Digamos la verdad
“Hablen verazmente unos con otros” (ZAC. 8:16).
CANCIONES: 48, 43
1, 2. ¿Qué es lo que más daño ha causado al hombre, y quién fue el culpable?
EL TELÉFONO, la bombilla eléctrica, el automóvil y el refrigerador son algunos inventos que nos han hecho la vida más fácil. Pero hay otros que la han hecho más peligrosa, como la pólvora, las minas terrestres, los cigarros y la bomba atómica, por mencionar unos pocos. Sin embargo, lo que más daño ha causado al hombre es algo que existe desde antes de que se inventaran estas cosas. ¿De qué se trata? De la mentira, esto es, aquello que se sabe que no es cierto pero que se dice para engañar. El primero que mintió fue el Diablo, a quien Jesucristo llamó “el padre de la mentira” (lea Juan 8:44). ¿Cuándo mintió por primera vez?
2 Fue hace miles de años, en el jardín de Edén. Adán y Eva disfrutaban de la vida en el paraíso que Dios les había dado. Pero él les había mandado no comer del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”. Si desobedecían, morirían. Aunque Satanás sabía todo esto, usó a una serpiente para decirle a Eva la primera mentira: “Positivamente no morirán”. Y añadió: “Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo” (Gén. 2:15-17; 3:1-5).
3. a) ¿Por qué decimos que la mentira de Satanás era malévola? b) ¿Cuáles fueron las consecuencias?
3 La mentira de Satanás era malévola, pues él sabía muy bien que Eva moriría si le creía y comía el fruto prohibido. Tanto ella como su esposo desobedecieron a Jehová y con el tiempo murieron (Gén. 3:6; 5:5). Lo que es peor, “la muerte se extendió a todos los hombres” mediante el pecado y “reinó [...] aun sobre los que no habían pecado a la semejanza de la transgresión de Adán” (Rom. 5:12, 14). Los seres humanos no pueden vivir perfectos para siempre, como Dios quería en un principio, sino que tienen que contentarse con alcanzar los 70 años o llegar a los 80 si tienen una fortaleza especial. Y aun en ese caso la vida está llena de “penoso afán y cosas perjudiciales” (Sal. 90:10). ¡Qué tragedia! Y todo como consecuencia de la mentira del Diablo.
4. a) ¿Qué preguntas es importante que respondamos? b) Según el Salmo 15:1, 2, ¿quiénes únicamente pueden ser amigos de Jehová?
4 Al explicar cómo actúa Satanás, Jesús dijo: “No permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él”. Y sigue siendo así. El Diablo continúa engañando “a toda la tierra habitada” con sus mentiras (Rev. 12:9). Pero nosotros no queremos caer en sus garras. Por eso, vamos a responder estas tres preguntas: ¿Cómo engaña Satanás a la gente? ¿Por qué mienten las personas? Y, puesto que no queremos ser como Adán y Eva y perder la amistad con Jehová, ¿cómo demostramos que somos veraces en todo momento? (Lea Salmo 15:1, 2).
CÓMO ENGAÑA SATANÁS A LA GENTE
5. ¿Cómo engaña hoy Satanás a la gente?
5 El apóstol Pablo sabía que podemos evitar que el Diablo nos engañe porque “no estamos en ignorancia de sus designios” (2 Cor. 2:11). Sabemos que Satanás controla todo el mundo, lo que incluye la religión falsa, los gobiernos corruptos y el egoísta sistema comercial (1 Juan 5:19). No nos sorprende, por tanto, que él y sus demonios influyan en quienes ocupan puestos importantes para que digan mentiras (1 Tim. 4:1, 2). Por ejemplo, algunos hombres de negocios mienten en la publicidad con el fin de vender productos que son perjudiciales o de engañar al público y quedarse con su dinero.
6, 7. a) ¿Por qué son especialmente culpables los guías de las religiones falsas? b) ¿Qué mentiras ha oído decir a los líderes religiosos?
6 Los guías de las religiones falsas son especialmente culpables. ¿Por qué? Porque quienes creen sus mentiras y practican lo que Dios odia pueden perder la oportunidad de vivir para siempre (Os. 4:9). Jesús sabía que los líderes religiosos de su día engañaban a las personas. Les dijo en la cara: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque atraviesan mar y tierra seca para hacer un solo converso, y cuando este llega a serlo, lo hacen merecedor del Gehena [la destrucción eterna] dos veces más que ustedes” (Mat. 23:15, nota). Jesús los condenó y les dijo con toda la razón: “Ustedes proceden de su padre el Diablo”, que era un “homicida” (Juan 8:44).
