Absalón trató de quitarle el puesto de rey a su padre (2Sa 15:10-12).
No debemos permitir que la ambición eche raíces en nuestro corazón. Más bien, tenemos que examinar nuestros motivos con frecuencia. En lugar de querer impresionar a los demás, estemos atentos a lo que necesitan (Flp 2:3, 4).
GUÍA DE ACTIVIDADES PARA LA REUNIÓN VIDA Y MINISTERIO CRISTIANOS