Dejemos que “el aguante tenga completa su obra”
“Que el aguante tenga completa su obra, para que sean completos y sanos en todo respecto, sin tener deficiencia en nada” (SANT. 1:4).
CANCIONES 135 Y 139
1, 2. a) ¿Qué nos enseña el ejemplo de Gedeón y sus 300 hombres? (Vea el dibujo del principio). b) Según Lucas 21:19, ¿por qué es tan importante el aguante?
LA BATALLA había sido muy dura. Gedeón y los soldados israelitas habían estado persiguiendo a los madianitas y a sus aliados toda la noche. En total, los siguieron por unos 32 kilómetros (20 millas). La Biblia relata lo que ocurrió después: “Gedeón llegó al Jordán, y lo cruzó, él y los trescientos hombres que estaban con él, cansados”. Pero todavía no habían ganado la guerra: el enemigo aún contaba con unos 15.000 soldados. Durante años, los madianitas habían oprimido a los israelitas, así que ese no era el momento de rendirse. Por eso, Gedeón y sus hombres continuaron persiguiéndolos hasta derrotarlos por completo (Juec. 7:22; 8:4, 10, 28).
2 Nosotros también nos encontramos en una batalla difícil y agotadora. Nuestros enemigos son Satanás, su mundo y nuestras imperfecciones. Algunos hermanos han luchado durante décadas y, con la ayuda de Jehová, han conseguido muchas victorias. Sin embargo, a veces pudiéramos sentirnos cansados de tanto luchar y de tanto esperar a que llegue el fin de este mundo malvado. Y la verdad es que todavía no hemos conseguido la victoria final. Jesús dijo que en los últimos días pasaríamos por pruebas muy difíciles y que hasta seríamos maltratados. Pero también mencionó que solo vencerían los que aguantaran (lea Lucas 21:19). Ahora bien, ¿qué significa aguantar? ¿Qué nos ayudará a hacerlo? ¿Qué aprendemos de los que han aguantado? ¿Cómo dejamos que “el aguante tenga completa su obra”? (Sant. 1:4).
¿QUÉ SIGNIFICA AGUANTAR?
3. ¿Qué significa aguantar?
3 En la Biblia, aguantar significa más que simplemente soportar las pruebas y los problemas. Tiene que ver con nuestra forma de pensar y de sentir, con la manera de reaccionar ante las dificultades. La persona que aguanta es valiente, firme y paciente. Según una obra de consulta, el aguante “es el espíritu que puede sobrellevar las cargas por su esperanza inflamada [o ardiente], no por simple resignación [...]. Es la cualidad que mantiene a un hombre firme contra los elementos. Es la virtud que puede transmutar [o cambiar] en gloria a la desgracia más grande, porque, más allá del dolor, ve la meta”.
4. ¿Por qué decimos que el amor nos motiva a aguantar?
4 Lo que motiva a un cristiano a aguantar es el amor (lea 1 Corintios 13:4, 7). Si amamos a Jehová, aguantaremos cualquier cosa que esté de acuerdo con su voluntad (Luc. 22:41, 42). Si amamos a nuestros hermanos, aguantaremos sus imperfecciones (1 Ped. 4:8). Si amamos a nuestro cónyuge, aguantaremos la “tribulación en la carne” que pueden sufrir hasta las parejas felices, y se fortalecerá nuestro matrimonio (1 Cor. 7:28).
¿QUÉ NOS AYUDARÁ A AGUANTAR?
5. ¿Por qué está Jehová en la mejor posición para ayudarnos a aguantar?
5 Pedirle fuerzas a Jehová. Él es “el Dios que suministra aguante y consuelo” (Rom. 15:5). Es el único que comprende perfectamente nuestros problemas y cómo nos afectan nuestras emociones, lo que nos rodea y hasta nuestros genes. Por eso, él es quien está en mejor posición para ayudarnos a aguantar. La Biblia dice que él satisface el deseo de los que le temen y que “oirá su clamor por ayuda, y los salvará” (Sal. 145:19). Pero ¿cómo contesta nuestras oraciones cuando le pedimos fuerzas para aguantar?
6. Cuando nos enfrentamos a una prueba, ¿cómo cumple Jehová su promesa de darnos una salida?
6 (Lea 1 Corintios 10:13). Si le pedimos a Jehová que nos ayude a superar las pruebas, él “dispondrá la salida”. ¿Significa eso que Dios las hará desaparecer? Puede que a veces lo haga. Sin embargo, lo normal es que nos dé una salida para que las podamos aguantar. Jehová da fuerzas a sus siervos “para que aguanten plenamente y sean sufridos con gozo” (Col. 1:11). Ya que conoce nuestras limitaciones físicas, mentales y emocionales tan de cerca, nunca dejará que pasemos por situaciones en las que sea imposible mantenernos leales.
