ARTÍCULO DE ESTUDIO 48
Mantenga su buen juicio cuando su lealtad se ponga a prueba
“Mantén tu buen juicio en todas las cosas” (2 TIM. 4:5).
CANCIÓN 124 Siempre fieles y leales
AVANCE a
1. ¿Qué significa mantener el buen juicio? (2 Timoteo 4:5).
NUESTRA lealtad a Jehová y a su organización puede ponerse a prueba cuando pasamos por situaciones difíciles. ¿Qué puede ayudarnos a afrontarlas? Mantener el buen juicio, mantenernos despiertos y estar firmes en la fe (lea 2 Timoteo 4:5). ¿Cómo mantenemos el buen juicio? Conservando la calma, pensando con claridad y esforzándonos por ver las cosas como las ve Jehová. Si lo hacemos, nuestras emociones no nos nublarán la razón.
2. ¿Qué veremos en este artículo?
2 En el artículo anterior, hablamos de tres situaciones difíciles que podrían surgir fuera de la congregación. En este artículo, veremos tres situaciones difíciles que podrían surgir dentro de la congregación y que podrían poner a prueba nuestra lealtad a Jehová: cuando pensamos que un hermano nos ha tratado mal, cuando nos disciplinan y cuando nos cuesta mucho adaptarnos a los cambios de la organización. Si nos pasara algo así, ¿qué podemos hacer para mantener el buen juicio y seguir siendo leales a Jehová y a su organización?
CUANDO PENSAMOS QUE UN HERMANO NOS HA TRATADO MAL
3. ¿Cuál podría ser nuestra reacción si pensamos que un hermano nos trató mal?
3 ¿Ha pensado alguna vez que un hermano lo ha tratado mal, quizás alguien con responsabilidades? Es muy probable que ese hermano no quisiera hacerle daño (Rom. 3:23; Sant. 3:2). Con todo, a usted le dolió lo que hizo. Tal vez ha perdido el sueño dándole vueltas al asunto y hasta se ha preguntado: “Si un hermano puede hacer algo así, ¿será esta la organización de Dios?”. Eso es exactamente lo que Satanás quiere que usted piense (2 Cor. 2:11). Ese tipo de sentimientos negativos podría alejarnos de Jehová y de su organización. Entonces, si piensa que un hermano o una hermana lo trató mal, ¿qué puede hacer para mantener el buen juicio y no pensar de forma negativa?
4. a) ¿Qué hizo José para mantener el buen juicio cuando lo trataron mal? (Génesis 50:19-21). b) ¿Qué aprendemos de su ejemplo?
4 No se llene de amargura. Cuando José era adolescente, sus hermanos mayores lo trataron mal. Lo odiaban y algunos hasta quisieron matarlo (Gén. 37:4, 18-22). Acabaron vendiéndolo como esclavo. Como resultado, José afrontó pruebas muy difíciles que duraron unos 13 años. Pudo haber dudado del amor de Jehová y haberse preguntado si él lo había abandonado en los momentos difíciles. Pero José no se amargó. Al contrario, mantuvo el buen juicio y conservó la calma. Y, cuando tuvo la oportunidad de vengarse de sus hermanos, no lo hizo, sino que les mostró amor y los perdonó (Gén. 45:4, 5). ¿Por qué actuó así? Porque logró pensar con claridad. En lugar de centrarse en sus problemas, vio el cuadro completo, pensó en el propósito de Jehová (lea Génesis 50:19-21). ¿Cuál es la lección? Si alguien lo trata mal, no se amargue pensando mal de Jehová o preguntándose si él se ha olvidado de usted. Más bien, medite en cómo lo está ayudando a soportar la situación. Además, esté dispuesto a perdonar y recuerde que “el amor cubre una multitud de pecados” (1 Ped. 4:8).
5. ¿Cómo logró Miqueas mantener el buen juicio cuando sintió que no lo habían tratado bien?
