CÓMO USAMOS LAS DONACIONES
Unos carritos que dan “testimonio a todas las naciones”
1 DE ABRIL DE 2023
Los carritos ya llevan más de 10 años entre nosotros. Estos exhibidores de publicaciones con ruedas no pasan desapercibidos en ninguna parte del mundo. Cuando colocamos un carrito, la gente nos mira y ya sabe quiénes somos. No solo son bonitos, sino que además son muy fáciles de usar. Como dijo Asenata, una hermana de Polonia: “Los carritos son sencillos pero bien lindos. ¡Y qué fácil es colocarlos y llevarlos de un lado a otro!”.
¿Se ha preguntado alguna vez cómo se diseñaron los carritos y cómo se producen?
¿Cómo se diseñaron?
En el 2001, el Cuerpo Gobernante aprobó que los hermanos de Francia probaran nuevos métodos de predicación pública, lo que incluyó usar exhibidores portátiles. Probaron varias opciones, por ejemplo, adaptaron maletas con ruedas y carritos de compras para anunciar y almacenar publicaciones. Finalmente, la sucursal eligió un diseño, y los hermanos usaron ese modelo durante muchos años.
La prueba que se hizo en Francia fue todo un éxito. Así que en el 2011 el Cuerpo Gobernante aprobó un programa piloto en el que se usarían carritos y mesas para la predicación pública en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos). Los precursores que participaron en el programa se dieron cuenta de que los carritos tenían muchas cosas buenas. Por ejemplo, se podían mover de un lado a otro. Pero también se dieron cuenta de que había algunas cosas que se podían mejorar. Por eso dieron algunas sugerencias. Por un lado, los carritos que se hicieron al principio eran de madera, y era muy difícil subir y bajar escalones con ellos. Así que ajustaron el diseño para que los carritos fueran más ligeros pero siguieran en pie si había viento. También les hicieron ruedas más grandes que amortiguaban los golpes y, de esa forma, fuera más fácil llevarlos por caminos difíciles. Y, además, les añadieron un cajón para llevar más publicaciones.
El programa piloto tuvo unos resultados increíbles. Así que en el 2012 el Cuerpo Gobernante aprobó que se usaran carritos con publicaciones por todo el mundo. Se llegó a un acuerdo con un fabricante para producir carritos en grandes cantidades con materiales ligeros pero resistentes.
A lo largo de los años, se han ido haciendo pequeños cambios para mejorar los carritos. Por ejemplo, desde el 2015 tienen un protector de plástico para protegerlos de la lluvia. A Dina, una hermana que vive en Georgia, esto le parece una gran idea. Ella cuenta: “Las publicaciones siempre están protegidas porque el carrito lleva su propio abrigo impermeable”. En el 2017, se empezaron a usar carteles magnéticos para algunos idiomas. Tomasz, un hermano de Polonia, dice: “Cambiar los carteles adhesivos costaba mucho trabajo. ¡Pero los magnéticos son lo máximo!”. En el 2019, se hicieron más cambios en los materiales y el proceso de fabricación para que los carritos duren más tiempo.
¿Cómo se producen?
Un solo fabricante produce todos los carritos, que luego se distribuyen por todo el mundo. Hoy por hoy, cada carrito cuesta 43 dólares, sin contar el envío y otros gastos. Hasta la fecha, se han enviado más de 420.000 exhibidores portátiles a congregaciones por todo el mundo, y hemos gastado más de 16 millones de dólares en estos carritos.
Para aprovechar al máximo las donaciones, los carritos se compran en grandes cantidades. Además, las congregaciones ahora pueden comprar piezas de repuesto para repararlos en vez de comprar exhibidores nuevos.
Damos testimonio con los carritos
A los hermanos les encanta predicar con los carritos. Martina, de Ghana, dice: “En la mayoría de las formas de predicación, nosotros nos acercamos a la gente. Pero lo que me gusta de predicar con los exhibidores es que son los demás los que se acercan a nosotros. Todo el que pasa y los ve recibe testimonio”.
En otro país de África, un hombre se acercó a un carrito y se llevó unas publicaciones en su idioma. Una semana más tarde, volvió y les dijo a los hermanos: “Ya leí todas las publicaciones. Lo que dicen es muy importante, así que voy a ir a mi pueblo para que mi familia también pueda leerlas”. La familia de este hombre vivía a unos 500 kilómetros (311 millas) de allí. Dos meses después, el hombre volvió al carrito y dijo: “En mi pueblo ya han terminado de leer todas las publicaciones, y les gustó mucho lo que decían. Han decidido que quieren ser testigos de Jehová. Pero tienen algunas preguntas. Por ejemplo, saben que para bautizarse tienen que ser sumergidos en agua. Sin embargo, en la zona donde viven no hay ningún río. ¿Tienen que venir hasta aquí para bautizarse?”. Los hermanos se encargaron de que el hombre se pusiera en contacto con un precursor que habla su idioma. Desde entonces, los dos conversan de manera regular.
¡Qué emocionante es ver que los carritos se están usando “en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones!” (Mateo 24:14). Es posible producir estos exhibidores con ruedas gracias a las donaciones que se hacen por todo el mundo, muchas de ellas, a través de donate.pr418.com. ¡Muchísimas gracias por ser tan generosos!
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