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La doctora Gabriele Hammermann, directora del Monumento Conmemorativo del Campo de Concentración de Dachau, presenta durante su discurso una fotografía de la placa en honor a Max Eckert.

9 DE JULIO DE 2018
ALEMANIA

Homenaje a Max Eckert en el Monumento Conmemorativo del Campo de Concentración de Dachau

Homenaje a Max Eckert en el Monumento Conmemorativo del Campo de Concentración de Dachau

Durante una ceremonia que tuvo lugar el 7 de mayo de 2018 en el Monumento Conmemorativo del Campo de Concentración de Dachau, se presentó ante unas 200 personas una placa en honor a Max Eckert. El hermano Eckert estuvo preso más de dos años en el campo de Dachau y después lo enviaron al campo de concentración de Mauthausen (Austria), del que nunca salió. Aunque pocas personas conocieron a Max Eckert antes de su muerte, ahora se sabe que fue un hombre de gran fe.

Fotografía actual del campo de concentración de Dachau, donde Max Eckert estuvo preso antes de ser enviado a Mauthausen.

Campo de concentración de Mauthausen, donde Max Eckert murió.

La información que se conoce del hermano Eckert demuestra que siempre se mantuvo leal a Dios. Ya en 1935, los multaron a él y a su esposa por hablar de su fe. Más tarde lo despidieron de su trabajo por negarse a llevar una bandera con la esvástica. Fue uno de los aproximadamente 600 valerosos testigos de Jehová enviados a Dachau en 1937. Después de algo más de dos años, lo enviaron a Mauthausen, donde por lo menos 90.000 prisioneros murieron debido a las horribles condiciones del campo. El 21 de febrero de 1940, la esposa del hermano Eckert recibió un telegrama que simplemente decía: “Esposo muerto hoy en campo. Más información contacte policía”. Max tenía 43 años.

Durante su intervención en la ceremonia, la doctora Gabriele Hammermann, directora del Monumento Conmemorativo del Campo de Concentración de Dachau, comentó: “Los Estudiantes de la Biblia [como se conocía entonces a los testigos de Jehová] sufrieron persecución porque sus convicciones no les permitían ser miembros de ninguna organización nazi, decir ‘¡Heil Hitler!’ ni hacer el servicio militar”. Además añadió: “Los otros prisioneros respetaban a los Estudiantes de la Biblia por su buena conducta y sobre todo por su firmeza y su disposición a ayudar a los demás”.

Wolfram Slupina, portavoz de los testigos de Jehová en Alemania, explicó que el hermano Eckert era un desconocido para muchos de los presentes y dijo: “Ni siquiera tenemos una fotografía de Max Eckert”. También comentó que gracias a esta placa conmemorativa se reconocía “la firme postura [del hermano Eckert] y su determinación a mantenerse leal, incluso hasta la muerte”.

Sin duda, Jehová recuerda la fe y la lealtad de Max Eckert y de todos los testigos de Jehová que han muerto por su fe (Hebreos 6:10).