ARTÍCULO DE ESTUDIO 40

¿Qué es el verdadero arrepentimiento?

¿Qué es el verdadero arrepentimiento?

“He venido a llamar [...] a pecadores, para que se arrepientan” (LUC. 5:32).

CANCIÓN 90 Las canas, hermosa corona

AVANCE *

1, 2. ¿En qué se diferenciaron Acab y Manasés, y qué preguntas responderemos?

 HABLEMOS de dos reyes de tiempos bíblicos. Uno gobernó en Israel, el reino de 10 tribus, y el otro en Judá, el reino de dos tribus. Aunque vivieron en épocas diferentes, tuvieron mucho en común. Los dos reyes se rebelaron contra Jehová, hicieron pecar a su pueblo, adoraron a dioses falsos y cometieron asesinatos. Pero hubo algo que los hizo diferentes. Mientras que uno siguió haciendo cosas malas hasta el día de su muerte, el otro se arrepintió de las cosas terribles que había hecho y fue perdonado. ¿De quiénes hablamos?

2 El rey de Israel se llamaba Acab, y el rey de Judá, Manasés. Las diferencias que hubo entre estos dos hombres nos enseñan muchas lecciones sobre una cuestión muy importante: el arrepentimiento (Hech. 17:30; Rom. 3:23). ¿Qué es el arrepentimiento y cómo se demuestra? Esto es algo que necesitamos saber porque todos queremos que Jehová nos perdone cuando pecamos. Para responder esas preguntas, analizaremos la vida de estos dos reyes y veremos lo que aprendemos de sus ejemplos. Después analizaremos lo que Jesús enseñó sobre el arrepentimiento.

QUÉ APRENDEMOS DEL REY ACAB

3. ¿Qué clase de rey fue Acab?

3 Acab fue el séptimo rey del reino de Israel. Se casó con Jezabel, que era hija del rey de Sidón, una nación próspera situada al norte. Puede que ese matrimonio le trajera riquezas a la nación de Israel, pero también dañó todavía más su relación con Jehová. Jezabel adoraba a Baal e hizo que Acab promoviera esa religión tan despreciable, que fomentaba la prostitución en los templos y hasta el sacrificio de niños. Mientras esta mujer estuvo en el trono, todos los profetas de Jehová corrieron peligro. De hecho, mandó matar a muchos de ellos (1 Rey. 18:13). Acab “fue peor a los ojos de Jehová que todos los [reyes] que hubo antes de él” (1 Rey. 16:30). Jehová estaba muy al tanto de todo lo que hacían Acab y Jezabel, pero fue misericordioso con su pueblo y envió al profeta Elías para ayudarlo a cambiar antes de que fuera demasiado tarde. Sin embargo, Acab y Jezabel se negaron a escuchar.

4. ¿Qué mensaje de condena recibió Acab, y cómo reaccionó?

4 Con el tiempo, la paciencia de Jehová se agotó. Envió a Elías para anunciarles a Acab y a Jezabel cuál sería su condena: toda su familia sería exterminada. Las palabras del profeta hicieron sentir muy mal a Acab. De forma inesperada, aquel hombre arrogante se humilló (1 Rey. 21:19-29).

El rey Acab metió en prisión al profeta de Dios, lo que demostró que no estaba arrepentido de verdad. (Vea los párrafos 5 y 6). *

5, 6. ¿Cómo sabemos que Acab no estaba arrepentido de verdad?

5 Aunque en ese momento Acab reaccionó con humildad, lo que después hizo demostró que no estaba arrepentido de verdad. No intentó acabar con la adoración a Baal en Israel ni animó al pueblo a adorar a Jehová. Además, hizo otras cosas que mostraban que no estaba arrepentido.

6 Más tarde, cuando le pidió al buen rey Jehosafat de Judá que luchara junto a él contra los sirios, Jehosafat sugirió que primero consultaran a un profeta de Jehová. Al principio, Acab rechazó la idea diciendo: “Todavía queda un hombre por medio de quien podemos consultar a Jehová, pero yo lo odio, porque las cosas que profetiza sobre mí nunca son buenas, solo son malas”. Aun así, consultaron al profeta Micaya, y este le anunció a Acab que sufriría una calamidad. En lugar de arrepentirse y pedirle a Jehová que lo perdonara, el malvado rey Acab metió a Micaya en prisión (1 Rey. 22:7-9, 23, 27). Aunque el rey encarceló al profeta de Jehová, no logró impedir que la profecía se cumpliera. Cuando fue a la batalla, lo mataron (1 Rey. 22:34-38).

