ARTÍCULO DE ESTUDIO 2
“Transfórmense renovando su mente”
“Transfórmense renovando su mente, para que comprueben por ustedes mismos cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios” (ROM. 12:2).
CANCIÓN 86 Necesitamos que Jehová nos enseñe
AVANCE a
1, 2. ¿Qué debemos seguir haciendo después del bautismo, y por qué?
¿CON cuánta frecuencia limpia usted su casa? Quizás antes de entrar a vivir en ella la limpió a fondo. ¿Pero qué pasaría si dejara de limpiarla? Como bien sabemos, el polvo y la suciedad se acumularían rápidamente. Para mantener la casa presentable, hay que limpiarla con frecuencia.
2 Algo parecido debemos hacer con nuestros pensamientos y nuestra personalidad. Claro, antes de bautizarnos luchamos para hacer los cambios necesarios en nuestra vida y limpiarnos “de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu” (2 Cor. 7:1). Pero ahora nos toca obedecer este consejo del apóstol Pablo: “Deben seguir renovando su forma de pensar” (Efes. 4:23). ¿Por qué es tan importante que hagamos este esfuerzo constante? Porque la “suciedad” y el “polvo” de este mundo se pueden acumular rápidamente en nuestro interior. Para que eso no nos ocurra y estemos siempre presentables delante de Jehová, debemos examinar con frecuencia nuestros pensamientos, nuestra personalidad y nuestros deseos.
SIGAMOS RENOVANDO NUESTRA MENTE
3. ¿Qué implica renovar nuestra mente? (Romanos 12:2).
3 ¿Qué tenemos que hacer para renovar nuestra mente, es decir, cambiar nuestra forma de pensar? (Lea Romanos 12:2). No se trata de hacer unas cuantas buenas obras para embellecer nuestra vida. Más bien, debemos examinar cómo somos en nuestro interior y hacer los cambios necesarios para que nuestra vida se ajuste lo máximo posible a las normas de Jehová. Eso es algo que debemos hacer constantemente, no una sola vez.
4. ¿Qué debemos hacer para que este sistema no influya en nuestra forma de pensar?
4 Cuando seamos perfectos, siempre podremos complacer a Jehová en todo. Mientras tanto, no nos queda más remedio que luchar para alcanzar ese objetivo. Fijémonos en la relación que estableció el apóstol Pablo en Romanos 12:2 entre renovar nuestra mente y asegurarnos de cuál es la voluntad de Dios. En lugar de adoptar una actitud pasiva y dejarnos moldear por este sistema, es muy importante que nos analicemos para ver hasta qué grado influye la forma de pensar de Dios en nuestras metas y decisiones.
5. ¿Cómo podemos saber lo que pensamos sobre lo cerca que está el día de Jehová? (Vea las imágenes).
5 Por ejemplo, nuestro Dios quiere que estemos muy pendientes “de la presencia del día de Jehová” (2 Ped. 3:12). Entonces, preguntémonos: “¿Se ve en mi vida que realmente comprendo que el fin de este sistema está muy cerca? ¿Reflejan mis decisiones sobre la educación y el trabajo que servir a Jehová es lo más importante para mí? ¿Tengo fe en que él cuidará de mi familia y de mí, o estoy siempre preocupado por las cosas materiales?”. Jehová se siente muy feliz cuando ve que nos esforzamos por vivir de acuerdo con su voluntad (Mat. 6:25-27, 33; Filip. 4:12, 13).
6. ¿Qué debemos seguir haciendo?
6 Debemos examinar constantemente nuestra forma de pensar y poner manos a la obra para hacer cualquier cambio que sea necesario. Pablo les dio este consejo a los cristianos de Corinto: “Sigan examinándose para saber si están firmes en la fe. Sigan comprobando lo que ustedes mismos son” (2 Cor. 13:5). Estar “en la fe” es mucho más que asistir a las reuniones o participar en la predicación de vez en cuando. También tiene que ver con nuestra forma de pensar, nuestras tendencias y nuestros motivos. Así que necesitamos seguir renovando nuestra mente leyendo la Palabra de Dios, aprendiendo a pensar como él piensa y luego corrigiendo lo que sea necesario para complacerlo (1 Cor. 2:14-16).
PONGÁMONOS LA NUEVA PERSONALIDAD
7. De acuerdo con Efesios 4:31, 32, ¿qué más debemos hacer, y por qué puede ser difícil hacerlo?
7 (Lea Efesios 4:31, 32). Además de cambiar nuestra forma de pensar, debemos ponernos “la nueva personalidad” (Efes. 4:24). Para lograrlo, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Por ejemplo, debemos trabajar duro por dejar atrás defectos de nuestra personalidad como el amargo rencor, la furia y la ira. ¿Por qué puede ser difícil hacer esto? Porque algunos de estos defectos están muy arraigados en nosotros. De hecho, la Biblia habla del que es “propenso a la ira” y del que tiene “tendencia a la furia” (Prov. 29:22). Es muy probable que, para mantener a raya las características negativas de nuestra personalidad, tengamos que seguir esforzándonos incluso después del bautismo. Veamos una experiencia que lo demuestra.
