Los 27 publicadores de la congregación Iqaluit, en el archipiélago ártico canadiense, celebraron la Conmemoración de la muerte de Cristo por videoconferencia. También se conectaron para ver el discurso 12 de los 55 estudiantes de la Biblia que tiene la congregación. ¡Y qué contentos estaban de poder hacerlo!

Para la mayoría de los estudiantes, asistir a la Conmemoración es muy difícil, por no decir imposible. Viven en zonas muy apartadas del territorio que atiende la congregación, un territorio que abarca unos dos millones de kilómetros cuadrados (772.204 millas cuadradas) desde Kimmirut hasta Grise Fiord, la comunidad más al norte de Canadá.

Isaac Demeester, que sirve como anciano en la congregación Iqaluit, cuenta: “Este es el primer año que nuestros estudiantes de la Biblia pueden acompañarnos en la Conmemoración. Un estudiante de Grise Fiord invitó a otras cuatro personas, así que en total se conectaron cinco personas del extremo norte del mundo”.

Las restricciones por la pandemia del COVID-19 han creado una situación única, y los hermanos de la congregación Iqaluit han visto que la clave es adaptarse.

Kathy Burechailo recuerda: “Decidimos predicarles por teléfono a personas que viven en el este del Ártico, en algunas de las zonas más apartadas de nuestro territorio. Tuve muy buenas conversaciones con algunos de ellos. La gente está en casa y necesita ánimo”.

Laura McGregor dice: “El aislamiento ha sido muy estresante. En Iqaluit, la pandemia ha generado muchos problemas económicos, y no sabemos qué más vaya a pasar”. Y añadió: “Es la primera vez que hacemos el pan de la Conmemoración en familia. Fue inolvidable. Esto nos ha ayudado a darnos cuenta de lo sencilla que es esta celebración. ¡Qué bueno que el pan y el vino sean tan fáciles de conseguir!”.

Isaac Demeester concluye: “Aunque el COVID-19 nos ha separado de muchas maneras, es sorprendente ver cómo durante la temporada de la Conmemoración nuestra congregación se ha unido mucho más. Esta Conmemoración ha marcado un antes y un después”.

La congregación Iqaluit está deseando construir su Salón del Reino muy pronto, cuando las circunstancias lo permitan. Mientras tanto, sabemos que Jehová bendecirá todos sus esfuerzos por llevar las buenas noticias hasta el norte del norte de Canadá, una de las partes más lejanas de la Tierra (Hechos 1:8).