7. ¿Qué dijo Jehová sobre Acab después de su muerte?

7 Después de la muerte de Acab, Jehová dejó claro lo que pensaba de él. Cuando el buen rey Jehosafat regresó sano y salvo a su casa, Jehová envió al profeta Jehú para que lo reprendiera por haberse aliado con Acab. Le dijo: “¿Crees que está bien que ayudes a los malos y ames a los que odian a Jehová?” (2 Crón. 19:1, 2). Pensemos en esto: si Acab se hubiera arrepentido de verdad, seguro que el profeta no lo habría incluido entre “los malos” y “los que odian a Jehová”. Así que está claro que, aunque Acab lamentó hasta cierto grado lo que había hecho, nunca se arrepintió del todo.

8. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Acab sobre el arrepentimiento?

8 ¿Qué aprendemos del ejemplo de Acab? Cuando Elías le anunció el castigo que iba a sufrir su familia, Acab al principio se humilló. Ese fue un buen primer paso. Pero los pasos que dio después demostraron que no estaba arrepentido de corazón. Esto nos enseña que el verdadero arrepentimiento implica más que simplemente decir que nos sentimos mal por lo que hemos hecho. Veamos ahora otro ejemplo que nos ayudará a entenderlo.

QUÉ APRENDEMOS DEL REY MANASÉS

9. ¿Qué clase de rey fue Manasés?

9 Unos 200 años después, Manasés llegó a ser rey de Judá. Puede que sus pecados fueran peores que los de Acab. La Biblia dice que “hizo a gran escala lo que estaba mal a los ojos de Jehová para provocarlo” (2 Crón. 33:1-9). Construyó altares a dioses falsos y hasta puso en el santo templo de Jehová una imagen tallada de un poste sagrado, probablemente un símbolo del culto al sexo. Usó la adivinación y practicó magia y hechicería. También “derramó muchísima sangre inocente”. Asesinó a muchas personas e incluso “a sus propios hijos los quemó en el fuego” como sacrificios a dioses falsos (2 Rey. 21:6, 7, 10, 11, 16).

10. ¿Cómo disciplinó Jehová a Manasés, y cómo reaccionó el rey?

10 Igual que Acab, Manasés se negó a hacer caso a las advertencias que Jehová le dio mediante sus profetas. Finalmente, “Jehová hizo que los jefes del ejército del rey de Asiria vinieran contra ellos”, es decir, contra Judá. “Capturaron a Manasés con garfios, lo sujetaron con dos grilletes de cobre y se lo llevaron a Babilonia”. Parece ser que mientras estuvo cautivo allí reflexionó en lo que había hecho. “Estuvo humillándose profundamente delante del Dios de sus antepasados”. Pero hizo algo más: “Le suplicó a Jehová su Dios” y “le siguió orando”. Aquel hombre malvado estaba cambiando. Empezó a ver a Jehová como “su Dios” y le oró una y otra vez (2 Crón. 33:10-13).

El rey Manasés luchó contra la adoración falsa, lo que demostró que sí estaba arrepentido de verdad. (Vea el párrafo 11). *

11. ¿Cómo demostró Manasés que su arrepentimiento era sincero? (2 Crónicas 33:15, 16).

11 Con el tiempo, Jehová respondió las oraciones de Manasés. Vio que su corazón había cambiado, y eso se reflejó en sus oraciones. Jehová se sintió conmovido por su ruego y lo devolvió a su reinado. Manasés se esforzó al máximo por demostrar que su arrepentimiento era sincero. Hizo lo que Acab no hizo nunca: cambió su manera de actuar, luchó contra la adoración falsa y animó al pueblo a adorar a Jehová (lea 2 Crónicas 33:15, 16). Seguro que necesitó fe y valor para hacer eso, pues durante décadas había sido una mala influencia para su familia, sus nobles y su pueblo. Pero ahora en su vejez trató de reparar parte del daño que había hecho. Es probable que fuera una buena influencia para su nietecito Josías, que más tarde llegó a ser un rey muy bueno (2 Rey. 22:1, 2).

12. ¿Qué nos enseña el ejemplo de Manasés sobre el arrepentimiento?

