“Va a haber una resurrección” (Hechos 24:15, Traducción del Nuevo Mundo, 2019).

Encontramos consuelo cuando muere un ser querido (2 Corintios 1:3, 4).

Nos libra del temor obsesivo a la muerte (Hebreos 2:15).

Nos da la esperanza bien fundada de volver a ver a nuestros seres queridos que han muerto (Juan 5:28, 29).

Sí, al menos tres:

• Dios es el Creador de la vida. La Biblia llama a Jehová “la fuente de la vida” (Salmo 36:9; Hechos 17:24, 25). Si fue capaz de darles vida a todas las criaturas, sin duda tiene el poder de devolvérsela a quien haya muerto.

• Dios ya resucitó anteriormente a seres humanos. La Biblia menciona ocho casos de personas que fueron resucitadas —de ambos sexos y de distintas edades— y que volvieron a vivir en la Tierra. Algunas acababan de morir; pero, en un caso, el hombre llevaba cuatro días muerto (Juan 11:39-44).

• Dios anhela devolverles la vida a los muertos. Jehová odia la muerte porque la ve como un enemigo (1 Corintios 15:26). Ansía profundamente eliminar a este enemigo, y lo hará mediante la resurrección. No ve la hora de resucitar a quienes están en su memoria y verlos vivir de nuevo en la Tierra (Job 14:14, 15).