¿Qué puede hacer si su esposo ve pornografía?

¿Qué puede hacer si su esposo ve pornografía?
  • “Era como si mi esposo me estuviera siendo infiel una y otra vez”.

  • “Me sentía humillada, fea y como si no valiera nada”.

  • “Sufría en silencio. No podía hablar del tema con nadie”.

  • “Llegué a pensar que Jehová no se preocupaba por mí”.

Estos comentarios transmiten muy bien cuánto sufre una mujer cuando su esposo ve pornografía. Y, si lo ha estado haciendo en secreto, tal vez por meses o años, es posible que ella sienta que no podrá volver a confiar en él. Una mujer dijo: “De pronto, mi esposo me parecía un extraño. Me preguntaba qué más me estaría ocultando”.

¿Ha caído su esposo en la trampa de la pornografía? a Este artículo se preparó pensando en hermanas como usted. Aquí se analizarán principios bíblicos que le darán consuelo, le confirmarán que tiene el apoyo de Jehová y la ayudarán a recuperarse tanto emocional como espiritualmente. b

¿QUÉ PUEDE HACER EN ESTA SITUACIÓN?

Es cierto que usted no puede controlar todo lo que haga su esposo, pero puede tomar algunas medidas para sentir más paz mental. Aquí tiene algunas sugerencias.

No se eche la culpa. Puede que una mujer se sienta en parte responsable de que su esposo vea pornografía. Por ejemplo, Alice c pensaba que el problema estaba en ella como mujer y se preguntaba: “¿Por qué a mi esposo le gusta más mirar a otras mujeres que a mí?”. Y algunas esposas creen que están empeorando las cosas con su reacción, y se sienten culpables por ello. Daniela explica: “Me daba mucha rabia que él siguiera viendo pornografía. Me llené de amargura, y sentía que yo misma estaba destruyendo nuestro matrimonio con mi actitud”.

Si tiene sentimientos parecidos, recuerde que Jehová no la considera responsable de lo que hace su esposo. Santiago 1:14 dice: “Cada uno es probado al ser atraído y seducido por su propio deseo” (Rom. 14:12; Filip. 2:12). Así que Jehová no le echa la culpa a usted. Al contrario, él valora su lealtad (2 Crón. 16:9).

El hecho de que su esposo consuma pornografía no significa que el problema esté en usted como mujer. Entender esto la puede ayudar mucho. Los expertos dicen que la pornografía crea deseos y fantasías sexuales que ninguna mujer puede satisfacer.

Intente no obsesionarse. Catherine dice que pasaba día y noche pensando en el problema que tenía su esposo con la pornografía. No se lo podía quitar de la cabeza. Frances cuenta: “Cada vez que no sé dónde está mi esposo, la ansiedad me come por dentro. Todo el día tengo un nudo en el estómago”. Otras esposas admiten que sienten mucha vergüenza cuando están con hermanos o hermanas que tal vez conozcan el problema de su esposo. Y otras dicen que se sienten muy solas porque piensan que nadie entiende su situación.

Es normal que se sienta así, pero lo único que conseguirá dándole vueltas al problema es hundirse más. Es mejor que se centre en su amistad con Jehová, pues eso le dará fuerzas para seguir adelante (Sal. 62:2; Efes. 6:10).

¿Cómo puede ayudarla la lectura de la Biblia y la meditación? En sus páginas hay relatos de mujeres que pasaron por situaciones muy dolorosas y que se sintieron mejor después de desahogarse con Jehová. Aunque él no siempre les solucionó los problemas, sí les dio paz. Piense en el caso de Ana, que estaba “profundamente angustiada”. Ella estuvo “orándole a Jehová un buen rato”, y sintió paz a pesar de que todavía no sabía cómo acabarían las cosas (1 Sam. 1:10, 12, 18; 2 Cor. 1:3, 4).

Puede que tanto el esposo como la esposa necesiten la ayuda de los ancianos.

Pídales ayuda a los ancianos de la congregación. Ellos serán “como un refugio contra el viento, un refugio contra la tormenta de lluvia” (Is. 32:2). Puede que hasta le recomienden una hermana que la consuele y con la que pueda hablar con total confianza (Prov. 17:17).

¿PODRÁ AYUDAR A SU ESPOSO?

Tal vez se pregunte si podrá hacer algo para ayudar a su esposo a vencer el vicio de ver pornografía. Es posible que sí. La Biblia indica que, a la hora de resolver un problema o de vencer a un gran enemigo, “mejor son dos que uno solo” (Ecl. 4:9-12). Hay estudios que demuestran que es más fácil superar la adicción a la pornografía y recuperar la confianza dentro del matrimonio cuando el esposo y la esposa trabajan juntos para lograrlo.

Un factor importante que usted debe tener en cuenta es si su esposo realmente quiere dejar de ver pornografía y está decidido a luchar para conseguirlo. ¿Sabe si él le ha rogado a Jehová que le dé fuerzas y si ha buscado la ayuda de los ancianos? (2 Cor. 4:7; Sant. 5:14, 15). ¿Ha tomado su esposo medidas específicas para huir del peligro? Por ejemplo, ¿ha limitado el uso de los dispositivos electrónicos y evita situaciones que lo pudieran hacer caer en la tentación? (Prov. 27:12). ¿Está dispuesto a aceptar su ayuda y a ser completamente sincero con usted? Si es así, tal vez pueda ayudarlo.

