Dar un buen ejemplo implica vivir en armonía con lo que uno enseña. Un padre no puede esperar que su hijo diga siempre la verdad si este le ha escuchado pedir que digan que no está cuando llaman a la puerta y no quiere salir.
“Mucha gente dice: ‘Haz lo que digo y no lo que hago’, pero eso no funciona con los hijos. Son como esponjas que absorben todo lo que decimos y hacemos. Si les enseñamos una cosa y hacemos otra, se darán cuenta y nos lo dirán” (David).
PRINCIPIO BÍBLICO: “Tú que predicas ‘No robes’, ¿robas?” (Romanos 2:21).
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
Los padres son las personas que más influyen en sus hijos, más que cualquier compañero de clase, incluso durante la adolescencia. Eso significa que ustedes, padres, son los que mejor pueden guiar a sus hijos por el buen camino, siempre y cuando prediquen con el ejemplo.
“Podemos repetir algo cien veces y no estar seguros de si nuestros hijos nos están escuchando, pero, en cuanto no hagamos lo que decimos, nos lo echarán en cara. Están pendientes de todo lo que hacemos aunque a veces no lo parezca” (Nicole).
PRINCIPIO BÍBLICO: “La sabiduría de arriba […] no es hipócrita” (Santiago 3:17).
¿QUÉ PUEDE HACER?
Pregúntese: “¿Cómo trato a mi cónyuge y a mis hijos? ¿Qué tipo de programas veo? ¿Qué clase de amigos tengo? ¿Pienso en los demás?”. En otras palabras, ¿le gustaría que algún día sus hijos fueran como usted?
“Ni mi esposo ni yo les pedimos a nuestros hijos que respeten unos principios que nosotros no respetamos” (Christine).
Pida perdón. Los hijos ya saben que los padres no son perfectos. Por eso, si usted pide perdón a su cónyuge o a sus hijos cuando se equivoca, les estará enseñando una valiosa lección sobre la honradez y la humildad.
“Debemos admitir nuestros errores y pedir perdón, porque si no nuestros hijos no aprenderán a hacerlo” (Robin).
“Los padres podemos influir mucho en los hijos. Nuestro ejemplo es fundamental porque es en lo que más se fijan. Es como un libro que siempre está abierto, como una lección que se imparte las 24 horas del día” (Wendell).