5 Veamos el ejemplo de un anciano de Sudamérica llamado Miqueas. b En una ocasión, él sintió que algunos ancianos lo habían tratado con dureza. Recuerda: “Nunca había vivido algo tan estresante. Estaba muy angustiado. No podía dormir y lloraba porque no sabía qué hacer”. A pesar de eso, Miqueas mantuvo el buen juicio y luchó para controlar sus emociones. Oraba mucho para pedirle a Jehová su espíritu santo y fuerzas para aguantar. Además, buscaba información en nuestras publicaciones. ¿Cuál es la lección? Si usted piensa que alguien de la congregación lo ha tratado mal, conserve la calma y trate de controlar cualquier sentimiento negativo que tenga. Puede que haya circunstancias que hayan llevado a esa persona a hablar o actuar así y que usted las desconozca. Así que cuéntele todo a Jehová y pídale que lo ayude a ver las cosas como las ve ese hermano. Hacer eso lo puede ayudar a darle el beneficio de la duda y a pasar por alto su ofensa (Prov. 19:11). Recuerde que Jehová está al tanto de la situación y que le dará fuerzas para aguantar (2 Crón. 16:9; Ecl. 5:8).
CUANDO NOS DISCIPLINAN
6. ¿Por qué es importante que vea la disciplina de Jehová como una demostración de su amor? (Hebreos 12:5, 6, 11).
6 Recibir disciplina puede ser muy doloroso. Pero, si solo nos centramos en el dolor, podríamos restarle importancia a la disciplina y pensar que es injusta o que es demasiado severa. También podríamos perder de vista algo muy importante: que la disciplina es una demostración del amor de Jehová (lea Hebreos 12:5, 6, 11). Si nos dejamos llevar por las emociones, le damos a Satanás la oportunidad de atacarnos. Él quiere que rechacemos la disciplina y, peor aún, que nos alejemos de Jehová y de la congregación. Si usted ha recibido disciplina, ¿qué puede ayudarlo a mantener el buen juicio?
7. a) Tal como se ve en los dibujos, ¿qué trabajos le encargó Jehová a Pedro después de que este aceptara la disciplina? b) ¿Qué lección aprendemos del ejemplo de Pedro?
7 Acepte la disciplina y haga los cambios necesarios. En más de una ocasión, Jesús reprendió a Pedro delante de los demás apóstoles (Mar. 8:33; Luc. 22:31-34). ¡Qué vergüenza debió pasar Pedro! Pero siguió siendo leal a Jesús, aceptó la disciplina y aprendió de sus errores. Y, como resultado, Jehová recompensó su lealtad y le dio grandes responsabilidades en la congregación (Juan 21:15-17; Hech. 10:24-33; 1 Ped. 1:1). ¿Cuál es la lección? Que vale la pena ver más allá de la vergüenza de recibir disciplina, aceptar la corrección y hacer los cambios necesarios. Si usted lo hace, será más útil para Jehová y para sus hermanos.
8, 9. ¿Cómo se sintió Bernardo al principio cuando lo disciplinaron, pero qué lo ayudó a corregir su forma de pensar?
8 Fijémonos en lo que le pasó a Bernardo, un hermano de Mozambique. Era anciano, pero lo dieron de baja. ¿Cómo se sintió al principio? Él cuenta: “Estaba muy dolido porque no me gustó la disciplina que recibí”. Le preocupaba que los hermanos de la congregación pensaran mal de él. Bernardo reconoce: “Tardé varios meses en ver las cosas desde la perspectiva correcta y en volver a confiar en Jehová y en su organización”. ¿Qué lo ayudó?
9 Bernardo corrigió su forma de pensar. Explica: “Cuando era anciano, usaba Hebreos 12:7 para ayudar a los hermanos a ver la disciplina de Jehová de forma positiva. Entonces me pregunté: ‘¿Quiénes tienen que poner en práctica este versículo?’. Todos los siervos de Jehová, y eso me incluye a mí”. Bernardo hizo algo más para reforzar su confianza en Jehová y en su organización. Dedicó más tiempo a la lectura de la Biblia y a la meditación profunda. Y, aunque todavía le preocupaba lo que los hermanos pensaban de él, salía a predicar con ellos y participaba en las reuniones. Con el tiempo, volvió a ser anciano. Si usted ha recibido disciplina, como Bernardo, intente ver más allá de la vergüenza que causa la situación, acepte los consejos y haga los cambios necesarios (Prov. 8:33; 22:4). Si da esos pasos, puede estar seguro de que Jehová lo recompensará por no alejarse de él ni de su organización.