7. Explique con un ejemplo por qué necesitamos alimentarnos bien para aguantar.
7 Alimentarse espiritualmente para fortalecer la fe. El monte Everest es la montaña más alta del mundo. Quienes lo suben queman unas seis mil calorías al día, muchas más de las que normalmente se necesitan. Para aguantar y llegar a la cima, los alpinistas tienen que consumir todas las calorías que puedan. Así mismo, para que nosotros podamos aguantar y llegar a la meta, debemos consumir todo el alimento espiritual posible. Tenemos que ser disciplinados para dedicar tiempo a leer, estudiar e ir a las reuniones. Estas actividades nos dan “el alimento que permanece para vida eterna” y fortalecen nuestra fe (Juan 6:27).
8, 9. a) Según Job 2:4, 5, ¿qué se pone en duda cuando nos enfrentamos a un problema? b) ¿En qué podríamos pensar en ese momento?
8 Recordar que se ha puesto en duda la integridad de los siervos de Dios. Al enfrentarnos a una prueba, nuestro sufrimiento no es lo único que importa. Nuestra forma de reaccionar muestra si de verdad vemos a Jehová como el Soberano del universo. Satanás, un enemigo de su soberanía, lo desafió con estas palabras: “Todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma. Para variar, sírvete alargar la mano, y toca hasta su hueso y su carne, y ve si no te maldice en tu misma cara” (Job 2:4, 5). Según él, nadie sirve a Jehová por amor, sino por interés. ¿Ha dejado de hacer esta acusación? No. Siglos después, tras ser expulsado del cielo, Satanás seguía siendo “el acusador de nuestros hermanos, que los acusa día y noche delante de nuestro Dios” (Rev. 12:10). Él sigue poniendo en duda nuestra integridad y desea que nos rindamos ante las pruebas y que dejemos de apoyar la soberanía de Dios.
9 Cuando nos enfrentemos a una prueba, pensemos en la siguiente escena. En un lado están Satanás y sus demonios señalándonos y diciendo que no resistiremos, que cederemos ante la presión y que nos rendiremos. En el otro lado están Jehová, nuestro rey Jesucristo, los ungidos que han resucitado y millones de ángeles, que nos aplauden y están encantados de que sigamos aguantando y apoyando la soberanía de Jehová. Entonces, escuchamos que Jehová nos dice: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio” (Prov. 27:11).
10. ¿Cómo imitamos a Jesús al enfrentarnos a pruebas?
10 Centrarse en las recompensas por aguantar. Imagine que está viajando y se detiene en la mitad de un túnel. Todo está oscuro. Pero está seguro de que si sigue avanzando hasta el final, volverá a ver la luz. De igual manera, puede que a veces los problemas lo agobien. Quizás Jesús también se sintió así. Tuvo que aguantar palabras hirientes, humillaciones y una muerte dolorosa en un madero de tormento. Seguro que fueron las horas más oscuras de su vida en la Tierra. Sin embargo, aguantó “por el gozo que fue puesto delante de él” (Heb. 12:2, 3). Se centró en las recompensas por aguantar; sobre todo en cómo ayudaría a santificar el nombre de Dios y a vindicar su soberanía. El oscuro período de pruebas sería temporal, pero el brillo de la recompensa celestial sería eterno. En nuestro caso, puede que pasemos por pruebas dolorosas, incluso aplastantes. Pero recordemos que, en nuestro viaje a la vida eterna, las pruebas son solo temporales.
“LOS QUE HAN AGUANTADO”
11. ¿Por qué es bueno que conozcamos la vida de “los que han aguantado”?
11 No tenemos que aguantar solos. Para animar a los cristianos a aguantar las dificultades que Satanás ponía en el camino, el apóstol Pedro escribió: “Pónganse en contra de él, sólidos en la fe, sabiendo que las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de sus hermanos en el mundo” (1 Ped. 5:9). La vida de “los que han aguantado” nos enseña cómo podemos mantenernos firmes, nos confirma que tendremos éxito y que Jehová nos recompensará si somos leales (Sant. 5:11). Veamos algunos ejemplos. [1]
12. ¿Qué aprendemos del ejemplo de los querubines en Edén?
12 Los querubines. Estos ángeles fueron de los primeros seres espirituales que el hombre pudo ver. Su ejemplo nos enseña a aguantar si tenemos una asignación difícil. La Biblia dice que, al este del jardín de Edén, Jehová puso a “los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida” (Gén. 3:24). [2] Los querubines no fueron creados para eso. Al fin y al cabo, Jehová nunca tuvo la intención de que la humanidad pecara y se rebelara. Sin embargo, la Biblia no dice en ningún lugar que estos ángeles de alto rango se quejaran y dijeran que eran demasiado importantes para ese trabajo. No se aburrieron ni abandonaron su puesto. Obedecieron y aguantaron allí hasta que terminó su asignación, seguramente cuando llegó el Diluvio unos mil seiscientos años después.