¿Pero cómo? Fíjese en lo que hace Felicia. Ella está casada con Ethan, que se hizo adicto a la pornografía cuando era un niño. Felicia hace todo lo posible para que a él le resulte fácil acudir a ella cada vez que tiene ganas de volver a ver pornografía. Ethan lo explica así: “Puedo hablar con mi esposa abiertamente y sin tapujos. Ella me trata con mucho cariño. Me ayuda a ponerme límites para evitar la tentación, y me hace un seguimiento para saber cómo me va. Además, me ayuda con el uso de internet”. Obviamente, Felicia se siente herida al pensar que a su esposo le atrae la pornografía. Pero ella dice: “Por muy enojada y dolida que esté, sé que esos sentimientos no lo ayudan a escapar de su adicción. Así que primero hablamos de lo que le pasa a él, y después de eso podemos centrarnos en cómo lidiar con mi dolor”.

Estas conversaciones ayudan al esposo a evitar la pornografía. Pero también ayudan a la esposa a recuperar su confianza en él. Cuando un hombre no le esconde a su esposa cuáles son sus debilidades, qué ha estado haciendo o dónde ha estado, las sospechas desaparecen.

¿Cree usted que podría hacer algo parecido para ayudar a su esposo? Si ve que es posible, una buena idea tal vez sería leer y analizar juntos este artículo. ¿Qué objetivos tendría que tener su esposo? Dejar la pornografía y ganarse su confianza. En vez de molestarse porque usted quiera hablar de este tema, debería esforzarse por tratar de entender cómo le afecta este problema a usted. ¿Y en su caso? ¿Qué objetivos tendría que ponerse? Apoyarlo en su lucha y darle la oportunidad de recuperar la confianza perdida. Es importante que los dos averigüen qué lleva a la gente a consumir pornografía y qué se puede hacer para vencer el vicio. d

Si cree que les resultará difícil hablar de este tema sin enojarse, piense en la posibilidad de que por algún tiempo un anciano esté presente y guíe las conversaciones. En ese caso, elija un anciano con quien los dos se sientan cómodos. Tenga en cuenta que, incluso si su esposo supera la adicción a la pornografía, quizás a usted le tome bastante tiempo volver a confiar en él. No se dé por vencida. Trate de ver las pequeñas mejoras que se produzcan en su relación. No pierda la esperanza de que con tiempo y paciencia su matrimonio puede volver a ser fuerte (Ecl. 7:8; 1 Cor. 13:4).

¿Y SI EL PROBLEMA CONTINÚA?

Si su esposo tiene una recaída, ¿significa eso que no siente ningún arrepentimiento o que jamás logrará superar ese problema? No necesariamente. Sobre todo si se trata de una adicción, quizás él tenga que luchar con esto toda la vida. Podría tener una recaída incluso después de años de abstinencia. Para que no vuelva a pasar, él tendrá que tomar medidas más drásticas y tal vez mantenerlas aunque parezca que el problema está superado (Prov. 28:14; Mat. 5:29; 1 Cor. 10:12). Tendrá que cambiar “su forma de pensar” y aprender a odiar “lo que es malo”; eso incluye la pornografía y cualquier práctica impura relacionada como por ejemplo la masturbación (Efes. 4:23; Sal. 97:10; Rom. 12:9). ¿Está dispuesto a hacer todo esto? Si es así, todavía hay esperanza. e

Céntrese en su amistad con Jehová.

¿Y si resulta que su esposo no quiere hacer nada para vencer este hábito? En ese caso, es normal que usted una y otra vez se sienta decepcionada y traicionada, y que se llene de rabia. Cuéntele a Jehová todas sus inquietudes, y esto la ayudará a tener paz mental (1 Ped. 5:7). Siga estudiando, orando y meditando para acercarse cada vez más a Jehová, y verá que él se acercará más a usted. “Jehová está cerca de los que tienen el corazón destrozado” y desea devolverles la alegría (Sal. 34:18). Haga todo lo que pueda por seguir siendo una buena cristiana, busque la ayuda de los ancianos y no pierda la esperanza de que en el futuro su esposo quiera cambiar (Rom. 2:4; 2 Ped. 3:9).

a Aunque en este artículo es el esposo el que ve pornografía, muchos de los principios bíblicos que aquí se analizan pueden ayudar en el caso contrario.

b Según lo que enseña la Biblia, si el esposo ve pornografía, la esposa no tiene un motivo válido para divorciarse (Mat. 19:9).

c Se han cambiado los nombres.

d Encontrará información sobre este tema en jw.org y en nuestras publicaciones. Algunos artículos útiles son “Sufrí muchas recaídas hasta que lo logré”, de La Atalaya de abril de 2016; “Cómo quitarnos para siempre la vieja personalidad”, de La Atalaya de agosto de 2017, 3:8-11, y “La pornografía: ¿inofensiva o perjudicial?”, de La Atalaya del 15 de diciembre de 2014, 5:1-28.

e Como la pornografía es adictiva, algunos matrimonios —además de buscar la ayuda espiritual de los ancianos— han decidido buscar ayuda profesional.