CUANDO NOS CUESTA ADAPTARNOS A LOS CAMBIOS DE LA ORGANIZACIÓN
10. ¿Qué cambio de organización pudo haber puesto a prueba la lealtad de algunos israelitas?
10 Cuando hay cambios en la organización, nuestra lealtad se puede poner a prueba. Si no tenemos cuidado, hasta podríamos alejarnos de Jehová. Pensemos en un cambio de organización que se produjo con la llegada de la Ley de Moisés y que afectó a algunos israelitas. Hasta ese momento, los cabezas de familia eran los sacerdotes de su casa; construían altares y le hacían sacrificios a Jehová a favor de los suyos (Gén. 8:20, 21; 12:7; 26:25; 35:1, 6, 7; Job 1:5). Pero, con la llegada de la Ley, los cabezas de familia ya no tenían ese honor. Jehová nombró sacerdotes de la familia de Aarón para ofrecer sacrificios. A partir de entonces, si un cabeza de familia que no era descendiente de Aarón hacía de sacerdote, podía morir (Lev. 17:3-6, 8, 9). c ¿Fue acaso este cambio una de las razones por las que Coré, Datán y Abiram, y 250 jefes del pueblo se rebelaron contra Moisés y Aarón? (Núm. 16:1-3). No podemos asegurarlo. Sea como sea, Coré y los hombres que lo apoyaban fueron desleales a Jehová. ¿Qué puede hacer usted si un cambio en la organización pone a prueba su lealtad?
11. ¿Qué lección aprendemos del ejemplo de algunos levitas cohatitas?
11 Apoye de todo corazón los cambios de la organización. Cuando los israelitas viajaban por el desierto, los levitas de la familia de Cohat tenían un trabajo muy especial. Cada vez que el campamento se trasladaba, algunos cohatitas llevaban el arca del pacto a la vista de todo el pueblo (Núm. 3:29, 31; 10:33; Jos. 3:2-4). ¡Tremendo honor! Pero, cuando los israelitas ocuparon la Tierra Prometida, las cosas cambiaron. Ya no era necesario estar cambiando el Arca de sitio. Así que, durante el reinado de Salomón, algunos cohatitas eran cantores, otros eran porteros y otros se encargaban de los almacenes (1 Crón. 6:31-33; 26:1, 24). En la Biblia no se dice que los cohatitas se quejaran o que exigieran trabajos más destacados, ya que habían tenido responsabilidades muy especiales en el pasado. ¿Cuál es la lección? Apoye de todo corazón los cambios que haga la organización de Jehová, incluso si eso afecta lo que usted hacía hasta ese momento. Disfrute de cualquier trabajo que se le asigne. Recuerde que su valor como persona no depende de las responsabilidades que tenga en la organización. Para Jehová, su obediencia es más importante que cualquier asignación (1 Sam. 15:22).
12. ¿Cómo se sintió Zaira cuando tuvo que dejar Betel?
12 Veamos el caso de Zaira, una hermana de Oriente Medio. Ella valoraba mucho servir en Betel, donde estuvo más de 23 años. Pero entonces la reasignaron como precursora especial. Ella cuenta: “Ese cambio fue un golpe muy duro para mí. Pensaba que no servía para nada y me preguntaba qué había hecho mal”. Tristemente, algunos hermanos y hermanas de la congregación la hacían sentir peor porque le decían: “Si hubieras hecho las cosas mejor, la organización no te habría dejado ir”. Durante algún tiempo, Zaira se sentía tan hundida que lloraba todas las noches. Pero ella dice: “Nunca dudé de la organización ni del amor de Jehová”. ¿Qué la ayudó a mantener el buen juicio?
