ARTÍCULO DE ESTUDIO 28

¿Estamos convencidos de que tenemos la verdad?

¿Estamos convencidos de que tenemos la verdad?

“Mantente en lo que aprendiste y fuiste persuadido a creer” (2 TIM. 3:14).

CANCIÓN 34 Hagamos honor a nuestro nombre

AVANCE *

1. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de “la verdad”?

“¿CÓMO conociste la verdad?”. “¿Naciste en la verdad?”. “¿Cuánto tiempo llevas en la verdad?”. De seguro, a nosotros se nos han hecho preguntas como estas o nosotros se las hemos hecho a otros. Pero ¿qué queremos decir cuando hablamos de “la verdad”? Por lo general, nos referimos a nuestras creencias y a nuestra forma de adorar a Dios y de vivir. Cuando decimos que alguien está “en la verdad”, queremos decir que sabe lo que enseña la Biblia y que respeta sus principios. Como resultado, está libre de ideas religiosas falsas y vive la mejor vida que un ser humano imperfecto puede tener (Juan 8:32).

2. Según Juan 13:34, 35, ¿qué es lo primero que atrae a muchas personas a la verdad?

2 ¿Qué fue lo primero que nos atrajo a la verdad? Quizás fue la buena conducta de los testigos de Jehová (1 Ped. 2:12). O tal vez fue el amor que demuestran. Eso es lo que más les llamó la atención a muchos la primera vez que fueron a un Salón del Reino, y lo recuerdan más que cualquier cosa que se haya dicho en la plataforma. Y esto no nos sorprende, pues Jesús dijo que la gente sabría quiénes son sus discípulos por el amor que se tienen unos a otros (lea Juan 13:34, 35). Pero, si queremos tener una fe fuerte, debemos hacer algo más.

3. ¿Qué podría suceder si nuestra fe en Dios solo se basa en el amor que se demuestran los hermanos?

3 Nuestra fe no solo debe basarse en el amor que se demuestran los cristianos verdaderos. ¿Por qué? Pongamos que un hermano, incluso un anciano o un precursor, comete un pecado grave, o nos hiere o se vuelve apóstata y dice que no tenemos la verdad. ¿Qué haríamos en cualquiera de estos casos? ¿Tropezaríamos y dejaríamos de servir a Jehová? Esto nos enseña que, si queremos tener una fe sólida, esta debe basarse en una buena amistad con Jehová, no en lo que hacen otras personas. Nuestra fe es como una casa, que no debería estar construida solamente con materiales “suaves” como los sentimientos y las emociones, sino también con materiales “sólidos” como los hechos y los razonamientos lógicos. Debemos convencernos por nosotros mismos de que la Biblia nos enseña la verdad sobre Jehová (Rom. 12:2).

4. Según Mateo 13:3-6, 20, 21, ¿qué les pasa a algunos cuando se pone a prueba su fe?

4 Jesús dijo que algunos aceptarían la verdad “con alegría”, pero que su fe se marchitaría cuando llegaran los problemas (lea Mateo 13:3-6, 20, 21). Quizás no comprendan que por seguir a Jesús tendrán dificultades y pruebas (Mat. 16:24). O quizás piensen que la vida del cristiano es solo un camino de rosas lleno de bendiciones. Pero, en este mundo imperfecto, es inevitable tener problemas. Las circunstancias pueden cambiar y quitarnos parte de la alegría durante algún tiempo (Sal. 6:6; Ecl. 9:11).

5. ¿Cómo demuestran la mayor parte de los siervos de Jehová que están convencidos de que tienen la verdad?

5 La mayor parte de los siervos de Jehová demuestran que están convencidos de que tienen la verdad. ¿Cómo lo sabemos? Porque su fe no se tambalea cuando un hermano los hiere o hace algo que no es propio de un cristiano (Sal. 119:165). Con cada prueba que afrontan, su fe se hace más fuerte, no más débil (Sant. 1:2-4). ¿Qué debemos hacer para tener una fe como esa?

