ARTÍCULO DE ESTUDIO 18

Corramos la carrera hasta terminarla

Corramos la carrera hasta terminarla

“He terminado la carrera” (2 TIM. 4:7).

CANCIÓN 51 A ti somos fieles, Jehová

AVANCE *

1. ¿Qué debemos hacer todos los cristianos?

¿NOS gustaría participar en una carrera que sabemos que es difícil, sobre todo si estamos enfermos o cansados? Seguramente que no. Sin embargo, el apóstol Pablo dijo que todos los cristianos verdaderos estamos corriendo en una carrera (Heb. 12:1). De hecho, sin importar la edad o las energías que tengamos, todos debemos aguantar hasta el fin si queremos recibir el premio que Jehová nos ofrece (Mat. 24:13).

2. De acuerdo con 2 Timoteo 4:7, 8, ¿por qué podía hablar Pablo con confianza?

2 Pablo podía hablar con confianza de este tema porque él había terminado la carrera (lea 2 Timoteo 4:7, 8). Pero ¿de qué carrera estaba hablando?

¿DE QUÉ CARRERA SE TRATA?

3. ¿Qué es la carrera de la que habló Pablo?

3 A fin de enseñar lecciones importantes, Pablo a veces utilizaba ejemplos tomados de los juegos que se celebraban en la antigua Grecia (1 Cor. 9:25-27; 2 Tim. 2:5). En varias ocasiones, comparó la vida del cristiano a una carrera (1 Cor. 9:24; Gál. 2:2; Filip. 2:16). Una persona empieza esta carrera cuando se dedica a Jehová y se bautiza (1 Ped. 3:21). Y cruza la meta cuando Jehová le da el premio de la vida eterna (Mat. 25:31-34, 46; 2 Tim. 4:8).

4. ¿Qué veremos en este artículo?

4 Hay varios parecidos entre una carrera de larga distancia y la vida del cristiano. Veamos tres de ellos. Primero, debemos ir por el camino correcto. Segundo, tenemos que concentrarnos en la meta. Y, tercero, debemos superar los obstáculos que encontremos.

SIGAMOS EL CAMINO CORRECTO

Todos debemos seguir el camino fijado para los cristianos. (Vea los párrafos 5 a 7). *

5. ¿Qué camino debemos seguir, y por qué?

5 Para poder ganar el premio en una carrera literal, los participantes deben seguir el recorrido fijado por los organizadores. De modo parecido, si queremos recibir el premio de la vida eterna, debemos seguir el camino, o estilo de vida, fijado para los cristianos (Hech. 20:24; 1 Ped. 2:21). Pero Satanás y quienes lo imitan quieren que los siervos de Dios nos desviemos y sigamos “corriendo con ellos” (1 Ped. 4:4). Se burlan de nuestro estilo de vida y dicen que el suyo es mejor porque les da libertad. Pero están muy equivocados (2 Ped. 2:19).

6. ¿Qué aprendemos del ejemplo de Brian?

6 Si alguien quiere ir por el camino de los que siguen el mundo de Satanás, pronto se dará cuenta de que no lleva a la libertad, sino a la esclavitud (Rom. 6:16). Veamos el ejemplo de un hermano llamado Brian. Cuando era niño, sus padres trataron de enseñarle a vivir de acuerdo con los principios bíblicos. Pero en la adolescencia empezó a dudar de si esta vida lo haría feliz. Entonces, decidió seguir el estilo de vida de quienes hacen lo que Satanás quiere. Brian dice: “Poco me imaginaba entonces que la libertad que tanto anhelaba me haría caer en las garras de la adicción”. Fue cayendo en el consumo de drogas, el abuso del alcohol y la conducta inmoral. Añade: “Con el paso de los años probé drogas más duras y acabé esclavizado a varias de ellas. Llegué al punto de vender droga para pagar mis adicciones”. Tiempo después, decidió respetar las normas de Jehová. Cambió su estilo de vida y se bautizó en el 2001. Ahora corre la carrera cristiana y es feliz de verdad. *