13. ¿Qué hizo Zaira para superar los sentimientos negativos?
13 Para superar sus sentimientos negativos, Zaira leyó artículos de nuestras publicaciones que hablan sobre la situación que ella estaba pasando. Uno que la ayudó mucho aparece en La Atalaya del 1 de febrero de 2001, titulado “Usted puede afrontar el desánimo”. En este artículo se analiza el ejemplo de Marcos, el escritor bíblico, quien probablemente se sintió como ella ante los cambios en su servicio a Jehová. Zaira confiesa: “El ejemplo de Marcos fue el mejor remedio para mi desánimo”. Ella se apoyó en sus amigos, no se aisló de los hermanos ni siguió pensando en su tristeza. Comprendió que el espíritu de Jehová guía a su organización y que los hermanos responsables de veras se preocupaban por ella. Pero también se dio cuenta de que para la organización de Jehová lo más importante es que se haga la obra que él le ha encargado.
14. ¿A qué cambios de organización tuvo que adaptarse Vlado, y qué lo ayudó a lograrlo?
14 A un anciano de congregación de Eslovenia que se llama Vlado y tiene 73 años le costó mucho aceptar que su congregación se fusionara con otra y que cerraran su Salón del Reino. Él admite: “No entendía por qué tenían que cerrar un salón tan bonito. Me molestó porque lo acabábamos de renovar. Soy carpintero y había hecho algunos de los muebles. Además, la fusión trajo muchos cambios difíciles para nosotros, los hermanos mayores”. ¿Qué lo ayudó a apoyar la decisión? Él cuenta: “Adaptarse a los cambios que hace la organización de Jehová siempre nos beneficia. Esto nos prepara para afrontar cambios mayores en el futuro”. ¿Está usted lidiando con los cambios que provoca la fusión de congregaciones o una nueva asignación? No se preocupe, Jehová entiende cómo se siente. Si usted apoya los cambios y sigue siendo leal a Jehová y a la organización que él está usando, recibirá muchas bendiciones (Sal. 18:25).
MANTENGA EL BUEN JUICIO EN TODAS LAS COSAS
15. ¿Qué podemos hacer para mantener el buen juicio cuando surgen situaciones difíciles dentro de la congregación?
15 A medida que nos acercamos al fin de este sistema, no nos sorprende que dentro de la congregación surjan situaciones difíciles que pudieran poner a prueba nuestra lealtad a Jehová. Por eso necesitamos mantener el buen juicio. Si pensamos que algún hermano nos ha tratado mal, no nos llenemos de amargura. Si nos disciplinan, veamos más allá de la vergüenza que causa la situación, aceptemos los consejos y hagamos los cambios necesarios. Y, cuando la organización de Jehová haga cambios que nos afecten personalmente, apoyémoslos de todo corazón y sigamos la guía que se nos dé.
16. ¿Qué puede hacer para seguir confiando en Jehová y en su organización?
16 Usted puede seguir confiando en Jehová y en su organización cuando su lealtad se ponga a prueba. Pero para lograrlo necesita mantener el buen juicio, es decir, conservar la calma, pensar con claridad y ver las cosas como las ve Jehová. Póngase la meta de estudiar la vida de personajes bíblicos que superaron situaciones parecidas y medite en su ejemplo. Pídale a Jehová que lo ayude y nunca se aísle de los hermanos de la congregación. Así, pase lo que pase, Satanás no logrará separarlo de Jehová ni de su organización (Sant. 4:7).
CANCIÓN 126 Siempre fuertes, fieles y firmes
a Nuestra lealtad a Jehová y a su organización se puede poner a prueba, en especial cuando surgen situaciones difíciles dentro de la congregación. En este artículo, analizaremos tres de esas situaciones y lo que podemos hacer para no dejar de ser leales.
b Se han cambiado algunos nombres.
c Según la Ley, si un cabeza de familia quería matar un animal para comerlo, debía llevarlo al santuario. Se hacía una excepción con los cabezas de familia que vivían demasiado lejos del santuario (Deut. 12:21).
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)