Para Jehová los jovencitos son un tesoro. Él se da cuenta de su progreso espiritual y de su aguante (1Sa 2:26; Lu 2:52). Incluso los niños muy pequeños pueden hacer feliz a Jehová con su buen comportamiento (Pr 27:11). A través de su organización, Jehová les ha dado a los padres las mejores herramientas para ayudar a sus hijos a amarlo y obedecerlo.