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“Lo que prometes en voto, págalo”

“Lo que prometes en voto, págalo”

“Tienes que pagar tus votos a Jehová” (MATEO 5:33).

CANCIONES: 63, 59

1. a) ¿Qué tenían en común Jefté y Ana? (Vea el dibujo del principio del artículo). b) ¿Qué preguntas responderemos en este artículo?

JEFTÉ era un líder decidido y un guerrero valiente. Ana era una mujer humilde que cuidaba de su esposo y de su hogar. Jefté y Ana tenían dos cosas en común. Una es que los dos adoraban a Jehová. Y la otra es que cada uno le hizo un voto a Jehová y lo cumplió de manera fiel. Ellos son un excelente ejemplo para los hombres y mujeres de hoy que deciden hacerle un voto a Jehová. Pero ¿qué es un voto? ¿Por qué es algo tan serio hacerle un voto a Dios? ¿Qué aprendemos del ejemplo de Jefté y de Ana? En este artículo, responderemos estas tres preguntas.

2, 3. a) ¿Qué es un voto? b) ¿Qué dice la Biblia sobre hacerle votos a Dios?

2 Según la Biblia, un voto es una promesa formal que le hacemos a Dios. Por ejemplo, podemos prometerle a Jehová que haremos algo, que le daremos un regalo, que empezaremos a servirle de una manera especial o que evitaremos ciertas cosas. Los votos se hacen de forma voluntaria, no por obligación. Pero si decidimos hacer un voto, debemos tener en cuenta que para Jehová es una promesa seria que debemos respetar y cumplir. Para Dios, un voto es igual de importante que un juramento. Un juramento es una promesa con la que una persona se compromete a hacer algo o a no hacerlo (Génesis 14:22, 23; Hebreos 6:16, 17). Según la Biblia, ¿cuánta importancia debemos dar a los votos que le hacemos a Dios?

3 La ley de Moisés decía que si una persona le hacía un voto a Jehová tenía que cumplirlo. Decía: “Conforme a todo lo que haya salido de su boca debe hacer” (Números 30:2). Luego, el rey Salomón escribió estas palabras: “Siempre que hagas un voto a Dios, no titubees en pagarlo, porque no hay deleite en los estúpidos. Lo que prometes en voto, págalo” (Eclesiastés 5:4). Y Jesús enseñó que hacerle un voto a Dios es algo muy serio. Él dijo: “No debes jurar y no cumplir, sino que tienes que pagar tus votos a Jehová” (Mateo 5:33).

4. a) ¿Por qué es algo serio hacerle un voto a Dios? b) ¿Qué aprenderemos del ejemplo de Jefté y de Ana?

4 No hay duda de que debemos tomarnos muy en serio las promesas que le hacemos a Jehová. Cumplir o no nuestros votos puede afectar para bien o para mal nuestra amistad con Dios. David dejó esto muy claro. Él preguntó: “¿Quién puede ascender a la montaña de Jehová, y quién puede levantarse en su lugar santo?”. Y entonces respondió que Jehová acepta a la persona que no hace juramentos de manera engañosa (Salmo 24:3, 4). ¿Qué promesa le hicieron Jefté y Ana a Dios? ¿Fue fácil para ellos cumplir su promesa?

CUMPLIERON LA PROMESA QUE LE HICIERON A DIOS

5. ¿Qué prometió Jefté, y cuál fue el resultado?

5 Jefté le hizo una promesa a Jehová cuando iba a luchar contra los ammonitas, que eran enemigos del pueblo de Dios (Jueces 10:7-9). Cuando Jefté le rogó a Jehová que lo ayudara a ganar la guerra, le hizo esta promesa: “Si tú sin falta das a los hijos de Ammón en mi mano, entonces tiene que suceder que el que venga saliendo, que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando yo vuelva en paz de los hijos de Ammón, tiene que llegar a ser entonces de Jehová”. ¿Cuál fue el resultado? Dios respondió la oración de Jefté y le dio la victoria. Cuando Jefté regresó a su casa, su amada hija salió a recibirlo. Así que ella era la que llegaría a ser “de Jehová” (Jueces 11:30-34). ¿Qué significó esto para la hija de Jefté?

Jefté y su hija eran personas leales. Por eso nunca pensaron romper la promesa que le habían hecho a Dios

6. a) ¿Por qué no fue fácil para Jefté y su hija cumplir el voto que él le hizo a Dios? b) ¿Qué nos enseñan Deuteronomio 23:21, 23 y Salmo 15:4 sobre los votos?