7. Según Mateo 7:13, 14, ¿qué dos caminos tenemos delante de nosotros?

7 Es muy importante que elijamos el camino correcto. Satanás quiere que dejemos de correr en el camino estrecho que “lleva a la vida” y que nos pasemos al camino espacioso por donde va la mayoría de las personas de este mundo. Esta ruta es más sencilla, pero “lleva a la destrucción” (lea Mateo 7:13, 14). Si no queremos que nada nos saque del camino correcto, debemos confiar en Jehová y escuchar lo que nos dice.

NO PERDAMOS LA CONCENTRACIÓN Y EVITEMOS LOS TROPIEZOS

No perdamos la concentración ni hagamos tropezar a otros. (Vea los párrafos 8 a 12). *

8. ¿Qué hacen los corredores cuando tropiezan y caen?

8 Los corredores de larga distancia siempre miran hacia adelante a fin de no tropezar. Aun así, podrían pisar un hoyo o tal vez otro participante los haga tropezar por accidente. Si caen, se levantan y siguen corriendo. No se concentran en lo que los hizo tropezar, sino en la meta y el premio que esperan ganar.

9. ¿Qué deberíamos hacer si tropezamos?

9 En la carrera cristiana, quizás tropecemos en muchas ocasiones, sea porque digamos o hagamos algo mal, o porque algún hermano cometa un error que nos ofende. Esto no debe sorprendernos, pues todos somos imperfectos y estamos corriendo en el mismo camino estrecho que lleva a la vida. Así que es normal que a veces choquemos unos con otros. Pablo dijo que a veces tendremos una razón para quejarnos de nuestros compañeros (Col. 3:13). Pero no nos concentremos en lo que nos hizo tropezar, sino en el premio que nos espera. Si caemos, levantémonos y sigamos corriendo. No nos quedemos en el suelo amargados y quejándonos, pues así no lograremos cruzar la meta ni ganar el premio. Lo que es más, podríamos ser un obstáculo para los que están tratando de correr en el camino estrecho que lleva a la vida.

10. ¿Qué debemos hacer a fin de no ser un estorbo para los demás?

10 Si no queremos ser un estorbo para nuestros compañeros de la carrera, también debemos ceder cuando sea posible y no insistir en nuestros derechos (Rom. 14:13, 19-21; 1 Cor. 8:9, 13). Esto es muy diferente de lo que sucede en una carrera literal. Los corredores compiten entre sí, y todos se esfuerzan por ser el único ganador. Por lo general, nunca piensan en los demás. Así que tal vez intenten abrirse paso para ponerse a la cabeza de la carrera. En cambio, nosotros no competimos contra nuestros hermanos (Gál. 5:26; 6:4). Nuestro objetivo es ayudar a todos los que podamos a cruzar la meta con nosotros y conseguir el premio de la vida. Por ello nos esforzamos por seguir el consejo inspirado de Pablo de no buscar solo nuestros propios intereses, “sino también los de los demás” (Filip. 2:4).

11. ¿En qué se concentran los corredores, y por qué?

11 Además de mirar siempre hacia adelante, los corredores se concentran en la meta. Incluso si no pueden verla literalmente, se imaginan el momento en que la cruzan y reciben el premio. Esto los mantiene motivados.

12. ¿Qué nos garantiza Jehová por amor?

12 Por amor, Jehová nos garantiza que todos los que terminen la carrera ganarán el premio de la vida eterna, sea en los cielos o en el Paraíso en la Tierra. La Biblia nos da detalles que nos permiten entrever cómo será este premio. Así podemos imaginarnos la vida maravillosa que nos espera. Cuanto más nos centremos en esta esperanza, más decididos estaremos a evitar los tropiezos que podrían impedirnos terminar la carrera.

