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PREDICAMOS Y ENSEÑAMOS EN TODA LA TIERRA

Oceanía

Oceanía
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“Ahora sí entiendo”

Freda, que es sorda, se puso contentísima al enterarse de que, junto con su maestra de la Biblia, formaría parte de la primera congregación en lenguaje de señas de Papúa Nueva Guinea, que se estableció el 1 de marzo de 2013. Desde entonces, su comprensión durante las reuniones ha aumentado en gran manera porque en vez de estar pendiente de las publicaciones, puede centrar toda su atención en las señas y las ayudas visuales que se muestran en la plataforma. Para su propia sorpresa ha superado el miedo a participar, llegando a comentar varias veces en cada reunión. En abril se hizo publicadora no bautizada, y ha tenido buen éxito animando a otros sordos a acompañarla al Salón del Reino. Cuando le preguntaron por qué derramaba lágrimas durante las reuniones, respondió: “Porque ahora sí entiendo”.

Se confundió de auto

En Australia, mientras conducía hacia el lugar donde se reuniría el grupo para predicar, Barbara se detuvo a un lado de la carretera para ver si llevaba la libreta de revisitas. De repente, una mujer abrió la puerta del auto para entrar.

“Disculpe, pero creo que se ha confundido de auto”, le dijo Barbara.

“¡Perdone! Pensé que era la señora que quedó en venir a buscarme”, respondió la mujer. En eso vio que Barbara tenía las revistas La Atalaya y ¡Despertad! y le contó que hacía muchos años se las llevaban dos señoras que le daban lecciones de la Biblia. Barbara le dio con gusto las revistas y más adelante comenzó a dirigir un estudio con ella.

“Cartas de Dios”

Nueva Zelanda: Violet predica a mucha gente por carta

Violet, una hermana de 82 años y salud delicada que vive en Christchurch (Nueva Zelanda), acostumbra a enviar cartas y publicaciones bíblicas a residencias para ancianos y enfermos terminales de la comunidad. Las enfermeras que reparten la correspondencia dicen que los pacientes esperan ansiosos las cartas de Dios, como las llaman. Algunos leen las cartas y las publicaciones y luego se las intercambian, o se las leen en voz alta a los que tienen mala vista. Dicen las enfermeras también que los pacientes que hacen esto son más calmados, más positivos y más pacíficos que los que no lo hacen. “Siento que Jehová me sigue usando para ayudar a otras personas —comenta Violet al hablar de su forma de predicar—. Utilizar este método para enseñar la verdad me causa mucho gozo.”

Todo empezó con un artículo sobre las rosas

“Esa ya la leí.” Esta inesperada respuesta tomó a Bernie por sorpresa cuando ofrecía el número más reciente de la revista La Atalaya un sábado por la mañana en la isla de Saipán. Se preguntaba cómo era posible que Bernadette, la universitaria que le había abierto la puerta, ya hubiera leído ese número. Entonces sacó del bolso uno diferente. “Esa también la leí”, dijo Bernadette. “¿Dónde las leíste? —le preguntó Bernie extrañada—. ¿Eres testigo de Jehová y estás aquí de vacaciones?” La joven le explicó que no era Testigo, pero que había leído las revistas en Internet. Resulta que un día estaba buscando información sobre flores y escribió la palabra rosas. Entre los resultados de la búsqueda hubo uno que le despertó la curiosidad. Era un artículo de ¡Despertad! titulado “Llamativas rosas procedentes de África”, que estaba publicado en el sitio web de los testigos de Jehová. Tanto le gustó aquel artículo que quiso seguir explorando el sitio. Primero se concentró en temas sobre plantas y animales, pero luego descubrió cosas fascinantes acerca de la Biblia. Percibiendo el interés de Bernadette, Bernie le ofreció un estudio bíblico gratuito y más tarde le llevó el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? En la tercera visita analizaron el capítulo 1. En noviembre de 2012, tan solo un año después, Bernadette se bautizó. Debido a que progresó tan deprisa, sus amigos dicen que entró en la verdad “a toda velocidad”. No cabe duda de que el sitio web le dio el empujón inicial.