Ir al contenido

Los problemas de salud no le impiden consolar a otras personas

Los problemas de salud no le impiden consolar a otras personas

 Clodean, que es testigo de Jehová y vive en Sudáfrica, fue hospitalizada para que le hicieran una operación delicada. Además, como ya tenía muchos problemas de salud, tuvo que elegir entre varios tratamientos que le habían ofrecido. Tanto antes como después de la operación, estuvo sintiendo fatiga, dolor y estrés. Casi 10 semanas después de volver a casa, todavía no podía sentarse y, por la pandemia del COVID-19, nadie podía visitarla.

 Clodean no quería sentir lástima de sí misma, así que le pidió a Dios que le diera fuerzas para consolar a otras personas. Tan pronto como pudo sentarse, se puso en contacto con la hermana de su vecina, que en el pasado había empezado un curso de la Biblia con los testigos de Jehová pero luego lo había dejado. Clodean le leyó unas palabras muy positivas de la Biblia, y eso la animó a empezar a estudiar otra vez. Clodean también le dijo que asistir a las reuniones de congregación la iba a ayudar mucho, y se aseguró de que pudiera conectarse a esas reuniones por videoconferencia. La mujer se conectó a la reunión y hasta dio un comentario en una parte de preguntas y respuestas.

 Después Clodean habló con la hermana menor de su estudiante, que también tenía muchas ganas de aprender de la Biblia. Incluso le dijo a Clodean que conocía a otras personas a las que también les gustaría estudiar. ¿Cuál fue el resultado? Pues que Clodean empezó a estudiar la Biblia con cuatro mujeres más. Pero la cosa no quedó ahí.

Clodean

 Clodean de verdad se interesó por los demás, y gracias a eso pudo comenzar cursos de la Biblia con 10 mujeres más. Así que en total fueron 16 cursos bíblicos, ¡y todo durante la pandemia! Algunas de esas personas se están conectando a las reuniones por videoconferencia. Mantenerse ocupada ayudando a otras personas a conocer a Jehová ha ayudado mucho a Clodean a no pensar tanto en la situación por la que está pasando. Ella siente que, como Jehová, “el Dios de todo consuelo”, la ha consolado en sus pruebas, ahora ella también ha podido consolar a otras personas (2 Corintios 1:3, 4).

 ¿Qué dicen las estudiantes de Clodean sobre lo que han aprendido? Una de ellas dice: “Me ha ayudado muchísimo. Pero lo mejor de todo fue aprender el nombre de Dios. Gracias a eso he podido acercarme más a Jehová”. ¿Y qué fue de la primera mujer con la que habló Clodean? Ya tiene muchas ganas de bautizarse. Todo esto ha hecho que Clodean se sienta feliz, y además se está recuperando muy bien de la operación.