7 Pastores, curas, rabinos, maestros espirituales... Se llamen como se llamen, el mundo está hoy lleno de líderes religiosos. Al igual que los fariseos, “suprimen la verdad” de la Palabra de Dios y han cambiado “la verdad de Dios por la mentira” (Rom. 1:18, 25). Enseñan falsedades, como “una vez salvo, siempre salvo”, la inmortalidad del alma, la reencarnación y la absurda idea de que Dios acepta la vida homosexual y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
8. a) ¿Qué mentira dirán pronto los políticos? b) ¿Cómo debemos reaccionar?
8 Los políticos han utilizado la mentira para engañar a la gente. Una de las mayores mentiras que pronto dirán es que han logrado “paz y seguridad”. Pero “entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente”. No permitamos que nos engañen con sus intentos de esconder el desastroso estado de este mundo. Nosotros sabemos muy bien “que el día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche” (1 Tes. 5:1-4).
POR QUÉ MIENTEN LAS PERSONAS
9, 10. a) ¿Por qué mienten las personas, y cuáles son las consecuencias? b) ¿Qué debemos recordar sobre Jehová?
9 En el mundo de hoy, decir mentiras se ha convertido en algo habitual. Y no solo entre los poderosos. En un artículo titulado “Por qué mentimos”, una prestigiosa revista indica: “La mentira ha llegado a ser reconocida como un rasgo humano profundamente arraigado”. Por lo general, la gente recurre a mentir, o bien para protegerse y encubrir sus errores y malas acciones, o bien para conseguir mejores puestos y obtener ventajas económicas y personales. El artículo señala que la gente dice mentiras “con facilidad, mentiras grandes y pequeñas, a extraños, compañeros de trabajo, amigos y seres queridos”.
10 ¿Cuáles son las consecuencias de que se mienta tanto? Se pierde la confianza y se rompen las relaciones. Por ejemplo, imaginemos cómo se siente un hombre cuando su esposa le es infiel y miente para ocultárselo. Y qué terrible es cuando un hombre finge ser un buen esposo y padre, pero en su hogar maltrata a su esposa y a sus hijos. Sin embargo, recordemos que estas personas no le pueden ocultar nada a Jehová, pues “todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas” ante él (Heb. 4:13).
11. ¿Qué nos enseña el mal ejemplo de Ananías y Safira? (Vea el dibujo del principio).
11 En la Biblia, encontramos el ejemplo de un matrimonio de una congregación del siglo primero, Ananías y Safira, en los que Satanás influyó para que mintieran a Dios. Vendieron un campo y les dijeron a los apóstoles que les entregaban todo el dinero de la venta, cuando en realidad solo era una parte. Querían quedar bien delante de los hermanos y hacerles creer que eran más generosos de lo que de verdad eran. Pero Jehová vio el engaño y les dio su merecido (Hech. 5:1-10).
12. ¿Qué les ocurrirá a los mentirosos malintencionados que no se arrepientan, y por qué?
12 ¿Qué opina Jehová de la mentira? Satanás y todos los mentirosos malintencionados que no se arrepientan acabarán en el “lago de fuego”. En otras palabras, serán destruidos para siempre (Rev. 20:10; 21:8; Sal. 5:6). ¿Por qué? Porque Jehová ve a esos mentirosos igual que a los que se comportan como “perros”, es decir, los que acostumbran hacer cosas que Dios considera repugnantes (Rev. 22:15).
13. ¿Qué sabemos sobre Jehová, y qué nos motiva eso a hacer?
13 Sabemos que Jehová “no es hombre para que diga mentiras”. De hecho, “es imposible que Dios mienta” (Núm. 23:19; Heb. 6:18). La Biblia dice que odia “una lengua falsa” (Prov. 6:16, 17). Para tener su aprobación, debemos seguir sus normas y decir siempre la verdad. Tenemos que obedecer este mandato: “No estén mintiéndose unos a otros” (Col. 3:9).
LOS SIERVOS DE JEHOVÁ DECIMOS LA VERDAD
14. a) ¿En qué nos diferenciamos de los miembros de las religiones falsas? b) Explique el principio que se encuentra en Lucas 6:45.
