Hagamos brillar nuestra luz para la gloria de Jehová
“Resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres, para que ellos [...] den gloria al Padre” (MAT. 5:16).
CANCIONES: 27, 28
1. ¿Qué motivo especial tenemos para sentirnos felices?
NOS alegra muchísimo saber cuánto está creciendo el pueblo de Jehová. Sin duda, esto indica que los siervos de Dios están haciendo brillar su luz. El año pasado, dirigimos más de diez millones de cursos bíblicos. Además, millones de personas interesadas asistieron a la Conmemoración y aprendieron sobre el amor que Dios mostró al dar a su Hijo para rescatarnos (1 Juan 4:9).
2, 3. a) ¿Qué obstáculo no nos impide hacer brillar nuestra luz? b) ¿Qué vamos a ver en este artículo?
2 En el pueblo de Jehová, se habla una gran cantidad de idiomas. Pero eso no impide que todos ofrezcamos alabanza a nuestro Padre celestial en unidad (Rev. 7:9). No importa qué idioma hablemos o dónde vivamos, podemos brillar “como iluminadores en el mundo” (Filip. 2:15).
3 El aumento que experimentamos, nuestra unidad y el sentido de urgencia contribuyen a que le demos gloria a Jehová y atraen a las personas a la verdad. En este artículo, vamos a ver cómo hacer que brille nuestra luz en estos tres campos (lea Mateo 5:14-16).
INVITEMOS A OTRAS PERSONAS A SERVIR A JEHOVÁ
4, 5. a) ¿Cómo podemos hacer brillar nuestra luz, además de predicando? b) ¿Qué beneficios resultan de que seamos amables? (Vea la foto del principio).
4 En el número del 1 de junio de 1925 de esta revista en inglés, el artículo “Luz en la oscuridad” hizo este comentario: “Nadie puede ser fiel y verdadero al Señor en estos días restantes [...] a menos que aproveche la oportunidad de permitir que su luz resplandezca”. Y añadió: “Debe hacer esto por medio de llevar las buenas nuevas a los pueblos de la Tierra y viviendo conforme a los caminos de la luz”. Está claro que predicar el mensaje del Reino y hacer discípulos es una manera de hacer brillar nuestra luz (Mat. 28:19, 20). También nuestra conducta cristiana sirve para que demos gloria a Jehová. Cuando predicamos, las personas se fijan en cómo nos comportamos. Una sonrisa y un saludo afectuosos dan una buena imagen de nosotros y del Dios al que servimos.
5 Jesús les dijo a sus discípulos: “Al entrar en la casa, salúdenla” (Mat. 10:12). En la zona donde ellos predicaban, era común que la gente invitara a pasar a su casa a un desconocido. Claro, es posible que no exista esta costumbre donde nosotros vivimos. De hecho, muchas personas se ponen nerviosas o hasta se irritan cuando un extraño llama a su puerta. Pero, si somos cordiales y educados, quizá se sientan más tranquilas. Muchas veces, la mejor presentación es una amplia sonrisa. Lo mismo ocurre en la predicación pública con los carritos. Quienes participan en este tipo de predicación seguramente han visto que muchas personas reaccionan bien cuando las saludamos con una sonrisa. Algunas hasta se acercan, toman una publicación e incluso conversan con nosotros.
6. ¿Qué ha hecho un matrimonio mayor para que su luz no deje de brillar?
6 Un matrimonio de edad avanzada de Inglaterra casi no puede predicar de casa en casa debido a la mala salud. Pero, como están decididos a que su luz no deje de brillar, han empezado a predicar frente a su casa. Para ello, ponen una mesa con varias publicaciones bíblicas justo a la hora a la que pasan los padres para recoger a sus hijos de una escuela cercana. Movidos por la curiosidad, muchos se llevan los dos volúmenes del libro Los jóvenes preguntan y también algunos folletos. Una precursora de la congregación empezó a predicar allí con este matrimonio. Gracias a la amabilidad de esta hermana y a los esfuerzos sinceros del matrimonio, un padre ha aceptado estudiar la Biblia.
7. ¿Cómo podemos ayudar a los refugiados?
