Si le parece que ya no puede más, desahóguese con Jehová y cuéntele a un amigo maduro cómo se siente. Estos podrían ser los primeros pasos para sentirse mejor. Vea el artículo “¿Puede ayudarme la Biblia si ya no quiero vivir y he pensado en suicidarme?“ que encontrará en jw.org (ijwbq 158:1-5).