ARTÍCULO DE ESTUDIO 52

Cómo vencer el desánimo

Cómo vencer el desánimo

“Arroja tu carga sobre Jehová, y él te sostendrá” (SAL. 55:22).

CANCIÓN 18 El fiel amor de Dios

AVANCE *

1. ¿Cómo nos afecta el desánimo?

TODOS tenemos problemas, y cada día nos enfrentamos a ellos lo mejor que podemos. Si además estamos desanimados, la situación se vuelve más difícil. El desánimo es como un ladrón que nos roba la confianza, el valor y la alegría que necesitamos para luchar contra los problemas. Como dice Proverbios 24:10: “Si te desanimas en los momentos difíciles, te faltarán las fuerzas”.

2. a) ¿Qué cosas pueden desanimarnos? b) ¿Qué veremos en este artículo?

2 Hay muchas cosas que pueden desanimarnos. Algunas son internas y otras son externas. Entre ellas están nuestras imperfecciones, nuestras debilidades, la mala salud, no recibir una responsabilidad que nos gustaría tener en el servicio a Jehová o tener que predicar en un territorio en el que casi nadie nos escucha. En este artículo, hablaremos de qué podemos hacer para lidiar con el desánimo.

NUESTRAS IMPERFECCIONES Y DEBILIDADES

3. ¿Qué nos ayudará a no obsesionarnos con nuestras imperfecciones?

3 Si nos obsesionamos con nuestras imperfecciones y debilidades, podemos llegar a sentirnos tan mal con nosotros mismos que lleguemos a pensar que Jehová nunca nos permitirá entrar en el nuevo mundo. Esa forma de pensar nos puede hacer mucho daño. ¿Qué nos ayudará a tener un punto de vista más equilibrado? Es cierto que todos los seres humanos, excepto Jesucristo, somos pecadores (Rom. 3:23). Pero Jehová no está pendiente de nuestros errores ni espera que seamos perfectos. Él es un Padre cariñoso y paciente. Sabe lo mucho que nos esforzamos por hacer lo correcto y por ser razonables con nosotros mismos, y está ahí para ayudarnos (Rom. 7:18, 19).

Jehová sabe las cosas buenas que hicimos en el pasado y las que hacemos ahora. (Vea el párrafo 5). *

4, 5. En armonía con 1 Juan 3:19, 20, ¿qué ayudó a dos hermanas a no dejarse vencer por el desánimo?

4 Veamos los ejemplos de Deborah y María. * Cuando Deborah era pequeña, su familia la trataba con muy poco amor y casi nunca la elogiaba. Por eso ella se sentía humillada y desarrolló un punto de vista muy negativo sobre sí misma. Cuando cometía el más mínimo error, se sentía como una completa fracasada. El caso de María era muy parecido. Sus familiares la humillaban hasta el punto de que sentía que no servía para nada. Incluso después de bautizarse, no se sentía digna de llamarse testigo de Jehová.

5 A pesar de todo, estas hermanas no dejaron de servir a Jehová. ¿Qué las ayudó? Por un lado, arrojaron su carga sobre Jehová por medio de la oración ferviente (Sal. 55:22). Comprendieron que nuestro amoroso Padre celestial sabe que las vivencias del pasado nos pueden hacer tener pensamientos negativos sobre nosotros mismos. Y él también ve nuestras buenas cualidades, aunque a veces nosotros no seamos capaces de verlas (lea 1 Juan 3:19, 20).

6. ¿Cómo puede sentirse quien tiene una recaída?

6 Si alguien se está esforzando mucho por superar un vicio muy arraigado y tiene una recaída, puede sentirse muy desanimado. Claro, si cometemos un pecado, es normal que nos sintamos culpables (2 Cor. 7:10). Pero no debemos irnos al extremo de condenarnos y pensar: “Soy un auténtico desastre; Jehová nunca me va a perdonar”. Esta idea es errónea y puede hacer que abandonemos a Jehová. Además, recordemos lo que dice Proverbios 24:10: si nos desanimamos, nos faltarán las fuerzas. Mejor “arreglemos las cosas” con Jehová orándole para pedir que nos perdone (Is. 1:18). Él verá que estamos arrepentidos de corazón y nos perdonará. Por otro lado, hablemos con los ancianos, y ellos nos ayudarán con paciencia a recuperarnos espiritualmente (Sant. 5:14, 15).