OBTENGAMOS “EL CONOCIMIENTO EXACTO DE DIOS”

6. ¿En qué se basaba la fe de los discípulos del siglo primero?

6 La fe de los discípulos del siglo primero se basaba en su conocimiento de las Escrituras y en las enseñanzas de Jesucristo, es decir, en “la verdad de las buenas noticias” (Gál. 2:5). Esta verdad es el conjunto de enseñanzas cristianas, que incluye los detalles sobre el sacrificio de Jesús y su resurrección. El apóstol Pablo estaba seguro de que estas enseñanzas eran ciertas. ¿Por qué lo sabemos? Porque utilizaba las Escrituras para probar “con referencias que era necesario que el Cristo sufriera y se levantara de entre los muertos” (Hech. 17:2, 3). Los primeros cristianos aceptaron esas enseñanzas y buscaron la ayuda del espíritu santo para entender la Palabra de Dios. Investigaron para asegurarse de que tales enseñanzas se basaban en las Escrituras (Hech. 17:11, 12; Heb. 5:14). Su fe no se sostenía solo sobre sentimientos y emociones, y no le servían a Jehová únicamente porque disfrutaran de estar con otros cristianos. Más bien, basaron su fe en “el conocimiento exacto de Dios” (Col. 1:9, 10).

7. ¿Cómo nos beneficiará nuestra fe en las verdades bíblicas?

7 Las verdades de la Palabra de Dios nunca cambian (Sal. 119:160). Por ejemplo, no cambian si un hermano nos ofende o comete un pecado grave. Y tampoco cambian cuando tenemos problemas. Así que debemos conocer a fondo las enseñanzas bíblicas y estar convencidos de que son ciertas. Tal como un ancla mantiene a flote un barco durante una tormenta, nuestra fe basada en las verdades bíblicas nos sostendrá en momentos difíciles. ¿Cómo podemos estar más convencidos todavía de que tenemos la verdad?

CONVENZÁMONOS A NOSOTROS MISMOS DE LO QUE CREEMOS

8. De acuerdo con 2 Timoteo 3:14, 15, ¿cómo llegó Timoteo a estar convencido de que tenía la verdad?

Timoteo estaba seguro de que tenía la verdad. ¿Cómo llegó a esa conclusión? (Lea 2 Timoteo 3:14, 15). Su madre y su abuela fueron las primeras que le enseñaron “los santos escritos”. Pero sin duda él mismo dedicó de su tiempo y energías a estudiarlos. Como resultado, llegó a estar convencido de que en ellos se hallaba la verdad. Luego, él, su madre y su abuela aprendieron las enseñanzas cristianas. Sin duda, quedó impresionado por el amor que mostraban los discípulos de Jesús, y tenía un sincero deseo de estar con sus hermanos espirituales y cuidar de ellos (Filip. 2:19, 20). Pero su fe no se basaba en lo que sentía por los demás, sino en hechos que fortalecían su amistad con Dios. Nosotros también debemos estudiar lo que la Biblia dice sobre Jehová y razonar para llegar a conclusiones lógicas.

9. ¿De qué tres verdades fundamentales debemos convencernos a nosotros mismos?

9 Para comenzar, debemos convencernos a nosotros mismos al menos de tres verdades fundamentales. Primero, que Jehová es el Creador de todas las cosas (Éx. 3:14, 15; Heb. 3:4; Apoc. 4:11). Segundo, que la Biblia contiene el mensaje de Dios para la humanidad (2 Tim. 3:16, 17). Y, tercero, que Jehová tiene un grupo organizado de personas que lo adoran bajo la guía de Cristo: los testigos de Jehová (Is. 43:10-12; Juan 14:6; Hech. 15:14). Para convencernos a nosotros mismos de estas verdades fundamentales, no hace falta que seamos una enciclopedia andante de conocimiento bíblico. Nuestro objetivo debe ser usar nuestra “capacidad de razonar” para estar más convencidos de que tenemos la verdad (Rom. 12:1).

