíritu”, es decir, luego de que las langostas hayan terminado su misión. Si las langostas representaran a quienes predican el Reino de Dios, ¿por qué iba a derramar Jehová su espíritu sobre ellos después de que terminaran su labor? En realidad, si no fuera por el poder del espíritu santo de Dios, no habrían podido seguir predicando durante tantos años a pesar de la oposición e incluso las prohibiciones de los gobiernos.

El hermano Joseph Rutherford y otros siervos ungidos proclamaron con valor las sentencias de Dios contra este malvado mundo. (Vea el párrafo 8).

8. ¿A quiénes representan las langostas de Apocalipsis 9:1-11? (Vea las imágenes de la portada).

8 (Lea Apocalipsis 9:1-11). Veamos la cuarta razón. En el pasado, dijimos que la plaga de langostas de la que habla Joel representaba nuestra predicación porque en el libro de Apocalipsis hay una profecía parecida. En esta aparece un enjambre de langostas que tienen rostros humanos y “en la cabeza una especie de corona de oro” (Apoc. 9:7). Atormentan “a las personas que no tienen el sello de Dios en la frente” —o sea, los enemigos de Jehová— durante cinco meses, que es lo que suele vivir una langosta (Apoc. 9:4, 5). Esto sí que parece ser una descripción de los siervos ungidos de Jehová, pues ellos proclaman con valor las sentencias de Dios contra este malvado mundo, lo que incomoda mucho a quienes lo apoyan.

9. ¿Qué diferencias importantes hay entre las langostas que vio Joel y las que vio Juan?

9 Es cierto que la profecía de Apocalipsis y la de Joel tienen algunos puntos en común. Pero también tienen diferencias importantes. Por ejemplo, las langostas de la profecía de Joel arrasaban con la vegetación, pero a las de la visión de Juan “se les ordenó que no dañaran la hierba de la tierra” (Joel 1:4, 6, 7; Apoc. 9:4). Las que vio Joel venían del norte, pero las que vio Juan salían de un abismo (Joel 2:20; Apoc. 9:2, 3). En Joel, Jehová dice que se llevará muy lejos a las langostas, mientras que en Apocalipsis les permite terminar su misión. No hay nada que indique que estas últimas no tienen la aprobación de Dios (vea el recuadro “ Las langostas de las profecías: parecidas, pero diferentes”).

10. Dé un ejemplo que demuestre que la Biblia puede usar un mismo símbolo para representar cosas diferentes.

10 Estas diferencias nos llevan a pensar que las dos profecías no están relacionadas. En otras palabras, las langostas del libro de Joel no son las mismas que las del libro de Apocalipsis. Esto no debe sorprendernos, pues la Biblia a veces usa un mismo símbolo para representar cosas diferentes en contextos diferentes. Por ejemplo, en Apocalipsis 5:5 se dice que Jesús es “el León de la tribu de Judá”, mientras que en 1 Pedro 5:8 se dice que el Diablo es como “un león rugiente”. En vista de las preguntas que surgen con nuestra forma actual de entender la profecía de Joel, tenemos que buscar otra explicación. Veamos cuál es.

¿QUÉ SIGNIFICA?

11. ¿Cómo nos ayudan Joel 1:6 y 2:1, 8, 11 a entender quiénes son las langostas?

11 Al examinar otros versículos de esta profecía de Joel, entendemos que el profeta estaba prediciendo un ataque militar (Joel 1:6; 2:1, 8, 11). Jehová dijo que usaría a su “gran ejército” (los soldados babilonios) para castigar a los israelitas desobedientes (Joel 2:25). Se dice que el ejército invasor “viene del norte” porque los babilonios llegarían desde allí para invadir Israel (Joel 2:20). A este ejército se lo compara con un enjambre de langostas que está bien organizado. Joel describe así a los soldados: “Cada hombre avanza por su camino. [...] Invaden la ciudad, corren sobre las murallas. Trepan por las casas, entran por las ventanas como un ladrón” (Joel 2:8, 9). ¿Podemos imaginarlo? Hay soldados por todas partes. No hay donde esconderse. Nadie puede escapar de la espada de los babilonios.

12. ¿Cómo se cumplió la profecía de Joel sobre las langostas?

12 Como si fueran langostas, los babilonios (o caldeos) invadieron Jerusalén en el año 607 antes de nuestra era. Hablando de lo que hizo el “rey de los caldeos” en esta ciudad, la Biblia dice: “Mató a espada a sus jóvenes [...]. No sintió compasión ni por los jóvenes ni por las vírgenes, ni por los ancianos ni por los débiles. Dios lo entregó todo en sus manos”. Y añade: “Quemó la casa del Dios verdadero, derrumbó la muralla de Jerusalén, les prendió fuego a sus torres fortificadas y destruyó todas las cosas de valor” (2 Crón. 36:17, 19). Una vez que los babilonios arrasaron con la tierra, quienes pasaban por allí solo podían decir: “Está desierta, sin hombres ni animales, y ha sido entregada en manos de los caldeos” (Jer. 32:43).