7. Si estamos luchando con una debilidad, ¿por qué no debemos desanimarnos?

7 Un anciano de Francia que se llama Jean-Luc les dice a quienes luchan con una debilidad: “Para Jehová, la persona justa no es la que nunca se equivoca, sino la que siempre lo lamenta y se esfuerza por cambiar” (Rom. 7:21-25). Así que no pensemos que somos un caso perdido. Recordemos que todos cometemos errores, pero que Jehová nos da su aprobación gracias a su bondad inmerecida y por medio del rescate (Efes. 1:7; 1 Juan 4:10).

8. Cuando necesitamos ánimo, ¿a quién podemos acudir?

8 Cuando necesitamos ánimo, podemos acudir a nuestros hermanos, nuestra familia espiritual. Ellos estarán ahí para consolarnos y escucharnos cuando lo necesitemos (Prov. 12:25; 1 Tes. 5:14). Una hermana de Nigeria llamada Joy, que ha luchado contra el desánimo, cuenta: “¿Qué sería de mí sin mis hermanos? Son la prueba de que Jehová escucha mis oraciones. Incluso me han enseñado a animar a quienes están tristes”. Claro, los hermanos no siempre se darán cuenta de que necesitamos ánimo. Así que tal vez debamos tomar la iniciativa y hablar con un hermano o hermana maduros para pedirle ayuda.

LA MALA SALUD

9. ¿Cómo nos animan Salmo 41:3 y 94:19?

9 Busquemos la ayuda de Jehová. No es fácil mantener una actitud positiva cuando uno está enfermo, sobre todo si se trata de una enfermedad crónica. Claro, Jehová no nos va a curar hoy día de manera milagrosa, pero lo que sí hace es consolarnos y darnos las fuerzas que necesitamos para aguantar (lea Salmo 41:3; 94:19). ¿Cómo lo hace? Tal vez impulse a algunos hermanos a ofrecerse para ayudar con algunas compras o tareas del hogar. También puede impulsar a nuestros hermanos a orar con nosotros. Incluso puede hacer que recordemos ideas consoladoras de su Palabra, como la maravillosa esperanza de disfrutar de una vida perfecta sin dolor ni enfermedades en el nuevo mundo (Rom. 15:4).

10. ¿Qué ayudó a Isang a seguir adelante después de su accidente?

10 Isang, que vive en Nigeria, quedó paralítico tras un accidente, y un doctor le dijo que nunca más podría volver a caminar. Él admite: “Tenía el corazón destrozado y estaba hundido en el desánimo”. ¿Qué lo ayudó a salir del hoyo? Explica: “Mi esposa y yo nunca dejamos de orar a Jehová y de estudiar su Palabra. Además, estábamos decididos a mostrar gratitud por las cosas buenas que tenemos, entre ellas la esperanza de vivir en el nuevo mundo de Dios”.

Quienes tienen limitaciones físicas también pueden disfrutar predicando y obtener buenos resultados. (Vea los párrafos 11 a 13).

11. ¿Qué hizo que Cindy se sintiera feliz a pesar de estar muy enferma?

11 A Cindy, que vive en México, le diagnosticaron una enfermedad que podía costarle la vida. ¿Cómo afrontó la situación? Mientras recibía tratamiento, se puso la meta de dar testimonio todos los días. Ella escribe: “Eso me permitió concentrarme en los demás en vez de en la operación, en el dolor o en el malestar tan horrible que sentía. Esto era lo que hacía: mientras conversaba con los médicos o los enfermeros, les preguntaba por sus familias. Luego les preguntaba por qué habían elegido un trabajo tan exigente. Así se me hacía fácil encontrar temas que pudieran interesarles. Varios me dijeron que no era muy común que un paciente les preguntara cómo estaban, y muchos me dieron las gracias por el interés. Algunos hasta me dieron sus datos de contacto. Durante esta época tan difícil de mi vida, Jehová hizo que me sintiera tan profundamente feliz que hasta yo me sorprendía” (Prov. 15:15).