13. ¿Qué ayudó a Job a aguantar tantos sufrimientos?
13 El patriarca Job. ¿Se siente destrozado por las palabras hirientes de un amigo o un familiar, por una enfermedad o por la muerte de un ser querido? El ejemplo de Job lo ayudará (Job 1:18, 19; 2:7, 9; 19:1-3). Aunque no sabía por qué estaba sufriendo, nunca se rindió ni perdió la esperanza. ¿Por qué? Primero, porque era un hombre “temeroso de Dios” (Job 1:1). Estaba decidido a servirle en las buenas y en las malas. Segundo, porque Jehová lo ayudó a darse cuenta de todas las cosas maravillosas que había hecho mediante su espíritu. Eso ayudó a Job a confiar más en que Dios acabaría con sus pruebas en el momento indicado (Job 42:1, 2). Y así fue: Jehová eliminó las dificultades a las que se enfrentaba. Le dio todo lo que había sido suyo, “en cantidad doble”. Job murió mucho tiempo después, “viejo y satisfecho de días” (Job 42:10, 17).
14. Según 2 Corintios 1:6, ¿cómo ayudó a los demás el aguante de Pablo?
14 El apóstol Pablo. ¿Está sufriendo fuerte oposición, o incluso persecución, por servir a Dios? ¿Es anciano o superintendente de circuito y se siente agobiado por tener tantas responsabilidades? Reflexione en el ejemplo de Pablo. Él tuvo que enfrentarse a muchas “cosas de carácter externo”, como los sufrimientos que le causaban sus malvados opositores. Además, siempre estaba preocupado por las congregaciones (2 Cor. 11:23-29). Pero no se rindió, y su ejemplo de aguante fortaleció a los demás (lea 2 Corintios 1:6). Recordemos que nuestro ejemplo también puede animar a otros a aguantar.
¿DEJAREMOS QUE “EL AGUANTE TENGA COMPLETA SU OBRA”?
15, 16. a) ¿Qué “obra” debe completar el aguante? b) Dé ejemplos de cómo el aguante “completa su obra”.
15 Bajo inspiración, Santiago escribió: “Que el aguante tenga completa su obra”. ¿Qué “obra” tiene que terminar el aguante? La de ayudarnos a ser “completos y sanos en todo respecto, sin tener deficiencia en nada” (Sant. 1:4). Muchas veces las pruebas revelan cuáles son nuestras debilidades y qué aspectos de nuestra forma de ser tenemos que mejorar. Si aguantamos esas pruebas, perfeccionaremos nuestra personalidad cristiana. Por ejemplo, aprenderemos a ser más pacientes, más agradecidos y más compasivos.
16 En vista de que el aguante nos hace cristianos más completos, no queremos violar los principios de la Biblia solo para poner fin a las pruebas. Por ejemplo, ¿qué hay si estamos luchando contra pensamientos inmorales? En vez de ceder a la tentación, oremos para librarnos de ellos. Así aprenderemos autodominio. ¿Y si alguien de nuestra familia se opone a que adoremos a Jehová? En lugar de rendirnos, sigamos sirviendo a Dios con todo el corazón. De esa manera aprenderemos a confiar más en él. Recordemos: para que Jehová nos apruebe, tenemos que aguantar (Rom. 5:3-5; Sant. 1:12).
17, 18. a) Explique con un ejemplo la importancia de aguantar hasta el fin. b) Ahora que estamos tan cerca del fin, ¿de qué podemos estar seguros?
17 Tenemos que aguantar, no solo durante un tiempo, sino hasta el fin. Pongamos un ejemplo: imaginemos que un barco empieza a hundirse. Para sobrevivir, los pasajeros tienen que nadar hasta la playa. El que se rinda a pocos metros de la orilla se ahogará igual que el que se dé por vencido mucho antes. De manera similar, para sobrevivir tenemos que estar decididos a aguantar hasta que llegue el nuevo mundo. Tenemos la misma actitud que el apóstol Pablo, que en dos ocasiones dijo: “No nos rendimos” (2 Cor. 4:1, 16).
18 Estamos totalmente seguros de que Jehová nos ayudará a aguantar hasta el fin; tan seguros como lo estaba Pablo, que dijo: “Estamos saliendo completamente victoriosos mediante el que nos amó. Porque estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir, ni poderes, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor” (Rom. 8:37-39). Es cierto que a veces podemos cansarnos, pero necesitamos aguantar hasta el fin. Si lo hacemos, seremos como Gedeón y sus hombres, que nunca se rindieron (Juec. 8:4).
^ [1] (párrafo 11): Analizar cómo han aguantado siervos de Dios de nuestro tiempo nos animará a hacer lo mismo. En los Anuarios de 1992, 1999 y 2008 encontramos informes de Etiopía, Malaui y Rusia que nos fortalecerán.
^ [2] (párrafo 12): La Biblia no dice cuántos querubines recibieron esta asignación.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)