SIGAMOS CORRIENDO PESE A LAS DIFICULTADES

Pese a las dificultades, sigamos corriendo en la carrera que lleva a la vida. (Vea los párrafos 13 a 20). *

13. ¿Con qué ventaja contamos, a diferencia de los corredores literales?

13 En la antigua Grecia, los corredores tenían que vencer obstáculos como el cansancio y el dolor. Pero solo podían apoyarse en el entrenamiento que habían recibido y en sus propias fuerzas. Como a ellos, a nosotros también se nos entrena para correr en la carrera cristiana. Ahora bien, contamos con una ventaja: nuestra fuente de energía es ilimitada, pues viene de Jehová. Si nos apoyamos en él, nos promete que nos entrenará y que nos hará fuertes (1 Ped. 5:10).

14. ¿Cómo nos ayuda 2 Corintios 12:9, 10 a afrontar las dificultades?

14 El apóstol Pablo tuvo que soportar muchas dificultades. Además de tener que sufrir insultos y persecución, a veces se sentía débil y tenía que soportar lo que él llamó “una espina en la carne” (2 Cor. 12:7). Pero, en vez de ver esas dificultades como un motivo para rendirse, las vio como una oportunidad de mostrar confianza en Jehová (lea 2 Corintios 12:9, 10). Por esta razón, Jehová siempre lo ayudó.

15. ¿Qué sentiremos si seguimos el ejemplo de Pablo?

15 Como al apóstol Pablo, quizás a nosotros también se nos insulte o persiga por nuestra fe. Además, tal vez tengamos que lidiar con la mala salud o el agotamiento. Pero, si seguimos su ejemplo, cada problema puede convertirse en una oportunidad de sentir el amor y el apoyo de Jehová.

16. ¿Qué pueden hacer incluso quienes no tienen buena salud?

16 ¿Y qué hay de quienes están en cama o en silla de ruedas, no tienen fuerzas en las rodillas o no ven bien? ¿Pueden correr con los que están jóvenes y saludables? Claro que sí. Muchos hermanos mayores y otros con salud delicada participan en la carrera por la vida, pero no lo hacen con sus propias fuerzas, sino con las que les da Jehová. Escuchan las reuniones por teléfono o las ven por Internet. Participan en la obra de hacer discípulos dando testimonio a sus familiares, a los doctores y a las enfermeras.

17. ¿Qué siente Jehová por quienes tienen limitaciones físicas?

17 Nunca dejemos que las limitaciones físicas nos desanimen y nos hagan pensar que no podemos seguir corriendo en el camino que lleva a la vida. Jehová nos ama porque tenemos fe en él y por nuestro historial de fiel servicio. En estas circunstancias es cuando más lo necesitamos, y él no nos dejará (Sal. 9:10). Al contrario, estará más cerca de nosotros. Veamos lo que dice una hermana que tiene serios problemas de salud: “Como mi salud sigue empeorando, cada vez tengo menos oportunidades de hablar de la verdad con otros. Pero sé que mis esfuerzos, por pequeños que sean, alegran a Jehová. Eso me hace feliz”. Cuando nos sintamos desanimados, recordemos que Jehová está con nosotros. Pensemos en el ejemplo de Pablo y en sus animadoras palabras: “Me alegra tener debilidades [...]. Porque, cuando soy débil, entonces soy poderoso” (2 Cor. 12:10).

18. ¿Qué situación particularmente difícil afrontan algunos?

18 Algunos de los que corren en el camino que lleva a la vida afrontan otra dificultad. Estos queridos siervos de Jehová sufren problemas personales que otros no pueden ver y quizás no entiendan, como la depresión o una ansiedad abrumadora. ¿Por qué es tan difícil su situación? Porque, cuando alguien tiene el brazo roto o está en silla de ruedas, todos ven lo que le pasa y quizás le ofrezcan ayuda. Pero el sufrimiento que padecen quienes tienen un trastorno emocional o mental no se ve a simple vista. Su dolor es tan real como el de alguien que tiene un hueso roto, pero los demás quizás no les den el cariño y el cuidado que necesitan.

19. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Mefibóset?

19 Si nuestras circunstancias nos limitan y nos sentimos incomprendidos, el relato de Mefibóset puede darnos fuerzas (2 Sam. 4:4). Además de sufrir una incapacidad física grave, tuvo que aguantar que el rey David lo juzgara mal y lo tratara injustamente. Mefibóset no se había buscado ninguno de estos problemas, pero no permitió que lo volvieran negativo. Más bien, valoraba lo bueno que tenía. Agradecía la bondad que David le había mostrado en el pasado (2 Sam. 9:6-10). Así que, cuando este lo juzgó mal, Mefibóset vio el cuadro completo. No permitió que el error de David lo amargara ni culpó a Jehová por lo que David hizo. Se centró en apoyar al rey que Dios había nombrado (2 Sam. 16:1-4; 19:24-30). Jehová dejó registrado en su Palabra el excelente ejemplo de Mefibóset para nuestro beneficio (Rom. 15:4).

20. ¿Qué efecto tiene la ansiedad en algunos, pero de qué pueden estar seguros?

20 Debido a la ansiedad grave, algunos hermanos se sienten muy nerviosos e incómodos cuando tienen que tratar con otros en el día a día. Puede que les cueste estar rodeados de mucha gente, pero siguen asistiendo a las reuniones y a las asambleas. Se les hace difícil hablar con extraños, pero salen a predicar. Si este es nuestro caso, no somos los únicos. Muchos pasan por situaciones parecidas. Recordemos que a Jehová le complacen nuestros esfuerzos de corazón. El hecho de que no nos hayamos rendido demuestra que él nos bendice y nos da las fuerzas necesarias * (Filip. 4:6, 7; 1 Ped. 5:7). Si servimos a Jehová a pesar de las limitaciones físicas o emocionales, podemos estar seguros de que eso lo hace muy feliz.

21. ¿Qué lograremos hacer todos con la ayuda de Jehová?

21 Como hemos visto, hay diferencias entre una carrera literal y la que menciona Pablo. En las carreras de tiempos bíblicos, solo había un ganador. En cambio, en la carrera cristiana todos los que se mantienen fieles reciben el premio de la vida eterna (Juan 3:16). En las carreras literales, todos los participantes tenían que estar en forma, porque, si no lo estaban, sus probabilidades de ganar eran pocas. Por el contrario, muchos de nosotros tenemos limitaciones físicas, pero seguimos aguantando (2 Cor. 4:16). Con la ayuda de Jehová, todos correremos la carrera hasta terminarla.

CANCIÓN 24 ¡Mantén la vista en el premio!

^ párr. 5 Muchos siervos de Jehová padecen los efectos de la edad avanzada o tienen una enfermedad que los debilita. Y todos a veces nos sentimos cansados. Así que la idea de participar en una carrera tal vez nos asuste. En este artículo, veremos cómo podemos correr con aguante y ganar la carrera por la vida de la que habló el apóstol Pablo.

^ párr. 6 Vea el artículo “La Biblia les cambió la vida” en La Atalaya del 1 de enero de 2013.

^ párr. 20 El programa de mayo de 2019 de JW Broadcasting® da sugerencias útiles para manejar la ansiedad y relata experiencias de hermanos que lo han logrado. Puede encontrarlo en jw.org® bajo BIBLIOTECA > JW BROADCASTING®.

^ párr. 63 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: Este hermano mayor se mantiene en el camino correcto estando ocupado en el ministerio.

^ párr. 65 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: Podemos hacer tropezar a otros si nos empeñamos en que tomen más alcohol o si nosotros no bebemos con moderación.

^ párr. 67 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: Un hermano se mantiene en la carrera cristiana predicándole al personal del hospital donde está ingresado.