El 6 de agosto de 2020, un tribunal de Turkmenistán condenó a Eldor y Sanyarbek Sabúrov a dos años de cárcel por su objeción de conciencia al servicio militar. Se trata de dos hermanos carnales de 21 y 25 años respectivamente. El tribunal rechazó su solicitud de apelación. Esta es la segunda vez que son declarados culpables por su neutralidad.
En el 2016, Sanyarbek se negó a ser reclutado en el ejército. A pesar de su actitud respetuosa, fue declarado culpable y sentenciado a dos años de libertad condicional.
Al año siguiente, Eldor, su hermano menor, también se negó a hacer el servicio militar. A raíz de eso, fue condenado a dos años de trabajo correccional, un trabajo en el que el 20 % de su salario era para el Estado.
Según las leyes de Turkmenistán, un objetor de conciencia puede ser acusado penalmente por segunda vez si sigue negándose a cumplir con el servicio militar. En abril de 2020, los dos hermanos volvieron a recibir una notificación de la oficina de reclutamiento para incorporarse al servicio militar. Los dos se negaron a ser reclutados, y por eso fueron procesados y encarcelados.
Más allá del dolor emocional, esta situación es un duro golpe económico para los padres de Eldor y Sanyarbek. Su padre sufre de dolores crónicos de espalda, lo que limita sus posibilidades de trabajar. Son Eldor y Sanyarbek los que mantienen a la familia cultivando algodón. Ahora que han sido encarcelados, sus padres ya no tendrán el apoyo económico que tanto necesita la familia. Todo lo contrario, ahora serán los padres los que tendrán que cuidar de las necesidades que sus hijos tengan en la prisión.
En Turkmenistán no existe la opción del servicio civil sustitutorio. Por eso los testigos de Jehová que se niegan a hacer el servicio militar por su objeción de conciencia se enfrentan a penas de entre uno y cuatro años de cárcel. En total, hay 10 jóvenes Testigos encarcelados por su neutralidad en Turkmenistán.
Sabemos que Jehová bendecirá a nuestros jóvenes hermanos de Turkmenistán por ser tan valientes. Esperamos que recuerden las palabras que Jehová le dijo al rey Asá: “Sean fuertes y no se desanimen, pues su labor será recompensada” (2 Crónicas 15:7).