12 ¿Qué aprendemos de Manasés? Él no solo se humilló, sino que oró, suplicó la misericordia de Jehová y cambió su manera de actuar. Además, hizo todo lo posible por reparar el daño que había hecho y se esforzó por adorar a Jehová y ayudar a otros a hacer lo mismo. Su ejemplo le da esperanza hasta al peor de los pecadores. Es una prueba clara de que Dios es bueno y está “dispuesto a perdonar” (Sal. 86:5). Quienes se arrepienten de verdad pueden obtener el perdón de Jehová.

13. ¿Qué ejemplo nos ayuda a entender una lección muy importante sobre el arrepentimiento?

13 Como hemos visto, Manasés hizo más que simplemente lamentarse por sus pecados. Esto nos enseña una lección muy importante. Para entenderla, pensemos en el siguiente ejemplo. Imaginemos que vamos a una panadería y pedimos un pastel. Pero en vez de un pastel nos dan un huevo. ¿Nos conformaríamos con eso? Claro que no. ¿Y si el panadero se justificara diciendo que el huevo es un ingrediente importante del pastel? Aun así, no nos bastaría. De manera parecida, Jehová le pide a quien comete un pecado que se arrepienta de verdad. Si la persona se siente mal por su pecado, hace bien, pues esa es una parte importante del arrepentimiento. Pero no basta con eso. Para ver qué más se necesita, analicemos una conmovedora parábola que Jesús relató.

CÓMO SABER SI ALGUIEN ESTÁ ARREPENTIDO DE VERDAD

14. ¿Cómo empezó a demostrar el hijo perdido de la parábola de Jesús que estaba arrepentido?

14 Jesús contó una conmovedora historia sobre un hijo perdido, que podemos leer en Lucas 15:11-32. Un joven se rebeló contra su padre, se fue de su casa y “viajó a un país lejano”. Allí llevó una vida desenfrenada. Pero, cuando llegaron los problemas, empezó a reflexionar en lo que había hecho y se dio cuenta de lo bien que estaba en la casa de su padre. Como dijo Jesús, el joven “recobró el juicio”. Decidió regresar y pedirle a su padre que lo perdonara. Fue importante que comprendiera que había tomado muchas malas decisiones, pero eso no era suficiente. Tenía que hacer cambios.

Cuando el hijo perdido recobró el juicio, hizo el largo viaje de regreso a su casa. (Vea los párrafos 14 y 15). *

15. ¿Cómo demostró el hijo perdido de la parábola de Jesús que estaba arrepentido de verdad?

15 ¿Cómo demostró el hijo perdido que estaba realmente arrepentido? Hizo el largo viaje de regreso a su casa. Cuando llegó y se encontró con su padre, le dijo: “He pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco ser llamado tu hijo” (Luc. 15:21). Con esta sincera confesión, demostró que quería recuperar su relación con Jehová. También reconoció que con sus actos le había hecho daño a su padre. Y estaba dispuesto a esforzarse por volver a ganarse su aprobación, incluso a que lo trataran como a uno de sus trabajadores (Luc. 15:19). Esta parábola es más que una historia conmovedora. Enseña algunos principios que pueden ayudar a los ancianos a determinar si alguien que ha cometido un pecado grave está arrepentido de verdad.

16. ¿Por qué no es fácil para los ancianos determinar si alguien se ha arrepentido de verdad?

16 No es fácil para los ancianos determinar si alguien que ha cometido un pecado grave está ahora arrepentido de verdad. ¿Por qué no? Porque ellos no pueden leer el corazón, así que tienen que tratar de encontrar pruebas que indiquen que el hermano ha cambiado por completo y ahora odia lo que hizo. En algunos casos, puede que la persona haya pecado con tanto descaro que los ancianos que se reúnen con ella no estén convencidos de que su arrepentimiento sea verdadero.

17. a) ¿Qué ejemplo muestra que un pecador tal vez no esté arrepentido de verdad aunque diga que se siente muy mal? b) ¿Qué debe hacer la persona que está realmente arrepentida? (2 Corintios 7:11).

