Job hizo un pacto con sus ojos (Job 31:1; w10 15/4 3:8).
Job reflexionaba en las consecuencias de pecar (Job 31:2, 3; w08 1/9 11 párr. 4).
Job recordaba que Jehová estaba pendiente de su comportamiento (Job 31:4; w10 15/11 1:15, 16).
Debemos ser limpios y castos —es decir, puros en sentido moral— no solo en lo que hacemos y en lo que decimos, sino también en nuestro corazón (Mt 5:28).