¡MIRA! ¡Los israelitas están cruzando el río Jordán! Pero ¿dónde está el agua? Porque en aquel tiempo del año cae mucha lluvia, el río estaba muy lleno unos minutos antes. ¡Pero ahora toda el agua se ha ido! ¡Y los israelitas están cruzando sobre tierra seca tal como lo hicieron en el mar Rojo! ¿Adónde se fue toda el agua? Veamos.
Cuando llegó el tiempo para que los israelitas cruzaran el río Jordán, esto fue lo que Jehová hizo que Josué dijera al pueblo: ‘Los sacerdotes deben cargar el arca del pacto e ir delante de nosotros. Cuando ellos pongan sus pies en las aguas del río Jordán, las aguas se detendrán.’
Así que los sacerdotes levantan el arca del pacto y la llevan delante de la gente. Cuando llegan al Jordán, los sacerdotes se meten en el agua. El río fluye rápidamente y está hondo. ¡Pero tan pronto como los pies de ellos lo tocan, el agua empieza a detenerse! ¡Es un milagro! Río arriba, Jehová ha cerrado el paso al agua. ¡El río queda seco!
Los sacerdotes que van cargando el arca del pacto pasan al medio del río seco. ¿Los puedes ver tú en la lámina? ¡Mientras están allí, todos los israelitas empiezan a cruzar el río Jordán sobre tierra seca!
Cuando todos han cruzado, Jehová hace que Josué diga a 12 hombres fuertes: ‘Vayan al río donde los sacerdotes están con el arca del pacto. Recojan de allí 12 piedras y pónganlas donde todos pasen la noche. Así, en el futuro, cuando sus hijos pregunten qué significan estas piedras, deben decirles que las aguas dejaron de correr cuando el arca del pacto de Dios cruzó el Jordán. ¡Las piedras les recordarán este milagro!’ Josué también levanta 12 piedras donde los sacerdotes han estado en el río.
Por fin Josué dice a los sacerdotes que llevan el arca del pacto: ‘Suban del Jordán.’ Cuando hacen esto, el río empieza a fluir otra vez.