PREPARÉMONOS PARA CONVENCER A OTROS

10. Además de conocer la verdad, ¿qué debemos ser capaces de hacer?

10 Una vez que tenemos claras estas verdades fundamentales sobre Jehová, la Biblia y el pueblo de Dios, debemos ser capaces de usar las Escrituras para demostrárselas a otras personas. ¿Por qué? Porque los cristianos tenemos la responsabilidad de enseñar las verdades que aprendemos a quienes nos escuchen (1 Tim. 4:16). * Y, cuando tratamos de convencer a otros de que la Biblia enseña la verdad, nuestra propia fe se hace más fuerte.

11. ¿Qué ejemplo nos dio Pablo al enseñar a otros?

11 Cuando el apóstol Pablo enseñaba a otros, procuraba “convencerlos de que aceptaran a Jesús usando la Ley de Moisés y los Profetas” (Hech. 28:23). ¿Cómo podemos seguir su ejemplo al enseñar la verdad de la Biblia a alguien? No nos limitemos a repetir hechos de memoria. Debemos ayudarlo a razonar sobre lo que aprende, pues así se acercará a Jehová. No queremos que acepte la verdad porque nos admira, sino porque se ha convencido a sí mismo de que lo que ha aprendido sobre nuestro amoroso Dios es cierto.

Padres, ayuden a sus hijos a tener fe enseñándoles “las cosas profundas de Dios”. (Vea los párrafos 12 y 13). *

12, 13. ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a mantenerse en la verdad?

12 Padres, sin duda ustedes desean que sus hijos se mantengan en la verdad. Quizás piensen que si ellos tienen buenos amigos en la congregación, su fe se hará fuerte. Ahora bien, para que sus hijos estén convencidos de que tienen la verdad, necesitan algo más que buenos amigos. Es necesario que tengan una amistad personal con Dios y que estén seguros de que la Biblia contiene la verdad.

13 Si ustedes desean enseñar a sus hijos la verdad sobre Dios, deben dar el ejemplo siendo buenos estudiantes de la Biblia. Saquen tiempo para reflexionar en lo que estudian. Entonces, podrán enseñar a sus hijos a hacer lo mismo. Muéstrenles cómo utilizar nuestras herramientas de estudio, tal como lo hacen con sus estudiantes de la Biblia. De este modo, ayudarán a sus hijos a amar a Jehová y a confiar en el medio que él utiliza para darnos el alimento espiritual: “el esclavo fiel y prudente” (Mat. 24:45-47). No se limiten a enseñarles las verdades fundamentales de la Biblia. Ayúdenlos a conocer “las cosas profundas de Dios” teniendo en cuenta su edad y su capacidad, y así llegarán a tener una fe fuerte (1 Cor. 2:10).

ESTUDIEMOS LAS PROFECÍAS DE LA BIBLIA

14. ¿Por qué deberíamos estudiar las profecías de la Biblia? (Vea también el recuadro “ ¿Sabemos explicar estas profecías?”).

14 Las profecías forman parte importante de la Palabra de Dios y nos ayudan a tener una fe sólida en Jehová. ¿Qué profecías han fortalecido nuestra fe? Quizás pensemos en las que hablan de “los últimos días” (2 Tim. 3:1-5; Mat. 24:3, 7). Pero otras profecías que ya se han cumplido también pueden fortalecer nuestra fe. Por ejemplo, ¿podemos explicar cómo se han cumplido y siguen cumpliéndose las profecías de los capítulos 2 y 11 de Daniel? * Si nuestra fe se basa por completo en lo que enseña la Biblia, logrará soportar cualquier prueba. Veamos el ejemplo de los hermanos que aguantaron cruel persecución en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque las profecías de los últimos días no se entendían del todo en aquel entonces, ellos tenían fe absoluta en lo que sabían de la Palabra de Dios.

El estudio de la Biblia, incluidas sus profecías, nos dará la confianza necesaria en momentos de prueba. (Vea los párrafos 15 a 17). *

15-17. ¿Cómo fortaleció el estudio de la Biblia a los hermanos que sufrieron la persecución nazi?

