Sí, el Diablo es un ser real, una criatura espiritual que se corrompió y se rebeló contra Dios. De hecho, es “el gobernante del mundo” (Juan 14:30; Efesios 6:11, 12). La Biblia utiliza ciertos nombres descriptivos que revelan cómo es este ser. Fíjese en los siguientes:
No es un símbolo del mal ni tampoco la maldad que hay en todos
Hay quienes creen que el Diablo es un símbolo del mal o la maldad que hay dentro de todos, hasta de Dios. Ahora bien, las Escrituras hablan de una conversación entre Dios y el Diablo. Pero Dios es perfecto y puro en todo sentido. Entonces, ¿cómo podría tener un lado perverso? (Deuteronomio 32:4; Job 2:1-6.) ¿Y qué decir del relato bíblico en el que el Diablo tentó a Jesús, quien está libre de pecado? (Mateo 4:8-10; 1 Juan 3:5.) Está claro que la Biblia enseña que Satanás es un ser real y no un mero símbolo de la maldad.
Hay mucha gente que cree que el Diablo no es un ser real. ¿Debería extrañarnos esto? Para nada, pues las Escrituras afirman que Satanás se vale de todo engaño con tal de salirse con la suya (2 Tesalonicenses 2:9, 10). Y uno de sus mejores trucos ha sido lograr que la gente crea que no existe (2 Corintios 4:4).
Conceptos erróneos sobre el Diablo
Falso: Lucifer es otro nombre que se le da al Diablo.
Verdadero: La palabra hebrea que en algunas versiones de la Biblia se vierte “Lucifer” significa “resplandeciente” (Isaías 14:12). Esta expresión aparece en una profecía, y el contexto muestra que se refiere a la dinastía real de Babilonia, a la cual Dios humillaría por su arrogancia (Isaías 14:4, 13-20). En esta profecía, cuando la dinastía de reyes babilonios cae, se le llama en tono burlón “el resplandeciente”.
Falso: El Diablo trabaja para Dios.
Verdadero: El Diablo es un enemigo de Dios, no un siervo suyo. Satanás también es enemigo de los que sirven a Dios, y por eso los persigue y los acusa falsamente (1 Pedro 5:8; Revelación 12:10).