¿QUÉ está pasando aquí? Esta gente está teniendo un gran banquete. El rey de Babilonia ha invitado a miles de personas importantes. Están usando las copas de oro y de plata y los tazones sacados del templo de Jehová en Jerusalén. De repente, los dedos de la mano de un hombre aparecen en el aire y empiezan a escribir en la pared. Todos se asustan.
Belsasar, el nieto de Nabucodonosor, es el rey ahora. Él grita que traigan a sus sabios. ‘El que pueda leer esta escritura y decirme lo que significa,’ dice el rey, ‘recibirá muchos regalos y será el tercer más importante gobernante del reino.’ Pero ninguno de los sabios puede leer la escritura de la pared, ni decir lo que significa.
La madre del rey oye el ruido y entra en el comedor. ‘No estés tan asustado, por favor,’ le dice ella al rey. ‘En tu reino hay un hombre que conoce a los dioses santos. Cuando Nabucodonosor tu abuelo era rey, lo hizo el jefe de todos sus sabios. Se llama Daniel. Haz que él venga, y Daniel te dirá lo que todo esto significa.’
Así que enseguida traen a Daniel. Después de negarse a aceptar regalos, Daniel empieza a decir por qué Jehová una vez quitó de ser rey al abuelo de Belsasar. ‘Él era muy orgulloso,’ dice Daniel. ‘Y Jehová lo castigó.’
‘Pero tú sabías todo lo que le pasó,’ le dice Daniel a Belsasar, ‘y todavía eres orgulloso como lo era Nabucodonosor. Has traído las copas y los tazones del templo de Jehová y bebido de ellos. Has alabado a dioses hechos de madera y piedra, y no has honrado a nuestro Magnífico Creador. Por eso Dios ha enviado la mano a escribir estas palabras.
‘Lo escrito es esto,’ dice Daniel: ‘MENÉ, MENÉ, TEKEL y PARSÍN.’
‘MENÉ significa que Dios ha contado los días de tu reino y le ha puesto fin. TEKEL significa que has sido pesado en las balanzas y se ha hallado que no eres bueno. PARSÍN quiere decir que tu reino se da a los medos y los persas.’
Aun mientras Daniel está hablando, los medos y persas empiezan a atacar a Babilonia. Capturan la ciudad y matan a Belsasar. ¡La escritura en la pared se realiza esa misma noche! Pero ¿qué les pasará a los israelitas ahora? Ya veremos, pero ahora volvamos a Daniel, para ver qué le sucede.