7 En los últimos años, muchos países han visto llegar una gran cantidad de refugiados. ¿Cómo podemos ayudarlos a conocer a Jehová y su propósito? Lo primero puede ser aprender a saludarlos en su idioma. Para ello, tal vez nos sea de utilidad la aplicación JW Language. También podemos aprender algunas frases que llamen su atención. Luego, podemos hablarles de la página jw.org y mostrarles los videos y las publicaciones que haya en su idioma (Deut. 10:19).
8, 9. a) ¿Qué ayuda recibimos en la reunión de entre semana? b) ¿Cómo pueden ayudar los padres a sus hijos a participar en las reuniones?
8 Jehová nos ha dado la reunión Vida y Ministerio para que seamos más eficaces en la predicación. Las prácticas sugerencias que recibimos nos ayudan a tener más confianza a la hora de hacer revisitas y dar clases de la Biblia.
9 A muchas personas que vienen al Salón del Reino les llama la atención que los niños participen en las reuniones. Así pues, los padres hacen bien en enseñar a sus hijos a comentar en sus propias palabras para así hacer brillar su propia luz. Los comentarios sencillos que un niño hace desde el corazón a veces logran que las personas interesadas se den cuenta de que han encontrado la verdad (1 Cor. 14:25).
FORTALEZCAMOS LA UNIDAD
10. ¿Cómo contribuye la adoración en familia a fortalecer la unidad?
10 Otra manera de hacer brillar nuestra luz es fortaleciendo la unidad en la familia y en la congregación. Por ejemplo, es importante que los padres sean regulares con la adoración en familia. Muchos incluyen en ella el programa mensual de JW Broadcasting. Después de verlo, es útil que hablen entre todos sobre cómo poner en práctica lo que hayan aprendido. El padre que dirige la adoración en familia debe recordar que los niños y los adolescentes tienen necesidades distintas. Así que debe asegurarse de buscar ideas prácticas que beneficien a todos los miembros de la familia (Sal. 148:12, 13).
11-13. ¿Cómo podemos todos fortalecer la unidad de la congregación y ayudar a los demás a hacer brillar su luz?
11 Todos nosotros, incluidos los jóvenes, podemos fortalecer la unidad de la congregación y así animar a los demás a hacer brillar su luz. Por ejemplo, los jóvenes pueden ponerse el objetivo de interesarse por los hermanos de edad avanzada. Pueden pedirles que les cuenten experiencias de sus años de servicio. Tanto ellos como los hermanos mayores se sentirán muy animados y motivados a hacer que brille la luz de la verdad. Por otro lado, todos podemos proponernos dar la bienvenida a quienes vienen al Salón del Reino. Podemos recibirlos con una amigable sonrisa, ayudarlos a encontrar un lugar donde sentarse y presentarlos a los demás hermanos. De ese modo, se sentirán como en su casa.
12 Quienes dirigen las reuniones para la predicación pueden contribuir a que los hermanos mayores continúen haciendo brillar su luz con intensidad. Para ello, deben asegurarse de que estos hermanos tienen un territorio apropiado para sus circunstancias. En algunos casos, pueden pedirle a alguien más joven que salga con ellos y los ayude. También deben ser comprensivos con los que no pueden predicar mucho debido a mala salud u otros problemas. Si son considerados, ayudarán a predicar con entusiasmo a todos, sean jóvenes o mayores, nuevos o experimentados (Lev. 19:32).
13 El escritor de uno de los salmos exclamó: “¡Qué bueno y qué agradable es que los hermanos moren juntos en unidad!” (lea Salmo 133:1, 2). A los israelitas los beneficiaba mucho adorar juntos a Jehová. El salmista comparó esta unidad al aceite de la unción, que era agradable y refrescante. Hoy día, ¿por qué no nos ponemos la meta de ser una influencia positiva en la congregación y fortalecer la unidad entre los cristianos? Si ya lo estamos haciendo, merecemos que se nos felicite. Pero ¿podemos tratar de ensancharnos y conocer mejor a nuestros hermanos? (2 Cor. 6:11-13).
14. ¿Qué podemos hacer para que brille nuestra luz en nuestro vecindario?