13. ¿Qué significa Jeremías 16:16, 18?

13 Unos doscientos años después de que Joel pronunciara su profecía, Jehová hizo que Jeremías predijera algo más sobre este ataque: que los invasores buscarían con empeño a los israelitas malvados y los capturarían a todos. Jeremías 16:16, 18 dice: “Mandaré llamar a muchos pescadores —afirma Jehová—, y ellos los pescarán. Después mandaré llamar a muchos cazadores, y ellos los cazarán en todas las montañas y colinas y en las grietas de los peñascos”. Y añade: “Les daré por completo lo que se merecen por su error y su pecado”. Ni los océanos ni los bosques podrían servirles de escondite a los israelitas que no se arrepintieran. Los invasores babilonios los encontrarían.

RESTAURACIÓN

14. ¿Cuándo se cumplió Joel 2:28, 29?

14 A continuación, Joel declara una buena noticia: la tierra volverá a dar fruto (Joel 2:23-26). Luego, en algún momento futuro, se hará disponible alimento espiritual en abundancia. Jehová promete: “Derramaré mi espíritu sobre todo tipo de personas. Sus hijos y sus hijas profetizarán [...]. Incluso sobre mis esclavos y mis esclavas derramaré mi espíritu” (Joel 2:28, 29). ¿Cuándo se cumplieron estas palabras? No fue cuando los israelitas regresaron de Babilonia a su tierra, sino siglos después, en el Pentecostés del año 33. ¿Cómo lo sabemos?

15. Tal como leemos en Hechos 2:16, 17, ¿qué cambio hizo Pedro al citar de Joel 2:28, y qué indica esto?

15 Por inspiración divina, el apóstol Pedro relacionó Joel 2:28, 29 con algo sorprendente que ocurrió en el Pentecostés del año 33. Como a las nueve de la mañana, Dios derramó su espíritu santo, y quienes lo recibieron empezaron a hablar “de las cosas magníficas de Dios” en diferentes idiomas (Hech. 2:11). Pero ¿habíamos notado que Pedro usó unas palabras un poco diferentes al citar de la profecía de Joel? (Lea Hechos 2:16, 17). Jehová hizo que, en vez de empezar la cita con la palabra “después”, Pedro dijera que “en los últimos días” —en este contexto, los últimos días de Jerusalén y su templo— Dios derramaría su espíritu “sobre todo tipo de personas”. Esto indica que pasó mucho tiempo hasta que se cumplió la profecía de Joel.

16. a) ¿Qué efecto tuvo el espíritu de Dios en la predicación en el siglo primero? b) ¿Qué efecto ha tenido en nuestros días?

16 Después de que Dios derramó su espíritu sobre los cristianos en el siglo primero, la predicación empezó a tener un progreso muy notable. Para cuando el apóstol Pablo escribió su carta a los Colosenses, alrededor del año 61, pudo decir que las buenas noticias se habían predicado “en toda la creación que está bajo el cielo” (Col. 1:23). Al decir “toda la creación”, Pablo se refería a las partes del mundo que se conocían en aquel entonces. En nuestros días, gracias al poderoso espíritu santo de Jehová, la predicación se ha extendido mucho más y ha alcanzado “hasta las partes más lejanas de la tierra” (Hech. 13:47; vea el recuadro “ Derramaré mi espíritu”).

¿QUÉ HA CAMBIADO?

17. ¿Qué ha cambiado en nuestra manera de entender la profecía de Joel sobre las langostas?

17 Entonces, ¿qué ha cambiado? Que ahora entendemos con más exactitud la profecía de Joel 2:7-9. En pocas palabras, estos versículos no se refieren a nuestra entusiasta predicación, sino a la invasión de Jerusalén a manos del ejército babilónico en el año 607 antes de nuestra era.

18. ¿Qué no ha cambiado respecto a los siervos de Jehová?

18 ¿Qué no ha cambiado? Que los siervos de Jehová seguimos predicando las buenas noticias en todas partes y empleamos todos los medios posibles para lograrlo (Mat. 24:14). Ninguna restricción de los gobiernos impedirá que cumplamos con nuestra misión de predicar. Y, gracias a la bendición de Jehová, estamos más activos que nunca, proclamando con valor el mensaje del Reino. Continuamos buscando con humildad la guía de Jehová para comprender las profecías de la Biblia y estamos seguros de que en el momento apropiado nos llevará “hacia toda la verdad” (Juan 16:13).

CANCIÓN 48 Caminemos diariamente con Jehová

^ párr. 5 Durante muchos años, creíamos que la profecía que leemos en los capítulos 1 y 2 de Joel tenía que ver con la predicación de tiempos modernos. Todo parece indicar que hay cuatro buenas razones por las que debemos cambiar nuestra manera de entender esta profecía de Joel. Vamos a ver cuáles son.

^ párr. 3 Por ejemplo, vea el artículo “La creación revela la sabiduría de Jehová”, de La Atalaya del 15 de abril de 2009, párrafos 14 a 16.