6 Para cumplir la promesa que había hecho su padre, la hija de Jefté tenía que irse al tabernáculo para servirle a Jehová a tiempo completo. ¿Hizo Jefté esta promesa sin pensar? No. De hecho, es posible que supiera que su hija podía ser la primera persona que saliera a recibirlo. Aun así, cumplir esa promesa no fue fácil ni para Jefté ni para su hija. Cuando él la vio, dijo que se le había roto el corazón. Y su hija se fue por un tiempo a llorar “su virginidad”. ¿Por qué hizo esto? Porque nunca se casaría ni tendría hijos. Y como Jefté no tenía más hijos, no habría nadie que continuara su familia. Pero Jefté y su hija sabían que había algo más importante que sus sentimientos. Jefté dijo: “He abierto mi boca a Jehová, y no puedo volverme atrás”. Y su hija dijo: “Haz conmigo conforme a lo que ha salido de tu boca” (Jueces 11:35-39). Jefté y su hija eran personas leales. Por eso nunca pensaron romper la promesa que le habían hecho a Dios, aunque les costara mucho cumplirla (lea Deuteronomio 23:21, 23 y Salmo 15:4).

7. a) ¿Qué promesa hizo Ana, y por qué? b) ¿Cómo le respondió Jehová a Ana? c) ¿Qué significó para Samuel la promesa de Ana? (Vea la nota).

7 Ana también le hizo una promesa a Jehová en un momento muy difícil de su vida. Estaba muy angustiada porque no podía tener hijos y porque debía soportar burlas y desprecios por esa razón (1 Samuel 1:4-7, 10, 16). Ana le contó a Jehová cómo se sentía y le hizo esta promesa: “Oh Jehová de los ejércitos, si miras sin falta la aflicción de tu esclava y realmente te acuerdas de mí, y no te olvidas de tu esclava y realmente das a tu esclava prole varón, yo ciertamente lo daré a Jehová todos los días de su vida, y no vendrá navaja sobre su cabeza” * (vea la nota) (1 Samuel 1:11). Jehová respondió la oración de Ana, y al año siguiente ella tuvo un niño, al que llamó Samuel. Ana se sintió muy feliz, pero no olvidó la promesa que le había hecho a Dios. Cuando su hijo nació, ella dijo: “Es a Jehová a quien lo he pedido” (1 Samuel 1:20).

Ana estuvo dispuesta a sacrificar cosas que eran importantes para ella con tal de cumplir su promesa a Dios

8. a) Explique por qué no fue fácil para Ana cumplir su promesa. b) ¿Por qué nos recuerda el Salmo 61 el buen ejemplo de Ana?

8 Cuando Samuel tenía unos tres años, Ana hizo lo que le había prometido a Jehová. Llevó a Samuel al tabernáculo, que estaba en Siló. Allí lo presentó ante el sumo sacerdote Elí. Entonces, Ana le dijo a Elí: “Respecto a este muchacho oré que Jehová me concediera mi petición que le pedí. Y yo, a mi vez, lo he prestado a Jehová. Todos los días que en efecto él exista, es uno solicitado para Jehová” (1 Samuel 1:24-28). Desde ese momento, Samuel vivió en el tabernáculo. La Biblia dice que “Samuel continuó creciendo con Jehová” (1 Samuel 2:21). No debió de ser fácil para Ana cumplir su promesa. ¿Por qué? Porque esto significaba que no podría disfrutar cada día de su amado hijo ni podría verlo crecer. Aun así, Ana se tomó muy en serio la promesa que le había hecho a Jehová. Estuvo dispuesta a sacrificar cosas que eran importantes para ella con tal de cumplir su promesa (1 Samuel 2:1, 2; lea Salmo 61:1, 5, 8).

¿Cumplimos los votos que le hemos hecho a Jehová?

9. ¿Qué veremos a continuación?

9 Como hemos visto, hacerle un voto o una promesa a Jehová es algo muy serio. A continuación, veremos qué clase de votos podemos hacer hoy y por qué debemos hacer todo lo posible por cumplirlos.

EL VOTO DE DEDICACIÓN

El voto de dedicación.(Vea el párrafo 10).

10. ¿Cuál es el voto más importante que podemos hacer los cristianos, y qué significa para nosotros?

10 El voto más importante que podemos hacer los cristianos es el que hacemos cuando le dedicamos nuestra vida a Jehová. En una oración personal, le prometemos a Dios que usaremos nuestra vida para servirle siempre, pase lo que pase. Le prometemos que lo más importante en nuestra vida será él, y no nuestros propios intereses. Jesús dijo que esto es como repudiarnos o renunciar a nosotros mismos (Mateo 16:24). Desde el día en que nos dedicamos, le “pertenecemos a Jehová” (Romanos 14:8). Esto es algo muy serio para nosotros. Nos sentimos como el escritor de un salmo, que dijo: “¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo? Mis votos pagaré a Jehová, sí, enfrente de todo su pueblo” (Salmo 116:12, 14).