14 ¿Podemos esforzarnos más por hacer que la luz de la verdad bíblica brille en nuestro vecindario? Si somos amables con los vecinos, tal vez se interesen en la verdad. Preguntémonos: “¿Qué opinan mis vecinos sobre mí? ¿En qué estado se encuentran mi casa y el resto de mi propiedad? ¿Contribuyen a la buena imagen del vecindario? ¿Me ofrezco a ayudar a los demás?”. Cuando hablemos con nuestros hermanos, preguntémosles qué efecto ha tenido su buena conducta en sus vecinos, así como en sus familiares y compañeros de clase o trabajo. Es muy probable que nos cuenten experiencias positivas (Efes. 5:9).
MANTENGÁMONOS ALERTA
15. ¿Por qué es fundamental que nos mantengamos alerta?
15 Si queremos que nuestra luz siga brillando con fuerza, tenemos que ser muy conscientes del tiempo en que vivimos. Jesús les dijo una y otra vez a sus discípulos: “Manténganse alerta” (Mat. 24:42; 25:13; 26:41). Por supuesto, si creemos que todavía falta mucho para la “gran tribulación” y que llegará algún día pero nosotros no la veremos, no sentiremos la urgente necesidad de predicar (Mat. 24:21). Nuestra luz se debilitará y podría incluso apagarse.
16, 17. ¿Qué podemos hacer para mantenernos vigilantes?
16 A medida que empeoren estos tiempos críticos en los que vivimos, tendremos que estar más y más vigilantes. Dios va a actuar en el momento apropiado, de eso no hay ninguna duda (Mat. 24:42-44). Mientras tanto, tenemos que ser pacientes y mantenernos alerta en todo momento. Leamos la Palabra de Dios a diario y seamos vigilantes “en cuanto a oraciones” (1 Ped. 4:7). Fijémonos en el valioso ejemplo de los hermanos que están alerta y hacen brillar su luz. Encontramos una buena experiencia en el artículo “Siete décadas aferrado a la falda de un judío”, publicado en La Atalaya del 15 de abril de 2012, páginas 18 a 21.
17 Mantengámonos ocupados en el servicio de Jehová, hagamos cosas buenas por otros y pasemos tiempo con nuestros hermanos. Así seremos más felices y nos parecerá que el tiempo pasa más rápido (Efes. 5:16). Hace un siglo, nuestros hermanos hicieron mucho en el servicio a Dios. Pero hoy la dirección de Jehová nos permite alcanzar logros mucho mayores. Nuestra luz brilla con una fuerza que jamás habríamos podido imaginar.
18, 19. ¿Cómo pueden contribuir los ancianos a que estemos vigilantes y activos? Dé un ejemplo.
18 Aunque cometemos muchos errores, Jehová nos permite seguir sirviéndole. Y, para ayudarnos a permanecer vigilantes y activos, nos da “dádivas en hombres”, es decir, los ancianos de la congregación (lea Efesios 4:8, 11, 12). Por eso, la próxima vez que nos visite un anciano, aprovechemos la oportunidad para beneficiarnos de sus sabios consejos.
19 En Inglaterra, una pareja que tenía algunos problemas matrimoniales les pidió ayuda a dos ancianos. Ella les dijo que se sentía en un “yugo desigual” en sentido espiritual. Y él reconoció que no era el mejor maestro y que no dirigía la adoración en familia con regularidad. Los ancianos les hablaron sobre Jesús, que cuidaba a sus discípulos y tenía en cuenta sus necesidades. Al esposo le aconsejaron que copiara el ejemplo de Jesús y a la esposa le recomendaron que fuera paciente. También les dieron algunas sugerencias sobre cómo colaborar para tener la adoración en familia con sus dos hijos (Efes. 5:21-29). Tiempo después, felicitaron al esposo por lo que había logrado. Lo animaron a perseverar y a confiar en que el espíritu santo lo ayudaría a ser un buen cabeza. El amor, el interés y el apoyo de estos ancianos han contribuido a que esta familia haga brillar su luz.
20. ¿Cuáles serán los resultados si hacemos brillar nuestra luz?
20 Salmo 128:1 dice: “Feliz es todo el que teme a Jehová, que anda en sus caminos”. Hemos visto en este artículo varias maneras de hacer brillar nuestra luz: invitando a otras personas a servir a Dios, haciendo lo posible por fortalecer la unidad y manteniéndonos alerta. Si lo hacemos, seremos más felices, los demás verán nuestras buenas obras y muchas personas sentirán el deseo de dar gloria a nuestro Padre celestial (Mat. 5:16).
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)