Jesús “salió venciendo” cuando luchó contra Satanás y sus demonios en el cielo y los arrojó a la Tierra. Y sigue venciendo cuando ayuda y protege a sus siervos en estos últimos días. Completará su victoria cuando, en el Armagedón, impida que los otros tres jinetes cabalguen y cuando repare los daños que estos han causado.