8, 9. ¿Cómo demuestra la experiencia de Stephen la importancia de seguir quitándonos la vieja personalidad?
8 Un hermano llamado Stephen tenía una lucha para controlar la ira. Él cuenta: “Incluso después de bautizarme, tuve que seguir controlando mi genio. Por ejemplo, un día estábamos visitando a las familias de un barrio para predicarles, y vi que un ladrón se llevaba mi radio del auto. Me fui corriendo detrás de él. Cuando estaba a punto de agarrarlo, tiró el aparato al suelo y siguió corriendo. Al contarle al resto del grupo cómo recuperé mi radio, un cristiano de experiencia me dijo: ‘¿Qué habrías hecho si lo hubieras atrapado?’. Esa pregunta me hizo darme cuenta de que aún me quedaban rasgos de mi vieja personalidad”. b
9 El caso de Stephen demuestra que un defecto de personalidad puede reaparecer inesperadamente, incluso cuando creíamos que lo teníamos controlado. Si algo así nos ocurre, no nos desanimemos ni pensemos que somos malos cristianos. Hasta el apóstol Pablo reconoció: “Cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está conmigo” (Rom. 7:21-23). Como somos imperfectos, todos los cristianos tenemos defectos que vuelven a aparecer como la suciedad y el polvo que se acumulan en una casa. Por eso, debemos seguir esforzándonos por estar limpios. ¿Qué nos ayudará?
10. ¿Qué podemos hacer para luchar contra los defectos de personalidad? (1 Juan 5:14, 15).
10 Hablemos con Jehová en oración del defecto con el que estamos luchando con la seguridad de que nos escuchará y nos ayudará (lea 1 Juan 5:14, 15). Es cierto que Jehová no lo eliminará de forma milagrosa, pero nos dará la fuerza para que no nos domine (1 Ped. 5:10). ¿Cómo podemos actuar en conformidad con nuestras oraciones? Debemos evitar cualquier cosa que alimente las tendencias de la vieja personalidad. Por ejemplo, no sería sensato entretenernos con películas, programas de televisión o lecturas que presenten los defectos con los que estamos luchando como algo bueno. Y no dejemos que nuestra mente se recree en los deseos incorrectos (Filip. 4:8; Col. 3:2).
11. ¿Cómo podemos seguir cultivando la nueva personalidad?
11 Además de quitarnos la vieja personalidad, es importante seguir cultivando la nueva. ¿Cómo podemos hacerlo? Pongámonos la meta de conocer mejor a Jehová y sus cualidades, y copiar su ejemplo (Efes. 5:1, 2). Cuando encontremos en la Biblia un relato que destaque el perdón de Jehová, preguntémonos: “¿Perdono yo a los demás?”. O, cuando leamos acerca de la compasión que Jehová les demuestra a los que están pasando por momentos difíciles, preguntémonos: “¿Me preocupo yo también por los hermanos que pasan necesidad y hago algo por ellos?”. Sigamos renovando nuestra mente poniéndonos la nueva personalidad y tengamos paciencia con nosotros mismos.
12. ¿Cómo demuestra el ejemplo de Stephen que la Biblia tiene poder para transformar a la gente?
12 Stephen, mencionado en el párrafo 8, poco a poco logró ponerse la nueva personalidad. Él explica: “Desde mi bautismo, ha habido ocasiones en las que me ha costado controlar mi genio. Lo que hago es irme para evitar peleas o trato de calmar la situación. Muchas personas, incluida mi esposa, me han felicitado por mi reacción, y hasta yo mismo me he sorprendido. No me atribuyo el mérito por estos cambios en mi personalidad. Creo sinceramente que son una muestra del poder que tiene la Biblia para transformar a la gente”.
SIGAMOS LUCHANDO CONTRA LOS DESEOS INCORRECTOS
13. ¿Qué nos ayudará a alimentar deseos correctos? (Gálatas 5:16).
13 (Lea Gálatas 5:16). Jehová es generoso y nos da espíritu santo para ayudarnos a vencer en nuestra batalla por hacer lo que es correcto. Cuando estudiamos la Palabra de Dios, permitimos que ese espíritu influya en nosotros. También recibimos espíritu santo cuando asistimos a las reuniones. Allí pasamos tiempo con nuestros hermanos, que, igual que nosotros, están luchando por hacer las cosas bien, y eso nos anima (Heb. 10:24, 25; 13:7). Y, cuando le oramos a Jehová de corazón y le rogamos que nos ayude a superar alguna debilidad, él nos da espíritu santo para que seamos fuertes y sigamos luchando. Claro, probablemente estas actividades no harán que los malos deseos desaparezcan, pero nos darán las fuerzas para no dejarnos llevar por ellos. Como dice Gálatas 5:16, los que andan de acuerdo con el espíritu “no harán realidad ningún deseo de la carne”.
