Usted puede vivir para siempre en la Tierra

Usted puede vivir para siempre en la Tierra

¡QUÉ ESPERANZA TAN MARAVILLOSA! Nuestro Creador nos ha prometido que viviremos para siempre aquí mismo, en la Tierra. Sin embargo, a muchos les cuesta trabajo creerlo. Piensan que, tarde o temprano, todos tenemos que morir y que la muerte forma parte de la vida. Otras personas creen que es posible vivir para siempre, pero solo después de morir y subir al cielo. ¿Usted qué opina?

No conteste todavía. Analice primero la respuesta que da la Biblia a estas preguntas: ¿cuánto tiempo deberíamos vivir en vista de cómo fuimos creados?, ¿con qué propósito creó Dios la Tierra y al ser humano? y ¿por qué morimos?

EL SER HUMANO ES ÚNICO

Al compararnos con las demás formas de vida que Dios ha creado en la Tierra, nos damos cuenta de que los seres humanos somos realmente únicos. ¿En qué sentido? La Biblia dice que solo nosotros fuimos creados a la “imagen y semejanza” de Dios (Génesis 1:26, 27). ¿Qué significa esto? Que Dios nos creó con cualidades y características parecidas a las suyas, como la capacidad de amar y el sentido de la justicia.

Es más, Dios nos hizo con la capacidad de pensar y de distinguir el bien del mal, y con el deseo de conocerlo y ser sus amigos. Por eso, podemos apreciar la inmensidad del universo y las maravillas de la naturaleza, así como el arte, la música y la poesía. Ahora bien, lo que de verdad nos distingue es la capacidad de adorar a nuestro Creador. Todas estas características hacen que exista un enorme abismo entre los seres humanos y el resto de los seres vivos.

Piense en lo siguiente: si Dios quería que los seres humanos viviéramos solo unos cuantos años, ¿por qué nos creó con todas estas capacidades y con un potencial infinito para desarrollarlas? Porque desea que disfrutemos para siempre de la vida en la Tierra.

EL PROPÓSITO ORIGINAL DE DIOS

Algunas personas opinan que Dios nunca tuvo la intención de que la gente viviera para siempre en la Tierra. Afirman que nuestro planeta es un lugar de paso donde se pone a prueba a los seres humanos para determinar quiénes merecen vivir eternamente con Dios en el cielo. Pero, si eso fuera cierto, ¿no sería Dios el responsable de la maldad que hay en la Tierra? Esto iría en contra de la mismísima esencia de Dios. La Biblia dice de él: “Todos sus caminos son justos. Es un Dios fiel que nunca comete injusticias. Él es justo y recto” (Deuteronomio 32:4).

La Biblia dice claramente con qué propósito creó Dios la Tierra: “Los cielos le pertenecen a Jehová, pero la tierra se la dio a los hijos de los hombres” (Salmo 115:16). Así es, Dios creó nuestro hermoso planeta para que fuera el hogar permanente de la humanidad y lo preparó con todo lo necesario para que disfrutáramos de una vida eterna y llena de sentido (Génesis 2:8, 9).

“Los cielos le pertenecen a Jehová, pero la tierra se la dio a los hijos de los hombres” (Salmo 115:16).

En su Palabra, Dios también dice con qué propósito creó a la humanidad. Él le encargó lo siguiente a la primera pareja: “Llenen la tierra y tomen control de ella, y tengan autoridad sobre […] todos los seres vivos que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1:28). ¡Qué privilegio! ¡Cuidar de la Tierra y convertirla en un paraíso! Adán y Eva tenían la perspectiva de vivir con sus descendientes para siempre en la Tierra, no en el cielo.

¿POR QUÉ MORIMOS?

La Biblia explica que uno de los seres espirituales que Dios creó, al que después se le llamó Satanás, se rebeló e intentó sabotear el propósito original de Dios. ¿Cómo lo hizo?

Satanás convenció a nuestros primeros padres, Adán y Eva, para que lo apoyaran en su rebelión contra Dios. Afirmó que Dios los estaba privando de algo bueno, del derecho a determinar por sí mismos lo que estaba bien o mal. Y ellos se pusieron del lado de Satanás y le dieron la espalda a Dios. ¿Cuál fue el resultado? Con el tiempo, murieron, tal como Dios les había advertido. Perdieron la oportunidad de vivir para siempre en el Paraíso terrenal (Génesis 2:17; 3:1-6; 5:5).

Durante toda su historia, la humanidad ha sufrido las consecuencias de la rebelión de Adán y Eva. La Palabra de Dios dice: “Por medio de un solo hombre [Adán], el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte, y así fue como la muerte se extendió a todos los hombres” (Romanos 5:12). De modo que morimos porque hemos heredado el pecado y la muerte, no porque Dios tenga un oscuro “plan”.

USTED PUEDE VIVIR PARA SIEMPRE EN LA TIERRA

La rebelión de Edén no cambió el propósito original de Dios para la Tierra y la humanidad. Como su amor y su sentido de la justicia son perfectos, Dios se sintió impulsado a hacer lo necesario para liberarnos de la esclavitud al pecado y la muerte. El apóstol Pablo explicó: “El salario que el pecado paga es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23). El amor que Dios siente por nosotros lo impulsó a entregar “a su Hijo unigénito [Jesucristo] para que nadie que demuestre tener fe en él sea destruido, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Al sacrificarse voluntariamente, Jesús pagó el rescate necesario para recuperar todo lo que Adán había perdido. a

Pronto, la promesa divina de convertir la Tierra en un paraíso se hará realidad. Para que usted pueda disfrutar de ese maravilloso futuro, debe seguir el siguiente consejo de Jesús: “Entren por la puerta angosta. Porque ancha es la puerta y espacioso es el camino que lleva a la destrucción, y son muchos los que entran por esa puerta; mientras que angosta es la puerta y estrecho es el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran” (Mateo 7:13, 14). Así es, su futuro depende de usted. ¿Qué decisión tomará?

a Si desea saber más sobre los beneficios del rescate, consulte la lección 27 del libro Disfrute de la vida, editado por los testigos de Jehová. También puede descargarlo gratis en www.pr418.com.