11. ¿Qué sucedió el día en que nos bautizamos?

11 ¿Le hemos dedicado nuestra vida a Jehová y lo hemos hecho público bautizándonos? Si lo hemos hecho, hemos tomado una buena decisión. ¿Recordamos el discurso de nuestro bautismo? El hermano que lo presentó nos preguntó si nos habíamos dedicado a Jehová y si entendíamos que al dedicarnos y bautizarnos se nos identificaría como testigos de Jehová. Cuando respondimos que sí, todos los presentes supieron que habíamos dedicado nuestra vida a Dios y que cumplíamos con los requisitos para bautizarnos y ser siervos de Jehová. Seguro que hicimos sentir muy feliz a Jehová.

12. a) ¿Qué preguntas debemos seguir haciéndonos? b) ¿Qué cualidades nos animó Pedro a cultivar?

12 Cuando nos bautizamos, le prometimos a Jehová que dedicaríamos nuestra vida a servirle y que haríamos todo lo posible por obedecerle. Pero el bautismo es solo el comienzo. Todos debemos seguir preguntándonos: “¿Se ha fortalecido mi amistad con Jehová desde que me bauticé? ¿Sigo sirviéndole con todo mi corazón?” (Colosenses 3:23). “¿Le oro a Jehová con frecuencia? ¿Leo la Biblia todos los días? ¿Voy a todas las reuniones? ¿Salgo a predicar todo lo que puedo? ¿O he perdido el entusiasmo por las actividades cristianas?”. El apóstol Pedro nos advirtió del peligro de volvernos inactivos en nuestro servicio a Jehová. Esto no nos sucederá si nos esforzamos por tener más fe, conocimiento, aguante y amor a Dios (lea 2 Pedro 1:5-8).

13. ¿Qué debe tener claro el cristiano dedicado y bautizado?

13 Si le hemos prometido a Jehová que le serviremos, no podemos volvernos atrás. La persona que se cansa de servirle a Jehová y de vivir como un cristiano no puede decir que nunca se dedicó de verdad a Dios y que su bautismo no es válido * (vea la nota). Si esta persona comete un pecado grave, tiene que rendir cuentas a Jehová y a la congregación (Romanos 14:12). En una ocasión, Jesús habló de unos cristianos que habían perdido el amor que sintieron al principio por Jehová. Nosotros no queremos ser como ellos. Más bien, queremos que Jesús nos diga palabras como estas: “Conozco tus hechos, y tu amor y fe y ministerio y aguante, y que tus hechos recientes son más que los de antes” (Revelación 2:4, 19). Queremos hacer feliz a Jehová cumpliendo nuestro voto de dedicación con entusiasmo.

EL VOTO MATRIMONIAL

El voto matrimonial. (Vea el párrafo 14).

14. ¿Cuál es el segundo voto más importante que podemos hacer, y por qué es tan importante?

14 El segundo voto más importante que una persona puede hacer es el voto matrimonial. El matrimonio es sagrado, así que para Jehová este voto es algo muy serio. Cuando los novios hacen sus votos, hacen una promesa delante de Jehová y de los que los acompañan. Por lo general, prometen amarse, cuidarse y respetarse el uno al otro mientras ambos vivan juntos en la Tierra, dentro de la institución divina del matrimonio. Algunos novios tal vez lo digan con otras palabras, pero todos ellos hacen un voto ante Dios. Cuando los novios hacen sus votos, se convierten en marido y mujer. El matrimonio debe durar toda la vida (Génesis 2:24; 1 Corintios 7:39). Jesús dijo: “Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre”. Los que se van a casar no deben hacerlo pensando en que pueden divorciarse si su matrimonio no funciona (Marcos 10:9).

15. ¿Por qué no deben ver los cristianos el matrimonio como lo ven muchas personas?

15 Claro, como no hay personas perfectas, no hay matrimonios perfectos. Por eso la Biblia dice que las personas casadas a veces “tendrán tribulación”, es decir, problemas (1 Corintios 7:28). Muchas personas hoy día no dan importancia al matrimonio. Piensan que pueden divorciarse cuando quieran si las cosas no salen bien. Pero los cristianos no vemos el matrimonio de esta manera. Los cristianos que están casados saben que hicieron un voto ante Dios. Si no cumplen su voto, sería como si le mintieran a Dios, y él odia a los mentirosos (Levítico 19:12; Proverbios 6:16-19). Los cristianos casados deben recordar estas palabras del apóstol Pablo: “¿Estás atado a una esposa? Deja de procurar liberación” (1 Corintios 7:27). Pablo dijo esto porque sabía que Jehová odia que una persona traicione a su esposo o esposa siéndole infiel para divorciarse de él o de ella (Malaquías 2:13-16).