14. ¿Por qué es importante seguir cultivando deseos correctos?
14 Cuando ya tengamos una buena rutina de actividades espirituales, es muy importante que no la perdamos y que sigamos alimentando deseos correctos. ¿Por qué? Porque uno de nuestros enemigos —la tentación— nunca duerme. Incluso después de bautizarnos puede que nos sintamos atraídos a cosas que sabemos que debemos evitar, como jugar por dinero, abusar del alcohol o ver pornografía (Efes. 5:3, 4). Un joven testigo de Jehová confiesa: “Una de las luchas más intensas que tengo es que me siento atraído por personas de mi mismo sexo. Pensaba que estos sentimientos eran algo pasajero, pero no he logrado deshacerme de ellos; siguen ahí”. ¿Qué nos puede ayudar si un deseo incorrecto es muy intenso?
15. ¿Por qué nos anima saber que los deseos incorrectos son algo común a todas las personas? (Vea la imagen).
15 Si un deseo incorrecto nos está haciendo la vida imposible, recordemos que no estamos solos. La Biblia dice: “A ustedes no se les ha presentado ninguna tentación que no sea común a todas las personas” (1 Cor. 10:13a). Otra versión traduce así este versículo: “Ustedes sólo han tenido las mismas tentaciones que todos los demás”. Estas palabras iban dirigidas a los cristianos de la ciudad de Corinto. Algunos de ellos habían sido adúlteros, homosexuales y borrachos (1 Cor. 6:9-11). ¿Nos parece que no tuvieron que luchar contra ningún mal deseo después de bautizarse? Es muy poco probable. Es verdad que todos eran ungidos, pero seguían siendo imperfectos. Así que seguro que de vez en cuando tenían que luchar contra algún deseo incorrecto. Eso debería animarnos, porque nos muestra que otros ya han pasado por lo mismo que nosotros y han ganado la batalla. Por lo tanto, podemos estar “firmes en la fe, sabiendo que toda la hermandad en el mundo está pasando por los mismos sufrimientos” (1 Ped. 5:9).
16. ¿En qué trampa no debemos caer, y por qué?
16 No debemos pensar que nadie puede entender la debilidad que tenemos. Eso es una trampa. Pensar así nos puede llevar a creer que nuestra situación no tiene remedio y que no podemos vencer esa debilidad. Pero la Biblia dice lo contrario: “Dios es fiel y no dejará que sean tentados más allá de lo que puedan soportar, sino que, cuando venga la tentación, también les dará la salida para que puedan aguantarla” (1 Cor. 10:13b). Así que, por muy intenso que sea un deseo, podemos ser fieles a Jehová. Con su ayuda, no nos dejaremos llevar por ese deseo.
17. Aunque es inevitable tener deseos incorrectos, ¿qué es lo que sí podemos hacer?
17 Recordemos siempre que debido a la imperfección es inevitable que tengamos deseos incorrectos. Cuando eso pase, rechacémoslos con firmeza, como hizo José cuando salió huyendo de la esposa de Potifar (Gén. 39:12). No tenemos por qué ser esclavos de los malos deseos.
SIGAMOS ESFORZÁNDONOS
18, 19. ¿Qué preguntas nos ayudarán a seguir renovando nuestra mente?
18 Si queremos renovar nuestra mente, tenemos que seguir esforzándonos para que nuestra forma de pensar y actuar le agrade a Jehová. Por eso debemos analizarnos con frecuencia y preguntarnos: “¿Demuestran mis acciones que soy consciente de que estamos muy cerca del fin? ¿Sigo cultivando la nueva personalidad? ¿Permito que el espíritu de Jehová me guíe para no dejarme llevar por los malos deseos?”.
19 Al hacernos este análisis, fijémonos en nuestro progreso y no esperemos perfección. Si vemos que tenemos que mejorar en algo, no nos desanimemos. Más bien, sigamos el consejo de Filipenses 3:16: “Sin importar cuánto hayamos progresado, sigamos andando correctamente por ese mismo camino”. Si lo hacemos, Jehová bendecirá los esfuerzos que hagamos por seguir renovando nuestra mente.
CANCIÓN 105 “Dios es amor”
a El apóstol Pablo les explicó a sus compañeros cristianos la importancia de no dejarse moldear por este sistema. Y sus consejos son muy útiles para nosotros también. Debemos asegurarnos de que las influencias negativas de este mundo no nos afecten de alguna manera. Para lograrlo, es necesario que corrijamos nuestra manera de pensar cada vez que detectemos que no encaja con la voluntad de Dios. En este artículo vamos a ver cómo hacerlo.
b Vea el artículo “Mi vida iba de mal en peor”, de La Atalaya del 1 de julio de 2015.
c DESCRIPCIÓN DE LAS IMÁGENES: Un hermano joven piensa en si debe ir a la universidad o servir a Jehová a tiempo completo.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)