14 ¿Cuál es una diferencia entre los cristianos verdaderos y los miembros de las religiones falsas? Que los siervos de Dios decimos la verdad (lea Zacarías 8:16, 17). Pablo explicó que de este modo “nos recomendamos como ministros de Dios” (2 Cor. 6:4, 7). Jesús dijo que de la abundancia del corazón habla la boca (Luc. 6:45). Por lo tanto, cuando llevamos la verdad en el corazón, de nuestra boca sale la verdad. No decimos mentiras grandes ni pequeñas, sino que siempre les decimos la verdad a extraños, compañeros de trabajo, amigos y seres queridos. Veamos algunos casos en los que debemos tratar de ser veraces.
15. a) ¿Por qué no es prudente que trates de llevar una doble vida? b) ¿Qué puede ayudarte a resistir la presión de grupo? (Mira la nota).
15 Si eres joven, es normal que quieras sentirte aceptado por tus compañeros, pero nunca lleves una doble vida, como hacen algunos. Delante de su familia y en la congregación, fingen ser buenos cristianos, pero se comportan de una manera muy diferente cuando están con jóvenes del mundo o cuando usan las redes sociales. Dicen malas palabras, se ponen ropa inapropiada, escuchan canciones sucias, beben mucho alcohol, consumen drogas, tienen un noviazgo en secreto o hacen cosas peores. Viven una mentira: les mienten a sus padres, a los hermanos y a Dios (Sal. 26:4, 5). Sin embargo, Jehová sabe si lo honramos solo con los labios, pero nuestro corazón está muy lejos de él (Mar. 7:6). Es mucho mejor que hagas como dice este proverbio: “No envidie tu corazón a los pecadores; antes bien, esté en el temor de Jehová todo el día” (Prov. 23:17). *
16. ¿Cómo debemos llenar las solicitudes para el servicio de tiempo completo?
16 Tal vez quieras ser precursor regular o emprender alguna faceta del servicio especial de tiempo completo, como Betel. Cuando llenes una solicitud, es importante que respondas con honradez a todas las preguntas relacionadas con la salud, el entretenimiento y la moralidad (Heb. 13:18). ¿Y si has hecho algo impuro o inapropiado y no se lo has contado a los ancianos? En ese caso, pídeles ayuda para que puedas servir a Jehová con la conciencia tranquila (Rom. 9:1; Gál. 6:1).
17. ¿Qué debemos hacer si se nos interroga sobre nuestros hermanos?
17 Por otro lado, imaginemos que el gobierno pone restricciones a la obra del Reino y se nos interroga sobre nuestros hermanos. ¿Estamos obligados a contar todo lo que sabemos? Pensemos en lo que hizo Jesús cuando lo interrogó el gobernador romano. Siguió el principio de que hay “tiempo de callar y tiempo de hablar”, y en ocasiones no dijo nada (Ecl. 3:1, 7; Mat. 27:11-14). En tales casos, lo mejor es ser precavidos para no poner en peligro a nuestros hermanos (Prov. 10:19; 11:12).
18. ¿Qué debemos hacer cuando los ancianos nos preguntan sobre algún hermano?
18 Pensemos en otro caso. Supongamos que alguien ha cometido un pecado grave y estamos enterados de lo sucedido. Como los ancianos tienen la obligación de mantener limpia la congregación, tal vez nos pregunten qué sabemos al respecto. ¿Qué responderemos, sobre todo si está implicado un amigo cercano o un familiar? La Biblia señala que la persona fiel “informa lo que es justo”, o sea, cuenta la verdad (Prov. 12:17; 21:28). Por tanto, tenemos la responsabilidad de contarles a los ancianos todos los hechos, sin tergiversarlos ni ocultar nada. Ellos tienen el derecho de conocer la verdad para decidir cuál es la mejor manera de ayudar al pecador a recuperar su amistad con Jehová (Sant. 5:14, 15).
19. ¿De qué hablará el siguiente artículo?
19 David le dijo en oración a Jehová: “Te has deleitado en la veracidad misma en lo interior” (Sal. 51:6). En efecto, él sabía que lo importante es que tengamos la verdad en nuestro interior. En todos los campos de la vida, los cristianos verdaderos nos decimos la verdad, como indica el texto temático de este artículo. Otra manera de demostrar que los siervos de Dios somos diferentes es enseñándoles la verdad a las personas. En el siguiente artículo hablaremos de cómo hacerlo.
^ par. 15 Mira el capítulo 15, “¿Cómo puedo resistir la presión de grupo?”, y el capítulo 16, “Una doble vida. ¿Por qué confesarlo?”, del volumen 2 del libro Los jóvenes preguntan.
LA ATALAYA (EDICIÓN DE ESTUDIO)