16. ¿Qué dice la Biblia sobre el divorcio y la separación?

16 Jesús enseñó que la única base que da la Biblia para que dos personas se divorcien es que una de ellas haya cometido adulterio y que la persona inocente decida no perdonarla (Mateo 19:9; Hebreos 13:4). ¿Y qué puede decirse de la separación? La Biblia también es clara sobre este asunto (lea 1 Corintios 7:10, 11). La Biblia no menciona ninguna razón que justifique la separación. Pero podría haber circunstancias en las que un cristiano piense que su única opción es separarse de su esposo o esposa. Por ejemplo, algunos tal vez estén convencidos de que su vida o su amistad con Jehová corre un peligro muy grave si no se separan de alguien que es maltratador o apóstata * (vea la nota).

17. ¿Qué pueden hacer las parejas cristianas para que su matrimonio dure?

17 Ahora bien, ¿qué deben hacer los ancianos si un matrimonio les pide consejo para mejorar su relación? Los ancianos pueden preguntarle a la pareja si ha visto el video ¿Cómo sabes si es amor? y si ha estudiado el folleto Su familia puede ser feliz. Estas ayudas destacan principios bíblicos que pueden ayudar a los casados a fortalecer su unión. Un matrimonio dijo: “Desde que empezamos a estudiar este folleto, hemos sido más felices que nunca”. Cuando llevaba 22 años casada, una hermana pensó que su matrimonio estaba a punto de romperse. Pero después de ver el video ¿Cómo sabes si es amor? dijo: “Los dos estamos bautizados, pero estábamos distanciados emocionalmente. El video llegó justo a tiempo. A nuestra relación le va mucho mejor ahora”. Sin duda, si las parejas ponen en práctica los principios de Jehová en el matrimonio, su relación se hará más fuerte y los dos serán más felices.

EL VOTO DEL SERVICIO ESPECIAL DE TIEMPO COMPLETO

18, 19. a) ¿Qué han hecho muchos padres cristianos? b) ¿Cómo cumplen su voto los hermanos que están en el servicio especial de tiempo completo?

18 Antes hablamos de los votos que hicieron Jefté y Ana. Gracias a estos votos, la hija de Jefté y el hijo de Ana tuvieron la oportunidad de servir a Jehová de una forma especial toda su vida. Hoy día, muchos padres cristianos han animado a sus hijos a servir a tiempo completo y a centrar su vida en el servicio a Dios. Todos podemos animar a estos jóvenes a continuar en su servicio (Jueces 11:40; Salmo 110:3).

El voto del servicio especial de tiempo completo. (Vea el párrafo 19).

19 Hoy día, hay unos 67.000 hermanos que pertenecen a la Orden Mundial de Siervos Especiales de Tiempo Completo de los Testigos de Jehová. Algunos de ellos sirven en Betel, en obras de construcción o como superintendentes de circuito. Otros son instructores de escuelas teocráticas en el campo, precursores especiales, misioneros, siervos de Salones de Asambleas o siervos de instalaciones para Escuelas Bíblicas. Todos hacen un voto de obediencia y pobreza. Con este voto, prometen esforzarse al máximo por cumplir con cualquier asignación que reciban en el servicio a Jehová. También prometen llevar una vida sencilla y no hacer ningún trabajo para ganar dinero, a menos que tengan permiso para hacerlo. Estos siervos no son personas especiales, pero el servicio que realizan sí es especial. Ellos son humildes y están decididos a cumplir su voto mientras estén en el servicio especial de tiempo completo.

20. ¿Cómo debemos ver nuestros votos a Dios, y por qué?

20 En este artículo, hemos hablado de tres votos que podemos hacerle a Dios. Tal vez hemos hecho alguno de ellos. Recordemos que debemos tomar muy en serio nuestros votos y que debemos hacer todo lo posible por cumplirlos (Proverbios 20:25). No cumplir los votos que le hacemos a Jehová puede traernos graves consecuencias (Eclesiastés 5:6). Seamos como el salmista que le dijo a Jehová: “Celebraré tu nombre con melodía para siempre, para que pague mis votos día tras día” (Salmo 61:8).

^ párr. 7 Ana le prometió a Jehová que si tenía un hijo, este sería nazareo durante toda su vida. Esto significaba que su hijo dedicaría su vida a servirle a Jehová de una manera especial (Números 6:2, 5, 8).

^ párr. 13 Como los ancianos deben analizar muchas cosas con una persona antes de decidir si cumple los requisitos para bautizarse, es muy poco probable que el bautismo de alguien no sea válido.

^ párr. 16 Vea el apéndice “¿Qué dice la Biblia sobre el divorcio y la separación?” del libro “Manténganse en el amor de Dios”.