17 Veamos un ejemplo. Un hermano comete adulterio durante muchos años. En vez de pedir ayuda, les esconde su conducta inmoral a su esposa, a sus amigos y a los ancianos. Pero un día los ancianos se enteran de lo que ha hecho. Cuando estos le dicen que tienen pruebas que demuestran que ha cometido adulterio, él lo admite y hasta parece sentirse muy mal por ello. ¿Demuestra eso que está arrepentido? No. Sin duda, los ancianos necesitan ver algo más. Esta persona no cometió un único pecado en una ocasión aislada, sino que pecó gravemente muchas veces a lo largo de muchos años. Además, no confesó voluntariamente, sino que alguien se enteró y se lo dijo a los ancianos. Así que ellos necesitan ver pruebas de que el pecador ha cambiado realmente su manera de pensar, sentir y actuar (lea 2 Corintios 7:11). Puede que le tome bastante tiempo hacer los cambios necesarios para demostrar que está arrepentido de verdad. Así que es muy probable que sea expulsado de la congregación (1 Cor. 5:11-13; 6:9, 10).

18. ¿Cómo demuestra un expulsado que está arrepentido de verdad, y cuál será el resultado?

18 ¿Cómo demuestra un expulsado que está arrepentido de verdad? Debe asistir a las reuniones con regularidad y seguir el consejo de los ancianos de tener buenos hábitos de oración y estudio de la Biblia. También debe hacer todo lo posible para evitar las cosas que podrían llevarlo de nuevo a pecar. Si se esfuerza por reparar su relación con Jehová, puede estar seguro de que él lo perdonará por completo y de que los ancianos lo ayudarán a volver a la congregación. Claro está, los ancianos saben que cada caso es único, así que analizan con cuidado cada situación y procuran no juzgar con dureza.

19. ¿Qué tiene que hacer el pecador que está arrepentido de verdad? (Ezequiel 33:14-16).

19 Como hemos visto, el pecador que está arrepentido de verdad no solo tiene que decir que se siente muy mal por lo que ha hecho. También tiene que cambiar su manera de pensar y de sentir, y demostrarlo con hechos. Debe abandonar su mala conducta y volver a obedecer las normas de Jehová (lea Ezequiel 33:14-16). Para él, lo más importante debe ser recuperar su buena relación con Jehová.

AYUDEMOS A LOS PECADORES A ARREPENTIRSE

20, 21. ¿Cómo podemos ayudar a alguien que ha cometido un pecado grave?

20 Jesús explicó cuál era una parte importante de su ministerio al decir: “He venido a llamar [...] a pecadores, para que se arrepientan” (Luc. 5:32). Ese también debe ser nuestro deseo. Entonces, ¿qué debemos hacer si nos enteramos de que un amigo nuestro ha cometido un pecado grave?

21 Si tratamos de ocultar su pecado, lo único que lograremos es hacerle daño a nuestro amigo. De todos modos, eso no va a servir de nada, pues Jehová lo ve todo (Prov. 5:21, 22; 28:13). Podemos ayudar a nuestro amigo diciéndole que los ancianos quieren ayudarlo. Y, si no quiere confesárselo, debemos hablar nosotros con ellos. Así demostraremos que de verdad queremos ayudarlo. Su amistad con Jehová está en juego.

22. ¿Qué analizaremos en el siguiente artículo?

22 Ahora bien, ¿y si alguien ha estado cometiendo un pecado grave durante mucho tiempo y los ancianos deciden expulsarlo? ¿Significa esto que no lo han tratado con misericordia? En el siguiente artículo, analizaremos que Jehová disciplina con misericordia a los pecadores y cómo podemos seguir su ejemplo.

CANCIÓN 89 Jehová te exhorta: “Sé sabio, hijo mío”

^ párr. 5 Estar verdaderamente arrepentidos significa más que simplemente decir que nos sentimos mal por un pecado que hemos cometido. Este artículo analizará el ejemplo del rey Acab, del rey Manasés y del hijo pródigo de la parábola de Jesús para ayudarnos a entender qué es el verdadero arrepentimiento. También analizará qué cosas deben tomar en cuenta los ancianos cuando tienen que decidir si un hermano que ha cometido un pecado grave está arrepentido de verdad.

^ párr. 60 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: Muy furioso, el rey Acab les ordena a sus guardias que metan en prisión al profeta Micaya.

^ párr. 62 DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: El rey Manasés les dice a sus trabajadores que destruyan las imágenes que él había puesto en el templo.

^ párr. 64 DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN: Agotado tras un largo viaje, el hijo perdido siente un gran alivio cuando por fin ve su casa en la distancia.