EL REY Nabucodonosor se lleva a los israelitas mejor educados a Babilonia. Después, escoge de entre ellos a los jóvenes más hermosos y sabios. Aquí ves a cuatro. Uno es Daniel, y a los otros tres jóvenes los babilonios los llaman Sadrac, Mesac y Abednego.
Nabucodonosor quiere educarlos para que sirvan en su palacio. Después de tres años de educación va a escoger solo a los más inteligentes para que le ayuden a resolver problemas. Quiere que los jóvenes sean fuertes, así que ordena que se les dé el mismo alimento y vino que él y su familia reciben.
Mira al joven Daniel. ¿Sabes lo que le está diciendo a Aspenaz, el siervo principal de Nabucodonosor? Le dice que no quiere comer las cosas ricas de la mesa del rey. Pero Aspenaz se preocupa. ‘El rey ha decidido lo que tienen que comer y beber,’ dice. ‘Y si no parecen tan saludables como los otros jóvenes, me puede matar.’
Por esto Daniel le habla al guardia que Aspenaz les ha puesto a él y sus tres amigos. ‘Haz una prueba con nosotros por 10 días,’ dice. ‘Danos vegetales para comer y agua para beber. Entonces compáranos con los otros jóvenes que comen el alimento del rey, y fíjate en quién parece mejor.’
El guardia concuerda. Y cuando se vencen los 10 días, Daniel y sus tres amigos se ven más saludables que todos los demás jóvenes, y se les deja seguir comiendo vegetales, en vez de lo que el rey da.
Al fin de tres años a todos los jóvenes se les lleva ante el rey Nabucodonosor. Después de hablarles, el rey halla que Daniel y sus tres amigos son los más inteligentes. Por eso, los mantiene como ayudantes en el palacio. Y cuando el rey viene con preguntas y con problemas a donde Daniel, Sadrac, Mesac y Abednego, ellos saben 10 veces más que los sacerdotes o sabios del rey.