Algunas personas se preguntan si se han manipulado las Sagradas Escrituras. El profeta Isaías dijo que el mensaje de Dios “permanece para siempre” (Isaías 40:8). ¿Cómo podemos estar seguros de que las promesas de Dios se han conservado con exactitud?
Dios tiene el poder de conservar su Palabra y de evitar que alguien la altere. En la antigüedad, cuando los libros sagrados se copiaban a mano, los copistas contaban con cuidado cada letra del texto para asegurarse de que no añadían, cambiaban ni quitaban nada. Sin embargo, como los humanos somos imperfectos, algunos copistas cometieron leves errores que no cambiaron el sentido de los textos originales.
¿POR QUÉ PODEMOS ESTAR SEGUROS DE QUE LAS SAGRADAS ESCRITURAS CONTIENEN EL MENSAJE ORIGINAL DE DIOS?
Hay miles de copias de manuscritos antiguos de las Sagradas Escrituras. Si se encuentra una pequeña diferencia en una copia, se la puede comparar con otras copias para ver si se trata de un error (si desea saber más, vaya a jw.org y lea el artículo “¿Se ha cambiado o manipulado la Biblia?”).
Por ejemplo, pensemos en los antiguos documentos conocidos como los Rollos del mar Muerto, que fueron descubiertos en 1947 en unas cuevas cerca del mar Muerto por unos beduinos (árabes que viajan por el desierto). Estos antiguos manuscritos contienen parte de las Sagradas Escrituras y fueron escritos hace más de dos mil años. Los expertos compararon estos rollos con las Sagradas Escrituras que tenemos hoy. ¿Qué descubrieron?
Estos expertos concluyeron que el texto de la Palabra de Dios que tenemos hoy es fiel a los textos originales.* Un examen cuidadoso de los manuscritos más antiguos confirma que lo que hoy leemos en las Sagradas Escrituras es realmente el mensaje original de Dios. Sin duda, Dios se ha encargado de que su Palabra se conserve con exactitud hasta nuestros días.
Así que podemos estar seguros de que lo que leemos en la Palabra de Dios es confiable. Con esto presente, veamos qué nos enseñan los profetas sobre Dios.
^ párr. 7 Geza Vermes: The Complete Dead Sea Scrolls in English, p. 16.