15 En la Alemania nazi, se envió a miles de hermanos a campos de concentración. Hitler y el jefe de las SS, Heinrich Himmler, odiaban a los testigos de Jehová. Una hermana contó que Himmler le dijo a un grupo de hermanas que estaban en uno de esos campos: “¡Si ustedes quieren, su Jehová puede reinar en los cielos, pero aquí en la Tierra somos nosotros los que gobernamos! ¡Ya verán quién durará más, si ustedes o nosotros!”. ¿Qué ayudó a los siervos de Jehová a mantenerse fieles?

16 Aquellos Estudiantes de la Biblia sabían que el Reino de Dios había empezado a gobernar en 1914. Y no los sorprendió la fuerte oposición. El pueblo de Jehová sabía que ningún gobierno humano podría impedir que se cumpliera la voluntad divina. Hitler no lograría acabar con la adoración verdadera ni establecería un gobierno que pudiera quitar de en medio al Reino de Dios. Los hermanos estaban seguros de que, de una manera o de otra, el gobierno de Hitler llegaría a su fin.

17 ¡Y cuánta razón tenían! En poco tiempo, cayó el régimen nazi y Heinrich Himmler —el hombre que dijo que aquí en la Tierra eran ellos los que gobernaban— se vio obligado a huir. Mientras lo hacía, se encontró con un hermano de apellido Lübke, a quien reconoció por ser un antiguo prisionero. Totalmente derrotado, Himmler le dijo: “Bueno, Estudiante de la Biblia, ¿qué pasará ahora?”. El hermano Lübke le dijo que los testigos de Jehová siempre habían sabido que el régimen nazi caería y que a ellos se les liberaría. En aquel momento, Himmler —el hombre que tantas cosas había dicho sobre los testigos de Jehová— se quedó sin una palabra. Poco después, se quitó la vida. ¿Qué lección aprendemos? Que el estudio de la Biblia, incluidas sus profecías, nos ayudará a tener una fe inquebrantable en Dios y nos dará la confianza necesaria en momentos de prueba (2 Ped. 1:19-21).

18. En armonía con Juan 6:67, 68, ¿por qué necesitamos “conocimiento exacto y pleno discernimiento”, como dijo Pablo?

18 Todos debemos mostrar el amor que distingue a los cristianos verdaderos. Pero también necesitamos “conocimiento exacto y pleno discernimiento” (Filip. 1:9). De lo contrario, podrían influir en nosotros “vientos de todo tipo de enseñanzas” y “hombres que recurren a trampas y engañan”, como los apóstatas (Efes. 4:14). En el siglo primero, cuando muchos discípulos abandonaron a Jesús, el apóstol Pedro dijo con total seguridad que Jesús tenía “palabras de vida eterna” (lea Juan 6:67, 68). Aunque en aquel momento Pedro no entendía todos los detalles sobre aquellas palabras, se mantuvo leal porque había discernido la verdad sobre Cristo. Si nosotros también nos convencemos todavía más de que la Biblia enseña la verdad, nuestra fe se mantendrá sólida ante las pruebas y ayudaremos a otros a tener una fe fuerte (2 Juan 1, 2).

CANCIÓN 10 “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”

^ párr. 5 Este artículo nos ayudará a valorar la verdad que enseña la Biblia. También analizará qué podemos hacer para estar más convencidos de que lo que creemos es la verdad.

^ párr. 10 Encontraremos ideas útiles para razonar con las personas sobre las enseñanzas básicas de la Biblia en la serie “Conversaciones con un testigo de Jehová”, que apareció en La Atalaya desde el 2010 hasta el 2015. Algunos temas son “¿Es Jesús Dios?”, “¿Cuándo comenzó a gobernar el Reino de Dios?” y “¿Castiga Dios a la gente en el infierno?”.

^ párr. 14 Los números de La Atalaya del 15 de junio de 2012 y de mayo de 2020 analizan estas profecías.

^ párr. 60 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: En la adoración en familia, unos padres estudian con sus hijos profecías de la Biblia relacionadas con la gran tribulación.

^ párr. 62 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: Cuando llegue la gran tribulación, a la misma familia no le sorprenderá lo que ocurra.