12, 13. ¿Cómo se las arreglan para seguir predicando algunos hermanos que sufren una enfermedad o los achaques de la edad, y con qué resultados?

12 Hay hermanos que, debido a una enfermedad o a los achaques de la edad, no pueden hacer tanto como les gustaría en el ministerio, y eso los hace sentirse desanimados. Aun así, muchos se las arreglan para encontrar maneras de predicar. En Estados Unidos, una hermana llamada Laurel pasó 37 años en un pulmón de acero. Además, pasó por un cáncer y por varias operaciones importantes, y padeció varias enfermedades crónicas de la piel. A pesar de encontrarse en una situación tan extrema, nunca dejó de predicar. Les daba testimonio a los enfermeros y a los ayudantes que iban a atenderla a su casa. Ayudó a por lo menos 17 personas a hacerse testigos de Jehová. *

13 Un anciano de Francia llamado Richard tiene una sugerencia muy útil para quienes no pueden salir de su casa o están en algún tipo de residencia: “Les recomiendo que tengan unas pocas publicaciones expuestas. Cuando las personas pasan por delante, les da curiosidad y preguntan. Esto lleva a tener conversaciones que pueden animar mucho a nuestros queridos hermanos que ya no pueden predicar de casa en casa”. Quienes están confinados en sus casas también pueden participar en la predicación por carta y por teléfono.

SI NO RECIBIMOS UNA RESPONSABILIDAD QUE ESPERAMOS

14. ¿Qué excelente ejemplo nos puso el rey David?

14 Tal vez deseemos recibir cierta responsabilidad en la congregación o en el circuito. Pero hay varias razones por las que quizás no se nos conceda, como por ejemplo la edad, la salud u otros factores. En casos como esos, el ejemplo del rey David puede sernos de mucha ayuda. Su mayor ilusión era construir el templo de Dios; pero, cuando se enteró de que no había sido elegido para ese privilegio, le dio todo su apoyo a la persona a quien Dios había escogido. Incluso aportó una gran cantidad de oro y plata. ¡Qué excelente ejemplo nos puso! (2 Sam. 7:12, 13; 1 Crón. 29:1, 3-5).

15. ¿Cómo logró un hermano vencer el desánimo?

15 Debido a los problemas de salud, un hermano de Francia llamado Hugues tuvo que dejar de ser anciano. Ni siquiera podía atender las tareas más sencillas de su casa. Él escribe: “Al principio, me vine abajo y sentía que no servía para nada. Pero con el tiempo aprendí a aceptar mis limitaciones y a ser feliz con lo que sí podía hacer en mi servicio a Jehová. No pienso rendirme. Soy como Gedeón y sus 300 hombres: aunque estoy cansado, seguiré en la lucha” (Juec. 8:4).

16. ¿Qué nos enseña el ejemplo de los ángeles?

16 Los ángeles fieles también son un buen ejemplo. En cierta ocasión, Jehová les pidió a los ángeles que dieran sugerencias sobre cómo engañar al malvado rey Acab. Varios de ellos aportaron ideas, pero Jehová eligió a uno de ellos y le dijo que la suya saldría bien (1 Rey. 22:19-22). ¿Se desanimaron los demás y pensaron: “¿Para qué dije nada?”? No hay nada que indique que así fuera. Los ángeles son humildes de verdad y quieren que Jehová se lleve todo el mérito (Juec. 13:16-18; Apoc. 19:10).

17. ¿Qué debemos hacer si estamos desanimados porque no tenemos cierta responsabilidad o asignación?

