Se espera que unos 5.000 millones de personas vean la Copa Mundial de la FIFA, que se celebra del 20 de noviembre al 18 de diciembre de 2022. Muchos piensan que eventos deportivos como este pueden lograr mucho más que unir a la gente únicamente como espectadores.
“El deporte tiene el poder de cambiar el mundo, tiene el poder de inspirar, tiene el poder de unir a la gente como pocas cosas lo tienen” (Nelson Mandela, expresidente de Sudáfrica).
“El fútbol [...] une en la esperanza; y también une en la alegría, en la pasión, en el amor y en la diversidad” (Gianni Infantino, presidente de la FIFA).a
¿Puede el mundial de fútbol o cualquier otro evento deportivo alcanzar esos objetivos tan nobles? ¿Hay alguna esperanza de conseguir la paz y la unidad?
¿Promueve la unidad?
El mundial de este año está siendo más que solo fútbol. Este evento deportivo ha desatado debates sociales y políticos sobre asuntos como los derechos humanos, el racismo y la desigualdad económica.
Aun así, muchos piensan que eventos deportivos internacionales como el mundial de fútbol hacen que la gente pase un buen rato. Pero, por mucho que la gente quiera, estos eventos no unen a las personas de manera permanente. Al contrario: con frecuencia sacan a la luz formas de pensar y actuar que dividen a la gente. La Biblia ya hablaba de ese tipo de conductas y dice que serían una característica del periodo llamado “los últimos días” (2 Timoteo 3:1-5).
El Rey de ese Reino, Jesucristo, se encargará de que haya paz mundial. La Biblia dice:
“El justo florecerá, y habrá paz en abundancia” (Salmo 72:7).
“Él rescatará al pobre que grita por ayuda [...]. Los rescatará de la opresión y de la violencia” (Salmo 72:12, 14).
Incluso hoy en día, las enseñanzas de Jesús ya han unido a millones de personas en 239 países y territorios, y las han ayudado a librarse del odio. Para saber más, lea el artículo “Que todos estemos unidos como lo están Jehová y Jesús”.
a La Federación Internacional de Fútbol Asociación es la institución que gobierna las asociaciones de fútbol a nivel internacional.
A lo largo de su ministerio, Jesús habló más del Reino de Dios que de cualquier otro tema. Durante siglos, sus seguidores han pedido en oración que venga ese Reino.