Imagina esta situación: Heather y Mike llevan solo dos meses saliendo, pero para ella es como si hubieran estado juntos toda la vida. Se pasan el día mandándose mensajes y hablando por teléfono, y hasta saben lo que el otro va a decir antes de que acabe la frase. Sin embargo, ahora Mike quiere hacer algo más que hablar.
Hasta el momento, Mike y Heather solo se han tomado de la mano y se han dado algunos besos. Ella no quiere ir más lejos, pero tampoco desea perder a su novio. Nadie la hace sentir tan bonita y especial. “Al fin y al cabo —piensa—, Mike y yo estamos enamorados, ¿no?”.
Si ya tienes edad para salir con alguien y estuvieras en la situación de Heather, ¿qué decisión tomarías?
PÁRATE A PENSAR
Si pasas por alto una ley física, como la ley de la gravedad, sufrirás las consecuencias. Lo mismo sucederá si pasas por alto las leyes morales, como la que prohíbe la fornicación, que incluye las relaciones sexuales antes del matrimonio (1 Tesalonicenses 4:3).
¿Cuáles son los resultados de desobedecer esta norma? La Biblia dice: “El que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo” (1 Corintios 6:18). ¿Qué quiere decir esto?
Los estudios realizados demuestran que muchos jóvenes que han tenido relaciones sexuales antes de casarse suelen sufrir alguna de las siguientes consecuencias:
REMORDIMIENTO. La mayoría de los jóvenes que han tenido relaciones sexuales antes del matrimonio dicen que después se arrepintieron de haberlo hecho.
DESCONFIANZA. Después de tener relaciones, algunos se preguntan con quién más se habrá acostado su pareja.
DESILUSIÓN. En el fondo, muchas jóvenes prefieren estar con alguien que las proteja y no con alguien que se aproveche de ellas. Y a muchos chicos dejan de atraerles las chicas que se lo han puesto demasiado fácil.
Conclusión: si tuvieras relaciones sexuales antes del matrimonio, despreciarías algo que vale muchísimo: tu dignidad (Romanos 1:24). Tu cuerpo es demasiado valioso. ¡No lo regales!
Sé fuerte y no tengas relaciones sexuales antes de casarte (1 Tesalonicenses 4:3). Cuando te cases, las tendrás. Y entonces podrás disfrutarlas sin desconfianza, preocupaciones ni remordimientos, sentimientos muy comunes entre quienes se acuestan sin estar casados (Proverbios 7:22, 23; 1 Corintios 7:3).
¿QUÉ OPINAS?
Si alguien te ama, ¿verdad que querría que estuvieras bien en sentido físico y emocional?
Y si alguien realmente se preocupa por ti, ¿te pediría que hicieras algo que pusiera en peligro tu relación con Dios? (Hebreos 13:4).