17 Tengamos muy claro que el mayor honor que podemos tener es ser testigos de Jehová y predicar el Reino. Las responsabilidades y asignaciones vienen y van. Pero lo que nos hace realmente valiosos para Jehová y para nuestros hermanos no es eso, sino la humildad y la modestia. Por eso roguemos a Jehová que nos ayude a seguir manteniendo estas cualidades. Meditemos en todos los buenos ejemplos de humildad y modestia que hay en la Biblia, y sirvamos con gusto a nuestros hermanos en lo que esté a nuestro alcance (Sal. 138:6; 1 Ped. 5:5).

SI NUESTRO TERRITORIO ES POCO PRODUCTIVO

18, 19. ¿Qué nos puede ayudar a seguir predicando con alegría en un territorio poco productivo?

18 ¿Predicamos en un territorio en el que no es fácil encontrar a las personas en sus casas o conseguir que nos escuchen? Si eso nos desanima, ¿qué podemos hacer para mantener o incluso aumentar nuestra alegría? El recuadro “ Cómo disfrutar más del ministerio” contiene algunas ideas útiles. También es importante tener el punto de vista correcto sobre el ministerio. ¿Qué significa esto?

19 Tengamos presente que lo más importante es proclamar el nombre de Dios y el Reino. Jesús dejó claro que pocas personas encontrarían el camino que lleva a la vida (Mat. 7:13, 14). Por otro lado, al predicar tenemos el honor de colaborar con Jehová, Jesús y los ángeles (Mat. 28:19, 20; 1 Cor. 3:9; Apoc. 14:6, 7). Además, es Jehová quien trae a su organización a quienes desean servirle (Juan 6:44). Así que puede ser que una persona no escuche el mensaje ahora pero sí lo haga la próxima vez que hablemos con ella.

20. De acuerdo con Jeremías 20:8, 9, ¿qué nos ayudará a vencer el desánimo?

20 Podemos aprender mucho del profeta Jeremías. A él le tocó predicar en un territorio extremadamente difícil. De hecho, la gente lo insultaba y se burlaba de él “todo el día” (lea Jeremías 20:8, 9). Se desanimó tanto que estuvo a punto de tirar la toalla. Pero no lo hizo. ¿Por qué no? Él mismo explicó que “las palabras de Jehová” se volvieron en su corazón como un fuego que no podía contener. Y lo mismo nos pasará a nosotros si llenamos nuestra mente y corazón con la Palabra de Dios. Ese es un motivo más para estudiarla todos los días y meditar en ella. Entonces, disfrutaremos más de la predicación y puede que hasta tengamos mejores resultados (Jer. 15:16).

21. ¿Cómo podemos vencer el desánimo?

21 Deborah, mencionada en el párrafo 4, dice: “El desánimo puede ser un arma muy poderosa en manos de Satanás”. Pero Satanás y sus armas no tienen ninguna posibilidad contra Jehová. Por eso, sea lo que sea que nos desanime, contémosle a Jehová exactamente cómo nos sentimos y pidámosle ayuda. Él nos ayudará a lidiar con nuestras imperfecciones y debilidades, nos ayudará cuando estemos enfermos, nos ayudará a tener un punto de vista equilibrado de nuestras responsabilidades y asignaciones, y nos ayudará a ver el ministerio con una actitud positiva. Gracias a él, podemos vencer el desánimo.

CANCIÓN 107 Dios nos enseño a amar

^ par. 5 ¿Quién no ha tenido que luchar alguna vez contra el desánimo? En este artículo, hablaremos de qué podemos hacer cuando nos sentimos así. Veremos que con la ayuda de Jehová podemos ganar esta batalla.

^ par. 4 Se han cambiado algunos nombres.

^ par. 12 La biografía de Laurel Nisbet se publicó en la ¡Despertad! del 22 de enero de 1993.

^ par. 69 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: Al meditar en las cosas buenas que hizo en el pasado y orar a Jehová, una hermana que estuvo desanimada por un tiempo se convence de que él recuerda lo que ella hizo y lo que está haciendo.